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Louis' POV


Dejando de lado aquel insignificante incidente en la feria artesanal, el viaje a Saint Tropez había sido completamente fantástico, totalmente fenomenal. Y pese a que habíamos disfrutado nuestra corta pero agradable estadía en el lugar, supongo que siempre es agradable esa sensación de regresar a tu respectivo hogar. No importa si fue una noche, dos, o incluso meses, siempre es agradable reencontrarte con la comodidad de tu cuarto, con tu propia cama, con tu refugio del mundo, tu perímetro personal de libertad. O al menos así fue como me sentí esa mañana al volver a Londres.


Eran más o menos las once de la mañana, y estaba agotado a más no poder. Aunque, definitivamente, el agotamiento valía la pena. Habíamos cerrado nuestra pequeña escapada con Eleanor con una noche más que caliente. Poco y nada nos importó que a la madrugada siguiente tuviésemos que tomar nuestro vuelo de regreso, al contrario, preferimos pasar de ese detalle y amanecernos en la cama hasta que las alarmas de nuestros celulares se encargaron de señalarnos la hora de partida. De ahí en adelante, sucedió lo obvio, a la hora de tomar el vuelo el sueño se manifestó de una manera que bordeó lo insoportable. Oh, y debo confesar que por más que ya lleve años viajando de un lugar a otro, todavía no consigo dormir en los aviones, por lo que me pasé todo el maldito viaje desesperado por llegar a mi cuarto y encerrarme a dormir.


Y por fin había llegado al extrañamente silencioso departamento. Honestamente no sé que diablos era lo que esperaba al llegar, tal vez imaginé que me cruzaría con alguna chica de Harry, o que mi princesa estaría preparando algo para desayunar, o qué se yo. De cualquier modo, no había nada, estaba todo jodidamente aburrido.


Me limité a agarrar mi maleta y subir a mi cuarto, desviándome un segundo para asomar la cabeza en los cuartos de Styles y Lucie. El cuarto de mi compañero de banda estaba absolutamente vacío, por lo que asumí de inmediato que Harold debía haberse ido de farra o algo así. Esperanzado con saludar a mi amiga, abrí sigilosamente la puerta de su habitación y entré.


Pero, mierda... Grave error... Ni siquiera me habría molestado en entrar de haber sabido que me encontraría con una imagen como esa.


Ahí, en la cama de mi princesa, estaba ella, cubierta por las sábanas blancas hasta por debajo de los hombros, que estaban completamente descubiertos de prenda alguna. Y a su lado, el desperdicio de oxígeno más grande de este mundo, Collin, quien aparentemente también se unía a su desnudez.


Llevé mis manos a mi rostro de la más pura impresión. A su vez, mi cerebro empezaba a hacer sinapsis y a atar los cabos sueltos en la más detestable de las ecuaciones. Lucie, Collin, multiplicados por el factor de estar desnudos en una cama, solo podía significar sexo.


El muy bastardo se había follado a mi mejor amiga.


Se había follado a mi princesa.


–Hijo de puta –murmuré, aún sin creérmelo.


¿Cómo diablos Lucinda podía haberme hecho algo como eso? ¿Cómo mierda me traicionaba de esa forma? Es decir, podía meterse con cualquier estúpido de este mundo, excepto con Collin y Christopher.


Me sentía... Wow, ¿Cómo explicar la cantidad de emociones de porquería que me atravezaron de un segundo a otro? ¿Cómo describir esa maldita furia que me consumía? ¡Tenía rabia, joder! Estaba tan condenadamente enojado que era como si algo dentro de mí estuviese ardiendo en llamas.


Lucinda se había acostado con Collin sin importar lo que le hubiese dicho. Me había desaparecido un puto fin de semana y eso había sido suficiente como para que me desobedeciera de esa forma.


–¡No! –grité de repente, llevando mis manos hacia mi pelo, desordenándolo con frustración. Sí, debía parecer un puto demente– ¡Tiene que ser una jodida broma! ¡Mierda, Lucinda, dime que esto es una broma! –volví a gritar, y con esto, ambos comenzaron a abrir lentamente sus ojos, integrándose, para reparar en mi presencia.

F1reproof » Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora