Capítulo 1

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Gea molesta porque el hijo de su hermano, (quién era la divinidad preferida de Caos) intentará poseer a Canis, escondió a este infinidades de veces para que Nix no le encontrase, siendo siempre sus intentos completos  fracasos.
...

Una noche de luna llena y cielos estrellados una joven muchacha comenzó a convocar a Gea para que ésta interviniera ante los demás dioses y pudiera desposar a un noble caballero.

—¡Perfecto! —Carcajeó Gea teniendo a la mano la mejor idea y oportunidad— Te concederé tu petición, pero quiero algo a cambio mujer.

—Haré lo que usted me pida mi señora —La mujer agradecida y desesperada por desposar se temblaba de ansiedad.

—Te daré gran fertilidad a ti y a tu descendencia, riquezas y jamás faltará comida en tu mesa, pero cuando lo vea necesario de esta descendencia tuya nacerá nuevamente Canis la creación de Urano, deberás protegerle de Nix —Una sonrisa inevitablemente se asomó en los labios de Gea— si me fallas tu alma irá a el Hades y serás siempre castigada de la peor manera posible.

Gea convencida de ganar está vez tomó a Canis, sin que Urano se enterase y le dió miles de años después vida nueva en el vientre de la última descendiente real de aquella mujer.

Canis nació y creció sin poder recordar nada de su esplendor y vida como la creación de Urano, siempre siendo vigilado y cuidado por sus familiares.

Lejos de Nix quien llevaba buscándole por toda la tierra desde que Gea le tomó, Nix tomó forma humana y se mantenía en la oscuridad.

Actualidad

Si Cheng caminaba al rededor de su bien iluminada habitación estudiando para el examen que debía presentar pronto, agotado se sentó en frente de su escritorio y miro hacia afuera por la ventana de su habitación hacia el gran jardín de sus vecinos, sus ojos se abrieron grandes y curiosos cuando vió a alguien salir entre la oscuridad y mirar hacia su ventana, conectando miradas, sintió pánico de que fuera su vecino y creyera que le estaba vigilando. Nuevamente curioso asomó la vista y no vió a nadie más.

—Que agradable, yo también quisiera teñir mi cabello —Soltó un sonoro suspiro dejándose caer en el espaldar de su silla y cerrando los ojos para recrear la imagen de su vecino quién al parecer ahora tenía cabellera rubia.


A la hora de dormir Si Cheng no podía dejar de pensar en aquel de cabellera rubia quien por un momento le miró tan profundamente.

Al siguiente día la imágen de un joven rubio se dispersó entre las tareas y los exámenes pendientes, eso hasta que vió a Taeil entrar con su cabello castaño habitual... ¿Qué no lo había teñido?


Tal vez solo lo había imaginado, tal vez aquella mirada penetrante sólo fue producto de su agotada imaginación.

—¡WinWin-ah! ¿Porqué miras tanto esa pared? —La voz de su hyung lo atrajo fuera de sus pensamientos.

—Oh, Hyung sólo... pensaba, anoche me pareció ver algo pero ahora estoy completamente seguro de que sólo lo vi en mi mente.

—¡Oh! está bien, aún me falta presentar una prueba, nos vemos luego winwin-ssi— con una dulce sonrisa el de baja estatura salió de su vista.

—Quiero ir a casa...

Murmuró para si mismo frotando sus ojos. Estaba cansado y ahora pensaba que estaba demente, ¿cómo pudo creer ver a Taeil con cabello rubio?.

Sé dio vuelta caminando fuera del Instituto, al dar vuelta en la esquina pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer sobre él provocando una maldición entre dientes.

—Debo correr... —Se alentó mentalmente y comenzó a acelerar el pasó cada vez más bajo la lluvia ahora más densa.

El aire ahora pasaba pesadamente por sus pulmones,  sé detuvo un momento queriendo descansar. Se pasó la lengua lentamente por los labios húmectandolos y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, sé pasó la mano por los cabellos empapados y levantó la vista dejándola fija en la fuente que había a una calle de dónde se encontraba, estuvo así unos segundos hasta que una cabellera rubia caminó  cerca de la fuente sin expresión alguna.

—Está loco, ¿quién camina tan tranquilamente bajo está lluvia? —Mordió el interior de su mejilla y finalmente siguió su camino a casa.

El uniforme escurría demasiado por lo que antes de entrar a casa tuvo que quitarse el chaleco, y llevarlo en la mano, junto a la lavadora sé quitó el resto de sus ropas quedando sólo en sus boxer,  corrió por toda la casa hasta llegar a su habitación y encerrarse en el baño, su nariz y labios estaban rojos y estaba seguro de que era por la lluvia y rogaba por no haber pescado ningún resfriado.

El agua tibia comenzó a caer sobre la bañera vacía y llenarla con velocidad, la piel del castaño que se veía extremadamente fría y estaba temblorosa pronto se sintió mejor al estar en contacto con el calor del agua, el olor a jazmines que le había agregado al agua le ayudaba a relajarse aún más.

~Mi bella luz, te tengo Si Cheng

Sin Cheng abrió los ojos de golpe al haber escuchado a alguien susurrar en su oido, pero... Estaba solo, se mojó la cara y negó repetidas veces

—Estoy loco... pensando eso.

Salió de la bañera segundos después y caminó hacia su armario sacando ropa cómoda y cálida,  tal vez dormir así haría que esas ideas locas que ha tenido desde ayer desaparezcan.

Sintió ser observado por un momento y rápidamente se vistió corriendo hacia el interior de su cama, conectó sus auriculares y escuchó música hasta quedar dormido profundamente.

A media noche un sonido fuerte lo despertó haciendo que saltará de la cama, miro por la ventana... De nuevo el chico rubio en frente de su casa, no podía notar sus rasgos pues la oscuridad se lo impedía.

—Canis... ven... a la oscuridad,  dame tu mano

La imagen de un rubio susurrando en sus sueños mientras le extendía la mano era realmente... extraña, sentía ya conocerlo antes pero no podía descifrar quien era,  pues se le veía opaco el rostro.

—¿Qué hace allí bajo la lluvia?

Esa pregunta era demasiado interesante para WinWin, pues nisiquiera sabía quién era, no después de que vio que Taeil tenía el cabello oscuro hoy.

Volvió la mirada al rubio y creyó desmayar cuando le vió más de cerca y este tenía los ojos totalmente negros con la sonrisa blanca y maliciosa, mientras irónicamente rayos caían tras de él  como en una película de terror.

Cerró los ojos Asustado; al volver abrirlos ya era de día y se encontraba acostado en su cama. Una gota de sudor recorría su sien y su respiración estaba agitada.

—¿Qué demonios?

—¿Qué demonios?

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Un Caos Llamado Oscuridad •yuwin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora