Parte 3 Capítulo 2

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Ya es miércoles, el último día de clases antes de que me vaya a con mis abuelos, mi mañana fue normal, en las clases estuve con mi grupito, tocó la campana del receso y seguí con ellos.

Uriel y Karina hablaban sobre las tareas mientras que los otros bromeaban de cosas que ni al caso.

- ¡Denner!

La voz me pareció familiar, aunque no logré a distinguir quien fue la que gritó mi nombre por lo que decidí voltear a ver. - ¿Qué pasa Crista?

- Que, ¿qué pasa? Te diré que es lo que pasa Pasa que eres un pendejo que no sabe nada, pasa que dejaste ir a esa persona por una maldita zorra.

Todo se salió de control porque en cuanto Alice escuchó esto se giró a verla. - ¿A quién le dijiste zorra? Si él quiere estar conmigo es porque le doy algo que ella no le daba.

- ¡Cálmense las dos! ¿Por qué tantas broncas entre ustedes? -Ambas me voltearon a ver.

- ¡¿Qué por qué tantas broncas?! Esta zorra

- ¡Alice! –Me atreví a interrumpirla.

-Bueno, esta Alice. –Hizo las comillas con sus dedos. –Ha hecho que la mayoría de chavos que llegan a subir o a ganar popularidad se hagan sus novios, y ahora hizo que tu cortarás a una chava que vale la pena, una chava que te quería con todo su ser, una mujer que te amaba como nunca amó a nadie.

Woow, eso me sorprendió bastante, pero como es que ella lo sabe. –Crista. ¿Cómo sabes eso?

-Será porque soy su mejor amiga desde primero de secundaria -Esa no la vi venir, no entendía nada de lo que me estaba pasando.

-Pero, ¿cómo? Nunca las vi juntas.

-No nos viste juntas porque todo el tiempo se la pasaba contigo, o con sus amigas de otros grupos, ella y yo nos vemos, o veíamos en las tardes para platicar, y ahora está estúpida hace que la dejes ya ni la chingas Denner.

-A ver Cristani, bájale a tu tono de voz, que no somos iguales -En ese momento que Alice habló simplemente mi prima se dio la vuelta y nos alzó el dedo.

¡Genial! No puede ser, no puedo creer lo que está pasando justo ahora, ¿Por qué a mí?

El día continuó hasta la salida en la cual Alice y yo fuimos a su casa, no sé por qué creí que sus padres estarían en ella; al llegar me tomó de la mano para guiarme por las escaleras, su habitación estaba justamente frente a estas. Al entrar cerró la puerta y me aventó a la cama.

Comenzó a besarme como loca, empecé a hacer lo que ella, nos quitamos las prendas superiores; posteriormente las inferiores, rodábamos por la cama sin poder pensar algo. Entré en un éxtasis muy profundo; nuestros cuerpos sudaban como si nos encontráramos en un desierto cuando de cierto modo lo estábamos. Estábamos en un desierto con sed de pasión, un desierto donde queríamos intentábamos quitarnos la sed con el sudor de nuestros cuerpos, un desierto donde queríamos refrescarnos con el frío de nuestros sentimientos

-Bueno

-Gavi, ¿Dónde carajo estas? Ya deberías estar aquí.

-Aguanta Mojica, ya voy.

- ¡Mejía! ¿Sabes qué? Olvídalo vente lo más rápido posible.

Diario de un cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora