Día 16: rutina de mañana (knuckles x tails)

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Son las 7 de la mañana en las habitaciones del campus universitario, escucho mi alarma con fuerza y la apago de un golpe, bostezo estiro mis brazos espabilando un poco el sueño.

Salgo de mi cama, tomo mis toallas y mi jabón. Voy al baño al final del corredor, aun es algo temprano así que puedo bañarme con tranquilidad sin tener que ser molestado por los otros idiotas que viven en el edificio.

Desde que llegue aquí, soy tachado por ser el menor y pequeño miles prower. No es mi culpa ser un genio y llegar a la universidad a mis 14 años, cuando la mayoría ya superan los 19.

Olvido eso, y tomo un buen y reparador baño. Enjabono todo mi pelaje y con mayor atención mis colas. Son algo gruesas y se llenan más rápido de suciedad, así que les doy mayor atención.

Limpio bien mis orejas, mi cuello y mi pecho, pero al pasar mis manos por esas zonas me imagino a knuckles. El capitán de futbol americano, fuerte, rudo, tiene lleno la cabeza de aire pero, no quite que me haya enamorado de él. Y como no hacerlo, si convives con él en tu habitación todos los días.

Sí, es mi compañero de cuarto en la universidad.

No puedo evitar imaginar, que me toma en la noche mientras duermo, o aquí en las duchas. Es un delicioso y tonto sueño erótico que tengo. Cosa que no se va a cumplir.

Simplemente, porque sé que no le gustan los hombres.

Se mantiene en fiestas con chicas, especialmente las porristas, llega súper borracho oliendo a loción de mujer y marcas de labial por todos lados.

Me duele, pero no tengo ni voz ni voto para decirle algo.

Aaaah~ mi triste realidad.

Enciendo el agua de nuevo y retiro todo el jabón de mi pelaje, también lavo mi cara con cuidado que no me entre en los ojos. Saliendo me coloco dos toallas, una en la cadera y la otra en la cabeza.

Regreso a mi habitación, mirando al pelirrojo dormido en su cama.

Debería despertarlo, pero cada vez que lo intento me grita muy feo, aunque eso es más por su jaqueca después de tanto que toma.

Suspiro y voy a ponerme la ropa. Una camisa manga larga, un chaleco, pantalones formales y mis zapatos, junto a mis calcetines y guantes blancos.

Limpio mis lentes y me los coloco, realmente se me hizo costumbre usarlos, no los necesito en realidad.

Agarro un cepillo y peino mi pelaje, la de mi cabeza y cola principalmente. Lavo mis dientes, y me miro al espejo. No puedo evitar pensar, que pasaría si yo fuera otra persona.

No me agrada mucho mi vida, siempre he sido el tachado, desde el orfanato, y toda la escuela primaria, segundaria y ahora en la universidad. Si no es mi inteligencia, son mis colas, o mis lentes. Algún defecto en mí.

Suspiro y regreso por mis cosas, knuckles sigue dormido. Sé que me gritará de nuevo, pero debe levantarse, no puede perder sus clases, o no podrá seguir jugando en el equipo. Es un requisito necesario.

Resoplo, saco una pastilla para el dolor de cabeza y un vaso de agua, poniéndolo en la mesita de noche. Luego tomo valor y lo muevo.

-hey, despierta, debes ir a tus clases- lo muevo un poco

-mmm... no mamá, quiero dormir, cinco minutos más- dice volviéndose a ocultar en las sabanas

-vamos, despierta- sigo insistiendo jalando la sabana

Él se niega a levantarse, y a mí se me hace tarde.

Niego, esto es inútil.

Resoplo derrotado, de todas maneras solo recibiría un fuerte golpe o un grito con palabras muy ofensivas a mi persona. Me aparto dejándolo dormir, pero no puedo evitar verlo un momento.

Su rostro es sereno, mejillas melocotón, una pequeña marca en la mejilla y sus labios, son tan... tentadores.

Me pregunto a qué sabrán?

Con lentitud me acerco a él, rosando su nariz con la mía, la cual me causa un escalofrió. No puedo evitar sonrojarme. Respiro con fuerza y me acerco más, beso levemente sus labios y me separo de inmediato por si se llega a despertar, no lo hace. Aunque es obvio, llego a las tres de la mañana, posee el sueño pesado.

Suspiro y me acerco de nuevo, esta vez lo beso bien, un poco más profundo, atento a que no se despierte claro. Sus labios son suaves, agradables, saben a uva y a licor, una extraña combinación.

El me corresponde, abro los ojos temiendo que se despierte, pero sigue dormido, me está besando dormido. Parpadeo un poco sintiendo mis orejas arder, pero no importa. Jadeo un poco pero sigo, metiendo mi lengua con algo de timidez, el responde de a poco, quizás sueña que besa a alguna de esas porristas, no lo sé.

Tardo un par de minutos besándolo, hasta que se me acaba el aire, me aparto de él acariciando mis labios, lo besé, chaos gracias por este regalo. De la nada comienza a removerse, tratando de despertar.

Ese es mi aviso para salir, lo hago rápidamente antes de que me vea. Además, ya voy algo tarde.

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Muevo mis orejas al escuchar mi alarma, dando inicio a un nuevo día. Como siempre, hago mi rutina, un baño despertador, peinarme, cambiarme, lavarme los dientes y ahora algo nuevo a mi rutina.

Knuckles siempre se mantiene dormido, y ya que he comprobado, que cuando se emborracha y llega tarde levantarlo es imposible, ni siquiera un terremoto lo despertaría. Aprovecho la oportunidad para besarlo, me encantan sus labios, y su sabor a uva no se pierde, aunque si su mezcla, los licores que toma son variados al parecer.

Después de darle un largo, y profundo beso, me aparto, sonrió y salgo de allí a mi clase, dejando al grandote dormir. 

30 Dias de OTP (multiship)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora