21.A Jungkook una vez se le fue contada una historia; como todo niño soñador quedó fascinado con ella, estaba llena de magia, de amor y felicidad.
Era aún un pequeño cuando preguntó a su madre sobre aquel vestido que tenía guardado en su armario. Ese cuya tela blanca y grandes capas parecían pertenecer a un miembro de la realeza.
Ella le sonrió; se sentó junto a él en el piso del armario y allí encerrados en el le contó con lujo de detalles aquella gran anécdota.
Le habló sobre cómo supo que el amor existía el día que entró a la iglesia y su futuro esposo lloró de felicidad al verla, y que cuando llegó a su lado, no dudó en decirle lo hermosa que era, y lo mucho que la amaba.
Era la historia de amor de sus padres; la más sencilla, la más normal de todas, sin nada más particular que dos jóvenes amándose.
Quizás él era demasiado pequeño y sus recuerdos era demasiado borrosos, pero el brillo en los ojos de su madre al contárselo era algo que atesoraría por siempre.
Ella le aseguró que algún día, él también estaría allí, en el altar llorando a darse cuenta de que eligió a la persona correcta; pero Jungkook nunca creyó en eso. Y con el paso del tiempo, esa idea desapareció, volviéndose casi un mito.
Es decir, ¿Quién amaría una mierda como él?
Era un don nadie. No tenía el suficiente poder como el resto de los desalmados que le rodeaban; pero tampoco era lo suficientemente inocente como para tener una vida normal. Y si él no tenía nada, si él no tenía un propósito en la vida, ¿Qué sentido tenía?
Él nunca creyó que realmente alguien sería capaz de remover sus defensas.
Sí, ella le prometió una gran boda al atardecer, con trajes caros, y una princesa esperando por él; pero estaba equivocada. Porque era de madrugada y allí estaba Jungkook en una gasolinera comprando flores de plástico, vestido como un tonto y con otro hombre a su lado.
—¿Rosas o tulipanes? —preguntó a Taehyung mientras decidían. Esas pobres flores parecían tan viejas que hasta lucían descoloridas.
—¿Por qué no ambas? —propuso el castaño, le veía totalmente encantado con toda la energía positiva que emanaba de Jungkook.
—Ambas serán. —Tomó las flores del estante y pagó por ellas sin ningún problema.
Era una noche hermosa, eran jóvenes, libres, y como el cliché más hermoso del cine, estaban apunto de casarse.
Regresaron al auto; Jungkook sonreía como nunca antes en su vida, absorto en su propia burbuja ficticia de felicidad personal y Taehyung, simplemente lo contemplaba, contagiado por el reflejo de su luz.
—¿Por qué siento que estás viéndome demasiado? —dijo Jungkook volviendo a hablar.
—Estoy tratando de asimilar el hecho de que ahora eres rubio. —burlesco.
—Espero que se quite con el agua o juro que voy a raparme. No soportaré ser un intento de niño bonito tanto tiempo.
Taehyung comenzó a reír. —Entonces, ¿Estabas intentando ser yo acaso?
Jungkook enarcó una ceja para él. Apretando la mandíbula con picardía. —Dije niño bonito, no niño hablador.
Bajó las comisuras de sus labios en expresión triste. —¿Ser hablador es bonito también, cierto?
—Me temo que sí, demasiado.
—Ya lo sabía —se jactó acomodándose en el asiento del copiloto con superioridad.
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TRAFICANTE. 《KookV》
FanfictionJeon Jungkook era conocido en el bajo mundo por ser el mayor traficante de armas en el país. Después de ser traicionado por el cártel de Busan, en medio de una guerra entre mafias, es contratado en Daegu por el jefe Kim para llevar un cargamento...