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Louis' POV


Tenía que admitir que era un tipo bastante afortunado. Tenía uno de los mejores trabajos en el mundo y que me permitía viajar por todo el mundo, tenía una maravillosa novia, muy buenos amigos, una familia que siempre me brindó su apoyo incondicional, buena salud, en fin... No tenía de qué mierda quejarme.


Sin embargo, nada en esta vida es perfecto o un lecho de rosas. Si no es un video filtrado, el acoso de la prensa y los rumores, eran mis discusiones con Eleanor, problemas familiares, o la mierda que fuese. Pese a ello, esta vez, el objeto de mi fastidio no tenía origen en ninguno de esos motivos. En lo absoluto. El motivo de mi rabia y molestia tenía nombre y apellido: Collin Hoffman. Y lo peor de todo era que no había nada que pudiese hacer contra él.


Sí, porque desde hacía casi un mes que el idiota había empezado a frecuentar mi penthouse a lo menos dos veces por semana. Y joder, vaya que era fastidioso tener que toparme con su maldita presencia y con su jodido rostro siempre decorado con esa sonrisa burlona mientras que yo fingía simpatía por él cuando en realidad no era así. Mas no tenía alternativas, tanto Eleanor como Lucie me habían advertido que si no me comportaba pagaría las consecuencias, y honestamente, ambas eran más que peligrosas cuando se trataba de amenazas.


Así que como el grandioso mejor amigo que era, decidí soportarlo, tragarme absolutamente toda la mierda y permanecer en silencio. No, no importaba que ya fuesen tres veces en las que interrumpía los besuqueos entre Lucie y el idiota; tampoco me interesaba si mi princesa se involucraba con un idiota como eso.


No, no me importaba, o eso intenté hacerme creer. No tenía que importarme, ella ya me había dicho lo que quería, por lo que mi única labor era apoyarla y dejarla ser.


¿Y cómo diablos se suponía que hiciera eso? A fin de cuentas, me había estado entrenando durante dieciséis años para ser quien protege a Lucie por sobre todas las cosas, por lo que no me sentía capacitado para permitir que luego de Chris, llegase otro imbécil a la escena. Era... Era jodidamente inconcecible, intolerable. Por lo que de igual manera, quise hablar con ella repetidas veces, y lo único que obtuve como resultado fueron respuestas mediocres donde ella se hacía la desentendida y tachaba a Collin como su "amigo".


Amigo y una mierda. Los amigos no se besan, ¿Verdad?


Ajá, ajá, puede sonar muy doble estándar, pero nosotros nos besamos solo dos veces, y una de esas veces fue por culpa del alcohol y la segunda por respaldar mi punto de vista. No había significado nada.


En fin, en pocas palabras, esa era la mierda que me traía con un humor bastante amargado y susceptible. Cualquier porquería alteraba mi humor con facilidad, tanto que Eleanor no tardó en notarlo y comenzar a preguntar qué ocurría conmigo, si estaba todo bien y blablablá. Mi respuesta era que estaba bien, que solamente eran los nervios por el lanzamiento del nuevo disco y un montón de mentiras más, a lo que ella me aconsejó relajarme un rato, tomar un respiro y despejarme.


Y traté de seguir sus indicaciones, mas no supe cómo. Hasta que entonces vino la idea a mi cabeza: un viaje.


¿Qué podría haber sido mejor que escapar del país por un par de días? Sí, eso era lo que quería, darme un par de días libres y mandar a los demás a la mierda por un rato.


Estaba decidido, por lo que ni siquiera me detuve a reflexionarlo dos veces a la hora de sacar los pasajes y realizar las reservas en el hotel. ¿El destino? Saint Tropez, en la Rivera Francesa. Esta vez seríamos Eleanor y yo, juntos un fin de semana, en las playas de Francia.


Cuando tuve todo listo, me apresuré a marcar el número de mi chica, al tiempo en que me las arreglaba para preparar mi maleta.


–Hola, cariño –saludó su dulce voz desde el otro lado de la línea.

F1reproof » Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora