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El camino hacia su casa siempre era silencioso, Si Cheng jamás tenía a un compañero de camino a casa, simplemente escuchaba música mientras lo hacía y se concentraba en los paisajes a su alrededor. El sol se había metido y el frío estaba terrible, ¿cómo podía haber olvidado un abrigo?, se maldijo por olvidarlo, pero no dijo nada en voz alta hasta que gotas de lluvia comenzaron a caer sobre él.

Bajó la cabeza para que las gotas mo cayeran más hacia sus ojos, esperando a que la luz roja del semáforo cambiara, guardó bien su teléfono y auriculares. Cuando la lluvia no caía más sobre él levanto la mirada encontrándose con un gran paraguas sobre su cabeza, se sintió agradecido hasta que miró de quien provenía... el chico rubio que diariamente comenzaba a quedarse de pie en frente de su casa.

—Gracias...

Tímidamente apartó la mirada... y es que él no estaba así solo porque aquel chico fuera demasiado guapo... No, también sentía que este sujeto lo estaba acosando, y que hoy no traía su roseador en aerosol... (Una pena aquello).

—  ...Me llamo Si Cheng, ¿y tú?

Quería entablar conversación, saber sobre aquel chico misterioso y acosador.

—Cuidese apropiadamente de la lluvia, no querrá enfermar —Habló  con voz áspera mientras tomaba una de las manos del menor dejando el paraguas allí— ah y joven... No sea una completa luz con los extraños, pueden ser malos.—una sonrisa ladina con cierta (o mucha) esencia de oscuridad hizo que el corazón le latiera rápidamente.

El silencio estaba en Winwin, no sabía que decir, que hacer, incluso no sabía en qué pensar. Miro nuevamente a su lado viendo como aquel rubio caminaba en sentido contrario... miró nuevamente el paraguas y así se quedó unos segundos más antes de emprender de nuevo el camino a casa.

—Ven aquí Hades~ —Su voz era baja, y es que sólo intentaba atraer a su gatito. Se quitó el sacó húmedo y los zapatos poniéndose sus chanclas, caminó hasta el cuarto de la lavandería desnudandose allí mismo para dejar la ropa en la secadora. Tomó una bata y continuó su búsqueda felina.

—¡Ah! Allí estás... ven michi~ —Su voz era tan dulce como su sonrisa al ver a su pequeño gato en frente de la puerta de su habitación— ah que descuidado soy he dejado tu comida allí dentro ¿cierto? Debes estar odiando a papá —camino hasta el minino cargandolo y dejando un beso en su cabeza— no me odies~ —suplicó entrando a la habitación—.

Bajó a el gato suavemente hasta que sus cuatro patas estuvieran bien afirmadas en el suelo.

—Iré a bañarme, no hagas nada malo aquí,  sabes en donde está tu caja de arena.

Caminó hasta el baño cerrando la puerta atrás de él,  pues no quería que el gato fuese a entrar y jugara con el papel de baño.

—Hmm~

Un suspiro salió de los labios de Si Cheng cuando el agua tibia hizo contacto con su cuerpo, casi nunca se bañaba en la tina, siempre solía hacerlo en la regadera para ganar tiempo, pero hoy sólo quería relajarse.

—Canis— el susurro de una voz llenaba el espacio, y una sonrisa preciosa pero con un aire... perturbador de un hombre rubio un poco lejos de él hacían que la piel de Winwin se pusiera de gallinas— Canis~ No te resistas a mi —la voz ahora era más clara y sin duda alguna era demasiado... tentadora, demasiado dulce y muy encantadora.

Al mirar hacia abajo, sin haberlo notado antes ya estaba caminando hacia él, estirando su mano. Su piel era más pálida ahora y al detenerse un poco viendo el paisaje todo era muy hermoso y lleno de luz...

—Confía en mí, Canis— aquel hombre que no podía visualizar bien, estiraba también su mano— brillaremos juntos~ —ahora su sonrisa lucía ansiosa, al acercarse tomó la mano de quien le llamaba tantas veces— Mi dulce Canis.

La sonrisa era demasiado amplia y feliz, nada lucía mal, no hasta mirar nuevamente al rededor, el escenario era terrible todo aquello que tenía espléndida luz y vida se convertía en una profunda oscuridad, miro nuevamente la mano que sujetaba y como está... ahora transformaba la suya.

—Todo debe ser así; Si Cheng —habló rápidamente al notar la cara de confusión del mencionado.

Sentía miedo ahora, líneas de un color negro profundo recorrían desde sus brazos hacia el resto de su cuerpo. Miró los ojos del rubio, eran negros como la misma oscuridad, y su sonrisa está vez le provocó... miedo, profundo miedo.

—¡MIAWWWW!~ —un agudo y fuerte maullido hizo que abriera los ojos... estaba en su baño... en la realidad, ¿se había quedado dormido?, salió rápido de la bañera secándose bien para salir y ver a su gato sentado en frente de la puerta

—¿Tardé mucho,  Hades? — sonrío mirando dulcemente a su gatito— ven vamos a la cama si? Te daré los mimos  que quieras.

Camino hacia el armario pasando en frente del espejo, vió de reojo su propio reflejo, tenía las manos llenas de venas negras y los dedos totalmente oscuros como el carbón... ¿qué?.

¡Hola! Lamento haber tardado tanto en publicar el segundo capítulo, pero como siempre el trabajo me absorbe mucho

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¡Hola! Lamento haber tardado tanto en publicar el segundo capítulo, pero como siempre el trabajo me absorbe mucho. Pero aquí estoy espero que les esté gustando la historia... Comenta lo que te guste de la novela y sino sabes que escribir, bueno pon un 🐦 ♡All the love♡

Un Caos Llamado Oscuridad •yuwin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora