Al día siguiente, tan pronto salió de clases, JiMin se dirigió a la cafetería.
Había pasado todo el día en un conflicto en si debía ir o no, pero tan pronto sonó la campana, su corazón le exigió ir a la cafetería y JiMin decidió seguir sus instintos.
La campanita de nuevo anunció su llegada y con su mirada buscó al ojinegro, pero no lo logró ver, así que se caminó hacia una mesa vacía y se sentó a esperar... no sabía qué esperaba exactamente, pero de igual manera se sentó a esperar.
—Estás loco, JiMin. — Se susurró el ojiazul a sí mismo y frotó sus manos por su cara.
—Si hablas contigo mismo siempre, entonces sí estás loco. — Se escuchó detrás de JiMin y este se volteó buscando al dueño de la voz. Era Namjoon, el chico que los había atendido el día anterior.
—Juro que no soy así siempre. — Dijo JiMin con una pequeña risa. —Han sido un par de días muy extraños.
—Todos tenemos esos días. — Dijo Namjoon con una sonrisa. — No quiero sonar grosero pero para poder ocupar una de las mesas, debes ordenar algo. — Siguió el moreno con una sonrisa avergonzada. — Lo siento, reglas de la cafetería.
—Claro, por supuesto. — Respondió JiMin apresurado y se levantó, buscando su billetera en el proceso. Namjoon le sonrió y caminó en dirección a la caja, JiMin fue detrás de él.
— ¿Cuál sería tu orden?
—Vainilla Latte, por favor.
—Con todo gusto. JiMin, ¿cierto? — Nam preguntó con una sonrisa y él asintió. —Serían $5, en la ventanilla lo retiras.
— ¿Puedo hacerte una pregunta? — Dijo JiMin mientras le entregaba el dinero al moreno.
—Por supuesto.
—El chico que también nos atendió ayer... Jeongguk... ¿trabaja hoy? — JiMin preguntó y se arrepintió al instante; se escuchó como el más grande acosador en la existencia.
—Sí, salió un momento a hacer unas entregas de pedidos. ¿Lo necesitas?
—No, no, es solo que... — JiMin empezó a decir pero el sonido de la campanita de la puerta lo interrumpió.
Instintivamente volteó a ver y... ahí estaba.
Ahí estaba el chico que le había robado el sueño la noche anterior, viéndose completamente perfecto con su uniforme ajustado al cuerpo, con su frente brillando por el sudor que probablemente le había provocado el fuerte sol que alumbraba en aquel momento.
JiMin no podía despegar sus ojos de él. Tan pronto el chico alzó su mirada, sus ojos se conectaron con los de JiMin y de nuevo todo aquello que había sentido el día anterior, lo volvió a sentir... pero de nuevo, igual que el día anterior, el chico sacudió su cabeza con sutileza, bajó su mirada y caminó en dirección a la puerta rotulada como "Solo Personal Autorizado."
— ¿JiMin? —Escuchó, y miró en dirección de la voz. Era Namjoon, quien tenía una extraña expresión en su rostro. — JiMin, tu café está listo.
—Gracias. — Respondió el ojiazul y caminó hacia la ventanilla. Tomó su café y caminó de nuevo hacia la mesa que había ocupado anteriormente.
Tan pronto se sentó, su mente comenzó a girar y miles de pensamientos inundaron su cabeza. ¿Qué era todo eso que sentía? ¿Cómo alguien que no era su alma gemela podía hacerlo sentir así? ¿Y si el destino se había equivocado? ¿Y si algo había salido mal con los nombres?
El rechinido de una puerta lo sacó de sus pensamientos y volteó a ver en dirección del sonido.
Era Jeongguk, había salido de aquella puerta por la que había desaparecido y ahora caminaba hacia detrás de la caja, donde se encontraba Namjoon. Al llegar ahí, JiMin pudo ver como el moreno se acercó a susurrarle algo a Jeongguk, pero segundos después, este se alejó del moreno y se dirigió hacia la cámara de los pasteles, empezando a reacomodarlos a pesar de que estaban en perfecto orden. JiMin pudo ver como Namjoon negó suavemente con su cabeza para luego soltar un suspiro cansado.
Todo le resultaba tan confuso que se esforzó en mantener su mirada fija sobre la mesa y en terminar su café.
Cuando lo terminó, dirigió su mirada hacia la caja y vio que solo estaba Namjoon. De manera apresurada, JiMin se puso de pie y caminó hacia el moreno.
— ¿Te puedo hacer una última pregunta? — Preguntó JiMin tan pronto estuvo frente a Namjoon.
—Adelante.
—¿Cuál es el apellido de Jeongguk? — JiMin preguntó. Namjoon se quedó en silencio unos segundos y JiMin pudo notar como el moreno dudaba en contestar, pero al final abrió su boca y dijo las palabras que confundirían aún más al rubio.
—Kim. Kim Jeongguk.
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Almas Gemelas 운명 "Kookmin"
FanficTodas las personas tienen el nombre de su alma gemela en la palma de sus manos. Solo que Jungkook decidió que su alma gemela no existía y cubrió su mano para no ser encontrado. Lo que él no sabía es que el destino puede ser muy astuto. ゚.*・。゚゚.*・。゚゚...