☆Un Omega diferente☆ ♡NamSeok♡ [ TERMINADA ]

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3 años después del primer encuentro, fue un tiempo largo, pero con buenos resultados. Seokmin actualmente vive solo, tiene un trabajo a medio tiempo en una cafetería, la cafetería de la cual el dueño es Jimin, el dulce Omega de Min Yoongi. Ambos fueron amables y acogieron al pequeño en su dulce casa. Seokmin estaba muy agradecidos con todas las personas que había conocido y, sobre todo, estaba agradecido con Kim Namjoon. El Alfa que lo miró como un igual, que sabiendo la dura vida del menor, lo trataba igual que todos. Aunque Jimin y Taehyung dijeran que Namjoon era más agradable con él.

Seokmin se despertó perezoso, algo poco habitual en él. Cuando terminó de prepararse sintió una molestia en su vientre bajo, pero lo ignoró y salió de su pequeño departamento en dirección a su trabajo.Llegó a la cafetería y entró, su aroma estaba más fuerte de lo normal llamando la atención de Jimin que se acercó rápido al menor.

– ¿Seokmin, estás bien? – La mano de Jimin se posó en el hombro del menor, que sin decir algo se cayó sobre él, sus piernas habían fallado, su cuerpo se sentía caliente y pegajoso. Su celo había empezado.

Jimin lo miró sorprendido, y decidido lo ayudó a levantarse para llevarlo a la sala de descanso del local. Allí lo tumbó en el sofá con un pequeño trapo húmedo y frío en la frente. Llamó a su Alfa, los supresores de la cafetería se habían agotado y ésto era serio.

– ¿Sí amor? – La voz de Yoongi se hizó presente en la línea contraria del teléfono.

– Necesito que traigas supresores urgentemente... – Habló mientras cerraba las puertas de la cafetería y miraba por la ventana nervioso. La anterior vez que el celo del pequeño Omega llegó en jornada laboral recibieron un ataque de varios Alfas.

– ¿Supresores? No me digas que le llegó el celo a Seokmin... – 

– Sí, estamos en la cafetería, ven cuánto antes. Pero no le digas nada a Nam.–

– Vale, en 5 minutos estoy allí. –

– Nos vemos amor, gracias. –

–Te veo ahora cariño. – Y colgó. Un suspiro salió de sus labios para luego dirigirse junto su amigo, vió como el niño se removía por el dolor y calor de su entrepierna.

– Tranquilo Yoongi traerá la medicina, sólo aguanta un poco... – Pidió viendo los llorosos ojos del Omega. 

– D-Duele Hyung... – Gimoteo del dolor que ocasionaba el calor y creación del lubricante natural, sentía su trasero pegajoso y la delantera dolorosa por la erección que, sin ocasionarla, permanecía en espera del Alfa. 

[ • • • ]

Los 5 minutos se convirtieron en 10, Yoongi apareció en la puerta de dicha cafetería. Cómo era de esperar, Alfas sin lazo estaban cerca de allí, deleitando su olfato con el aroma del menor. El pálido decidió que era mejor entrar por la puerta trasera, la puerta de empleados, sacó su copia de llaves y abrió la puerta, cerrándola en el mismo instante que entró. Su vista percibió a los dos Omegas y sin pensarlo se acercó rápido para socorrer al menor de ambos. Yoongi al tener un lazo eterno con Jimin, no le afectaba demasiado el aroma del menor, era atrayente, no lo negaba. Rosas y frutos rojos, esa esencia que era encantadora por su delicadeza y que raramente un Omega macho tiene. Seokmin era muy especial.

Yoongi sacó de la bolsa los supresores y su Omega levantó con suavidad la cabeza del menor.

– Seokmin llegó Yoongi, toma las medicinas anda... – El pequeño obediente tomó entre sus labios la amarga pastilla para tragarla con un poco de agua. Seokmin suspiró aliviado, su cuerpo empezó a caer en un suave sueño, se acercó al Omega que era como su madre y dejó su cuerpo inerte caer entre aquellos brazos hacía un profundo sueño.

– Lo siento si tarde demasiado, Namjoon se puso pesado, está esperando afuera. – Jimin miró sorprendido al mayor.

–¿Hablas enserio?– El Alfa asintió sacando un suspiro de alivio del menor.

– Se preocupó por el pequeño, aunque no quiso admitirlo... – El Omega sonrió y besó castamente a su Alfa. 

–Carga a Seokmin, lo llevaremos con Namjoon. Y también lo llevaremos a su departamento.– Declaró el dulce Omega, Yoongi solo sonrió y cargó con el dormido cuerpo del joven Omega. A la salida del local, la vista de la pareja se posó en un molestó Namjoon que se apoyaba en su coche. Jimin miró a Yoongi, cruzaron miradas cómplices. Era obvio el motivo del enojo que llenaba el humor del Alfa, el aroma del Omega en celo atraía a Alfas en demasía, y, aunque el Alfa lo negará, sentía celos por ello. 

– Ya llegamos Namjoon.– Namjoon se acercó y miró el rostro dormido de Seokmin.

– Mételo en los asientos traseros de mi coche. – Ordenó el Alfa y Yoongi solo bufó divertido.– Que molestos sois. –

– Anda cálmate. Sólo llevemos a Seokmin a su casa, para que descanse bien. – Pronunció Yoongi dejando con sutileza el cuerpo del menor en el coche, donde le mandará su jefe.

– Está bien. Vamos. – 

[ • • • ]

El viaje iba en silencio en el coche de Namjoon, hasta que el Omega empezó a despertar, habían pasado apenas 2 minutos desde que arrancaron en el viaje al apartamento del menor.

Un gemido de dolor alerto al Alfa interno de Namjoon, miró al retrovisor, Seokmin frotaba, entre sollozos dolorosos, su parte baja. Namjoon tragó duro. "Es solo atracción sexual, por su celo." Pensó negándose, como cada noche antes de acostarse al tener presente el recuerdo del Omega y menos el de su querido Jin. 

–Ya casí llegamos, tranquilo. – Habló más sereno el Alfa. 

– Hyung... Su aroma...Me gusta... – Las pocas palabras que pronunció fueron sinceras y algo nubladas por el deseo.

Su cuerpo no pudo soportar aquella sobrecarga de calor y sin más cayó de nuevo en un sueño, más bien, pesadilla. Recuerdo de cada caricia de su padre, cada beso, cada vez que lo tomaba como su Omega, cada vez que le hacía esas cosas que lo hacían vomitar. Namjoon observó como el borde de sus ojos se llenaba de leves lágrimas."Su aroma... Me gusta..." Recordó y con desesperó condujó hasta un semáforo en rojo en el cuál aprovecho para quitar su chaqueta y colocarla encima de el cuerpo, algo tembloroso, del menor. 

– Descansa, te llevaré enseguida a casa. – Luego volvpió a tomar el trayecto hacía la casa del Omega, por el camino se maldecía por comportarse tan blando con el Omega.– Amo a Seokjin. Lo amaré hasta mi muerte. Lo juré. – Se repetía una y otra vez, hasta llegar a la casa del menor. Ésto estaba siendo un problema para Namjon, uno muy grande.