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JiMin había planeado iniciar con la tercera propuesta, la de botar un poco de bebida en el piso y apresurarse a ofrecerse a limpiar.

Eligió esta porque las demás le parecían muy atrevidas como para iniciar.

Así que con una actitud decidida, JiMin se levantó el domingo por la mañana y se dirigió a la cafetería. Por suerte, ahí estaba Jeongguk y al parecer, por obra del destino, el chico estaba haciendo limpieza en ese momento. JiMin le pidió su orden a Namjoon y luego se fue a sentar en una mesa a tomarse la mayor parte de su bebida.

Conforme el vaso iba quedando más vacío, las manos de JiMin temblaban más y más, llenándose de sudor y poniendo al ojiazul aún más nervioso de lo que estaba.

La verdad es que no sabía cómo iba a dejar caer su vaso sin que se viera intencional.

Movió su mirada por toda la cafetería, buscando algo que le ayudara en su plan y sus ojos se toparon con la mesa que estaba al costado de la ventanilla. En esta mesa se encontraban el azúcar, la cocoa, la canela, los removedores y todo tipo de extras que ofrecía la cafetería. 'Claro, puedo ir ahí y hacer como que pongo el café muy al borde y se cae, ¡perfecto!' Con este pensamiento, empezó a caminar hacia la mesa...

...pero JiMin no contaba con que Jeongguk acababa de limpiar y estaba resbaloso...

Y cuando estaba por llegar a la mesa, se dio un resbalón que provocó que su vaso saliera volando por los aires hasta caer sobre la mesa, botando en su caída el frasco de vidrio de cocoa y partiéndolo en mil pedazos. Toda la mesa y el piso estaban llenos de café líquido, cocoa y vidrios rotos.

Al ver este desastre, JiMin se apresuró a la mesa con sus mejillas de un rojo intenso; planeaba hacer un pequeño reguerito, no semejante desastre. Y ahora todos en la cafetería tenían sus ojos sobre el rubio que intentaba con una servilleta recoger un poco de todo el desastre.

Estaba tan concentrado y apresurado en su tarea que no se percató cuando una figura uniformada se puso de pie a su lado.

No se percató hasta que escuchó una hermosa risa salir del dueño de esa figura. Volteó a ver y ahí estaba Jeongguk de pie, observándolo con una expresión juguetona en su rostro. Era la mayor expresión que había visto JiMin en aquel chico y le encantaba, le encantaba tanto que no le importaba haber pasado semejante vergüenza con tal de escuchar aquella risa y ver esa hermosa expresión.

— ¿Necesitas ayuda? — Preguntó Jeongguk, pequeñas risas escapando por sus labios.

—Por favor. — Le respondió JiMin avergonzado y vio cómo Jeonggguk y se arrodilló a su lado, tomó una servilleta e imitó las acciones del ojiazul; recogiendo con delicadeza aquellos pequeños trozos de cristal. Cuando no vieron más vidrio, Jeongguk se alejó por la puerta del personal y salió de nuevo con una escoba y una pala. JiMin se limitó a sostener la pala; no quería hacer otro desastre.

Cuando terminaron, Jeongguk se llevó los restos de basura hacia la puerta del personal y luego volvió con las manos vacías.

—Lo lamento mucho, realmente no era mi intención hacer tanto desastre. — JiMin dijo y sintió ganas de reír al darse cuenta de que no estaba mintiendo, después de todo él solo quería botar un poquito de café.

—No te preocupes. — Le respondió Jeongguk aún con una sonrisa en sus labios. —Ya todo está limpio y tenemos más frascos guardados.

—¿Cuánto debo pagarles por el que quebré?

—Nada, de verdad no te preocupes. — Jeongguk le respondió con otra sonrisa y JiMin solo pudo asentir, una sonrisa alumbrando sus labios. El ojiazul no podía dejar de pasar su mirada de aquellos ojos oscuros a aquella hermosa y perfecta sonrisa.

—Gracias. — JiMin respondió al fin en un susurro.

—Un placer. Bueno, yo.... debo seguir.... trabajando, sí. Nos vemos luego JiMin — Jeongguk balbuceó y apresuradamente se dirigió hacia la puerta del personal.

Más tarde en su casa, JiMin hizo notas mentales de su logro más grande en el día.

'Lo hice reír.'

Almas Gemelas 운명 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora