☆Un Omega diferente☆ ♡NamSeok♡ [ TERMINADA ]

◎~12~◎

El desayuno había terminado, Namjoon se quedó con Seokmin en el sofá. Hoy era un día tranquilo, llegaría el regalo sorpresa del mayor y en parte estaba emocionado por saber la reacción de su niño ante el obsequio.

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El timbre sonó y el Omega miró al Alfa, éste sólo le indicó con la cabeza la puerta. Los dos se levantaron y abrieron la puerta. La boca de Seokmin se abrió al ver a un repartidor con peluches, recordaba a aquellos peluches. Miró a Namjoon y éste sonrió. El repartidor fué dejándolos en la entrada mientras Namjoon abrazaba a su niño posesivamente.

– ¿Cuánto se gastó en ésto? –

– Lo necesario, tampoco importa el dinero, lo importante es que ahora tienes peluches. – Sonrió.

– Pero, son muchos Monnie. No tenías que gastar tanto, un par bastaba... –

– Hay sitio para ellos. Tranquilo, además son para tí, así que no me importa gastarme mucho por tí. –

El repartidor término de llevarles los peluches y Namjoon le extendió un billete cómo propina para después cerrar la puerta. Seokmin estaba sentado mirando cada peluche. En total eran 25 peluches grandes, 15 peluches normales y 5 pequeños. El Alfa se sentó y la cabeza del menor se escondió en el cuello de éste.

– Muchas... Gracias... – Pronunció avergonzado.

– No es nada, ven vamos a llevarlos a una habitación vacía. ¿Si? –

En unos viajes llevaron los peluches a una de los cuartos que no usaban, cuando el trabajo fue finalizado Seokmin limpió su frente con su mano. Namjoon besó el cuello del menor haciendo que éste se removiera ante la sensación.

– Lo siento, no quería molestarte. – Abrazó con suavidad al menor.

– N-no, me gustó... Se sintió raro eso es todo... – Se miraron.

– Eres tan pequeño... – Acarició la cabeza del niño.

– ¡Monnie tengo 22 años! – Chilló el de baja estatura mientras el alto sonreía.

– Sigues siendo mi pequeño, recuerda que yo tengo 28.–

– ¡Usted es el viejo!–

– ¿Cómo? –

– ¡No, no, no! – El Omega fué atacado por el Alfa, ambos cayeron en la cama rodeados de peluches. Las manos del Alfa hacían cosquillas sobre la ropa del menor mientras éste reía a puro pulmón. – ¡Jajajaja! ¡Pare! ¡Jajaja! –

– Eres un pequeño diablo. Éste es tú castigo. –

– ¡Jajajaja! ¡Lo siento! ¡JAJAJAJA! – Reía y el mayor paró, Seokmin secó con los dedos las lágrimas que le habían salido por reírse. Namjoon estaba encima de él, tan cerca. El más bajo acarició los hombros del mayor y se besaron. Para ambos cada besó era más especial. Unas leves caricias que era un silencioso "te quiero" y aquellos silencioso besos que eran más que un "te amo". Silenciosas promesas que se encontraban al conectar las miradas, al unir el tacto de sus manos.

– Me entró hambre de tanto reír... – El Alfa dió una suave carcajada, ambos se levantaron de la cama y con una sonrisa bajaron.

– ¿Qué harás de comer? –

– Haremos un platillo que aprendí de Jimin-ssi, me lo enseño de cuando viajó a Italia con Yoongi Hyung. –

–¿Haremos? Pero, bebé, no sé cocinar.–

– Yo le enseño. – Besó la mejilla del Alfa y este sonrió asintiendo. Entraron a la cocina. Seokmin le pedía los ingredientes y Namjoon se los pasaba. Un rato divertido y, para sorpresa del mayor, la comida había salido para chuparse los dedos.

– ¿Cómo dijiste que se llamaba esto?–

– Son Raviolis. – El menor tomó uno con los palillos y se lo extendió al mayor, este lo comió y abrió sus ojos de asombro.

– Está delicioso. – Seokmin río y sirvió dos platos. – Cocinas muy bien. –

– Cocinamos, muy bien. – Corrigió el menor mientras se sentaban.

– Casí no hice nada... – Río el mayor.

Ambos comieron a gustó y luego Seokmin lavó los platos con Namjoon abrazando lo de la cintura.

– Me voy a ir a vestir para nuestra segunda cita. – Bromeó el menor.

– La segunda cita y la más importante, hoy vas a conocer mi pasado... –

– Te amo Namjoon... – Se dieron un suave besó y se abrazaron.

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Después de unos besos, el Omega subió a cambiar su ropa de andar en casa por otra más lindo para salir. Un pantalón negro rasgado con una camiseta blanca y una sudadera de color celeste. La puerta de la habitación fué golpeada con suavidad,  miró a está que fué abierta por Namjoon.

– Menos mal, pensé que no estabas y dudaba de entrar. – Río el mayor.

– Tonto. ¿Vas a vestirte? –

– Sí. –

– Entonces te espero abajo. –

– No, quédate, no te será raro verme sin ropa... – Namjoon se golpeó mentalmente. – Pedazo tontería acabo de decir. Dios, perdóname, si quieres puedes irte. –

– Me quedaré... – Con un sonrojo el pequeño tomó asiento en la cama donde ambos dormían.

Namjoon cerró la puerta entrando por completó y abriendo el armario. Cogió una camiseta blanca, una chaqueta negra y un pantalón azul marino.

– ¿Sólo tiene ropa oscura?–

– Sí, nunca me probé ropa con colores vivos. –

– ¡Le quedaría muy lindo~! –

– Con verte a tí con ella me basta. –

– ¡Monnie~! Lo digo enserio, te quedaría muy bien. ¡Algún día iremos a comprar ropa linda! –

– Está bien, iremos un día. – Ríe el mayor.

El Alfa agarró el borde de su camiseta blanca qué usaba para dormir y se la quitó dejando ver un cuerpo trabajado pero no demasiado, el menor miraba con un notable sonrojo el cuerpo del mayor, lo comía con los ojos. Una carcajada salió de la garganta del alto.

– Me comes con los ojos... – Río desatando el pantalón.

– E-es que tienes... Eres... – El menor estaba demasiado nervioso viendo cómo el mayor amenazaba con quitar su pantalón. Cuando está acción fué realizada la cara del menor se volvió roja. La vista del Omega fué inevitablemente hacía el calzoncillo del mayor, un bulto notable se veía en éste y la imaginación del menor lo hizó cubrir su rostro.

– ¿Qué pasa? –

– Tú... Calzón... –

– ¿Eh? – El alto miró su entrepierna y enseguida entendió el comportamiento del menor. – Si quieres puedes bajar... A la Sala, yo terminó de vestirme. –

– S-sólo vistete.... –

– Mírame. – La cara del pequeño fué descubierta dando a ver un rostro llenó de vergüenza. Namjoon tomó la nuca de Seokmin y lo besó con suavidad pero intenso. Luego de eso, se terminó de vestir, un largo viaje les esperaba hasta su destino.