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No aprovechaba los días de ensayo porque ya no sentía ninguna motivación. Llevaba cinco días sin ver a ninguno de sus compañeros y casi lo prefería así. Le dolía muchísimo, pero era lo mejor para ellos. Se tenían que centrar por completo en el programa.

La misma noche de la expulsión alquiló una habitación en un hostal porque si volvía a su antiguo hogar, no sería capaz de irse después. Fue a recoger sus cosas al día siguiente, aprovechando que los chicos estaban ensayando. Además, quería recorrer una última vez el lugar con tranquilidad y sin más despedidas, y eso solo podría conseguirlo estando solo.

Sus padres trataron de animarle, pero no tuvieron mucho éxito.

—No he conseguido entrar —les dijo durante una llamada telefónica—, y ya no queda mucho para terminar el año. Este no voy a conseguir debutar, eso seguro, así que aceptaré volver a Malasia si es lo que queréis.

No quería irse, porque hacerlo sería abandonar su sueño, pero es lo que les había prometido a sus padres unos meses atrás.

—Jisung... Ya hablaremos de eso en otro momento. Ahora céntrate en mejorar el baile y seguir disfrutando de la música.

Apretó la mandíbula y no dijo nada más.

Después de todo volvió a la empresa y se encerró de nuevo en una de las salas. Ese era el lugar donde pasaba todo el día, normalmente distrayéndose con cualquier cosa.

Se tumbó en el suelo con la libreta en la que escribía sus canciones y se quedó un buen rato pensando. Cuando ya tuvo el tema del que quería escribir y logró sacar las primeras frases, la puerta se abrió.

—¿Jisung?

El chico levantó la cabeza de la hoja al darse cuenta de que alguien había entrado.

—¡Chan hyung!

Hizo ademán de ponerse en pie, pero el mayor le hizo un gesto para que no lo hiciera y se sentó delante.

—¿Qué haces?

—Estoy escribiendo. Sé que debería estar practicando el baile, pero no puedo concentrarme.

Para Jisung, Chan todavía era como su líder y sentía que debía darle explicaciones.

—Lo comprendo. ¿Sabes? Podrías escribir canciones para nosotros alguna vez, así siempre formarás parte de Stray Kids.

—Sí, quizá.

No lo haría, porque muy probablemente él volviera a Malasia el siguiente año, y aunque no lo hiciera, los chicos ya producían sus propias canciones, no necesitaban a Jisung para hacerlo.

—¿Cómo estáis? ¿Qué tal la misión?

—No está siendo fácil —admitió Chan—. Estamos todos muy dispersos. Pero hemos compuesto una nueva canción y estamos preparando el baile.

Jisung trató de alegrarse de que estuvieran trabajando, pero no pudo evitar la punzada de dolor. Sabía que los ocho eran muy buenos y que lo harían genial sin él, pero le encantaría estar con ellos para acompañarles.

—Mañana vamos a tomarnos el día libre e iremos a ver eventos a la calle. Así podremos aprender cosas que nos servirán para la misión... Te lo digo por si te apetece venir con nosotros.

—No —dijo con vehemencia, y acompañó su negativa con un movimiento de cabeza—. Es mejor que no esté con vosotros.

—¿Por qué? —Volvió a negar con la cabeza. No le diría que le avergonzaba estar cerca de ellos porque se sentía inútil ni que quería evitarlos porque verlos, sobre todo a Minho, era una de las cosas más difíciles para él—. ¿Es por eso que ni siquiera sales a comer? Estamos todos los días esperando a que aparezcas para invitarte a unirte con nosotros.

Little Darling  [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora