Capítulo 58

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Will

Fueron dos palabras que salieron de lo más profundo de mi corazón y de mi alma, dos palabras que tomaron a Eli desprevenida, no dijo nada, solo se me quedó viendo como si su brillante cerebro no procesara la información y después una lágrima rodó, otra y otra. Me estaba preocupando

- Eli, amor, ¿Qué te pasa? – limpié cada lagrima mis pulgares, ella rio un poco acercándose a mi toque, dejó salir una risa de alivio y algo de tristeza. Tomó mi rostro y se paró de puntitas para después dejar un beso en la comisura de mis labios, como si aún nos estuviera segura de dar el gran paso

- ¿me amas? – dijo temblorosa, frágil

- Te amo, lo siento si te lastimé

- Shhhh, está bien, no fue intencional... supongo

- Por mi culpa sufriste Eli y yo no me di cuenta

- Por favor ya no hables – de nuevo lagrimas rodaron - no hables – se aceró de nuevo y esta vez besó mis labios, aquella calidez me volvió a inundar, sus besos eran divinos, toda ella era divina y me encantaba

Su suave lengua hizo contacto con la mía acariciando, le devolví la caricia con exquisito cariño y pasión haciéndola temblar, sus rodillas se debilitaron así que la tomé de la cintura disfrutando de pegar mi cuerpo con el suyo, sentir sus pecaminosas curvas

- Dime – paré el beso y la miré, sus labios estaban rojizos y algo hinchados – dime en qué puedo ayudarte para que salgas de esto – dolor cruzó por su mirada

- Besarme – dijo mientras agachaba un poco su mirada – besarme hasta olvidarme del problema, sostenerme cuando yo no pueda y apoyarme para despertar y seguir adelante, amarme hasta que no puedas más – me miró y sus ojos eran de un azul brillante, un tono que jamás había visto en su mirada – tú serás mi motor para lograr esto, eso es lo que vas a hacer

- Pero

- Necesito eso, con urgencia – asentí y ella dio un suspiro de alivio – no sabes cuánto te amo, cuanto estuve esperando que esas palabras salieran de tu boca, eran un sueño

- Dime que me amas – quería escucharla

- Te amo – la besé

- Otra vez – mientras me daba el beso fuimos hasta el sillón, donde me senté y se puso a ahorcajadas

- Te amo – dijo sobre mis labios

- Otra vez – sonrió

- No te vas a cansar de escucharlo ¿verdad? – negué con la cabeza

- Nunca – nos comenzamos a besar lento y profundo, como nunca había besado a alguien. Representando el amor y la pasión que sentíamos el uno por el otro

Mis manos se metieron en su blusa y tocaron su suave piel, una piel que necesitaba recorrer con mi boca. Quité la prenda y un lindo sostén en color azul medianoche me recibió, guardando los perfectos y redondos pechos de Eli

- desde que te vi en tu sexy lencería no te me borras de la cabeza – bajé un tirante y besé su hombro para después darle una mordidita que la hizo gemir poniéndome duro – me encantan tus gemidos – fui al broche del sostén y lo desabroché, quité suavemente revelando esas preciosuras – y estos me tenían fantaseando con chuparlos – besé alrededor para luego meterme su rosado y precioso pezón a la boca, lamiéndolo y haciendo que Eli moviera sus caderas rozándose contra mi poniéndome a mi máximo

Un ángel con cuernos y colaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora