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El día decidió iniciar con un deslumbrante sol, lo cual era extraño puesto que el día anterior había llovido con fuerza por horas.

Pero este cambio provocaba una vista hermosa; el pasto se veía verde y fresco con su humedad brillando con los rayos de sol, los árboles se veían rejuvenecidos, las flores se veían altas y esbeltas, y un chico de ojos azules que se despertaba con su alarma se veía lleno de vida.

Estirando un brazo, JiMin apagó su alarma y una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar todo lo que había ocurrido el día anterior. Abrió sus ojos y atrajo su mano derecha hacia su cara.

—Buenos días, mi Jungkookie. — Susurró JiMin y plantó aquel rutinario pero significativo beso sobre su marca. Su sonrisa se ensanchó más al percatarse que en unas pocas horas podría darle ese beso a su Jungkook en persona.

Al pensarlo, empezó a sacudir su cuerpo con emoción.

Por moverse así, su almohada se movió y quedó muy cerca de su nariz, presentándole aquel inolvidable aroma a Jungkook que había quedado sellado en ella. La noche anterior se había percatado de que su almohada olía muchísimo a su alma gemela y se había sonrojado de pies a cabeza al recordar el exacto PORQUÉ de que su almohada oliera a Jungkook.

Ahora, de nuevo sintió su cara arder en un sonrojo. Tomó la almohada y la pegó a su cara, inhalando fuerte y recordó cada segundo de la tarde anterior. La despegó de su cara al notar que su cuerpo estaba empezando a reaccionar por los recuerdos y corrió a la ducha, para alistarse y solucionar otros problemas, ya saben. No quería llegar tarde al instituto por estar recordando a Jungkook y cada centímetro de su cuerpo.

Al llegar al instituto y caminar por los pasillos en dirección a su casillero, JiMin empezó a entrar en pánico porque no tenía idea de cómo hablar con TaeHyung sobre todo lo sucedido.

La verdad era que desde aquella vez en la cafetería, que JiMin le había dicho que lo dejara solo en su confusión con respecto a Jeongguk, se habían visto muy poco y no habían hablado mucho por lo mismo. Sabía que TaeHyung estaba dolido y tenía toda la razón de estarlo, pero JiMin realmente necesitaba solucionarlo por sí mismo.

Aun sin saber cómo hablar con TaeHyung, JiMin entró al pasillo en el que estaba su casillero y, justo como esperaba que sucediera, estaba su mejor amigo recostado a su casillero, muy serio y con su mirada pegada al piso.

Con pasos lentos y cautelosos, JiMin se acercó a TaeHyung y se detuvo cuando lo tuvo a varios pies de distancia.

—Hola Tae... — Saludó JiMin en casi un susurro y tragó grueso al ver que TaeHyung no despegaba sus ojos del piso.

—Estoy enfadado contigo. — Respondió el castaño aun sin mirarlo.

—Lo sé. — Dijo JiMin con un suspiro cansado. — Tienes todo el derecho, pero es que tengo tanto que explicart...

—Claro que tengo el derecho. — Lo interrumpió TaeHyung y JiMin se estremeció al ver la expresión de tristeza que adornaba el rostro de su mejor amigo. — Me has estado evitando, lo sé. Y entiendo que no hayas querido que me metiera en tu rollo con Jeongguk. Sé que me metí más de lo que debía, lo sé, pero es que... JiMin... no sabes lo que ha sido tener que esperar más de un año por tu alma gemela y que no aparezca. No sabes lo que es ver a alguien obtener su marca y atraerse por alguien más. Porque si eso te pasó, entonces tal vez le pase a MI alma gemela. ¿Qué tal y no aparece porque se cansó de esperarme y se fue con alguien más? Lo lamento JiMin, pero solo me estoy poniendo en los zapatos de tu alma gemela y sé que no le gustaría que le hicieras eso y...

Almas Gemelas 운명 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora