Capitulo 4

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- Mi estómago va a reventar – dije sobándome la barriga, William dio una carcajada

- Mi estómago va a reventar – dije sobándome la barriga, William dio una carcajada

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- Esta más plano que torso de nadadora – picó mi barriga y gemí

- No hagas eso, tal vez no se note pero en serio si como algo más voy a vomitar – nos quedamos sentados en la sala un buen rato hasta que el sol comenzaba a descender, el cabello de Will se veía dorado totalmente y sus ojos adquirían un brillo intenso, vio que lo estaba viendo y sonrió

- ¿Qué? – volteé hacia otro lado

- Tienes un moco en la nariz – rápidamente tomó una servilleta y se limpió hasta que la nariz le quedó roja, reí – ahora pareces Rodolfo – iba a decir otra cosa, pero mi teléfono sonó y en la pantalla estaba escrito: Mamá. Suspiré

- Aló – dije a modo de saludo

- Cariño ¿ya vienes? – dijo su tono suave

- Eh... si, ahorita llamo a Anderson para que venga por mi... -

- Yo le digo, el ahorita está aquí en la casa - Will me dijo bajito "yo te llevo"

- ¡espera!, dice Will que él me lleva – me dio una sonrisa

- Oh, perfecto, nos vemos en casa entonces

- Sip, nos vemos allá – colgué y me giré hacia Will – muy bien, vámonos – él se estiró y la playera se le subió dejando ver el comienzo de una atractiva "V", pero algo en el bolsillo de su pantalón se asomó, fruncí el ceño. Me acerqué hacía él poniendo una mano en su pecho mientras la otra se dirigía al bolsillo

- ¿Eli? – se dio cuenta de lo que iba a hacer y fui rápida, saqué la pequeña bolsita, al principio no lo reconocí

- ¿Por qué tienes orégano en el...? – lo vi mejor - ¿Qué mierda es esto William?

Will

Me estaba estirando y me di cuenta de que Eli veía la franja de piel que había dejado descubierta, desde que entramos a la adolescencia entre Eli y yo había cierta... tensión, si, era mi mejor amiga, pero también era una chica bastante atractiva, no me pueden culpar; quien se resistiría a semejante espécimen femenino. Ante todo, yo seguía teniendo un pene.

La mirada de Eli cambió a una de perfecta curiosidad, sus ojos de un azul grisáceo cambiaron a un azul brillante, otra cosa que es impactante en ella; sus ojos. Puso una mano en mi pecho y su ceño poco a poco se frunció, no pude actuar tan rápido, pues el calor de su mano me distraía. Cuando me despabilé traté de pararla pero cuando quería, podía ser demasiado rápida con sus movimientos, cuando tuvo la bolsita en su mano la miró fijamente

- ¿Por qué tienes orégano en el...? – me tensé, sus ojos enfocaron bien y aquel azul brillante poco a poco cambió a un gris acero. Estaba enojada - ¿Qué mierda es esto William? – su voz se volvió fría

Un ángel con cuernos y colaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora