Insignificante Skyler.

144 7 0
                                    


Saboreo la victoria entre mis papilas gustativas, mientras veo como la puerta de la clase se cierra y por el pequeño cristal se aleja una melena pelirroja.

Me debato si debería entrar o esperar a que se maten entre ellas ahí dentro, pero al no escuchar ni el más mínimo atisbo de ruido, decido volver al aula.

Mi sorpresa llega cuando atravieso la entrada y observo a Holly sentada en mi mesa, ocupando el lugar de mi compañero, el cual me mira desde otro lugar con cara de pocos amigos. Debe ser complicado cuando la persona que te gusta desde que tienes uso de razón, te considera alguien invisible para esa retina de alta cuna. Alguien como ella jamás podría estar con Brian, ¿en qué lugar quedaría entonces?.

Bajo la atenta mirada del resto de demonios, camino con seguridad y arrogancia, la misma que ellas utilizan para creerse superior a los demás.

Cuando el profesor procede a seguir con la clase, yo me limito a guardar indiferencia entre mi nueva compañera y yo, algo que le recuerda que no tiene el mundo a sus pies, algo nuevo y atractivo a sus ojos. Pero no me lo va a poner tan fácil, desea que le hable y yo deseo hundirle la vida.

Tenemos ambiciones diferentes, pequeña Holly.

Pasa sus manos por su cuello, rozándolo con delicadeza y suavidad, quiere que la mire y sepa que está ahí. Acaricia su cabello rojizo, digno de admirar, para acabar recogiéndolo en una cola. Llegando a mis fosas nasales un olor dulce y exótico, que despertaría a cualquier chico aquí presente, menos a mí.

Aclaro mi garganta, y trago saliva.

Sus ojos no pueden dejar de mirar de reojo mis actos.

-¿Qué te hace pensar que voy a creerte?-. Termina por clavarme sus ojos de víbora.

Que fácil es hacerte caer en la tentación, Holly.

Tomo mi tiempo en responder, acabando de escribir los apuntes sin darle importancia a su pregunta. Exhalo aire, humedezco mis labios, y me giro a verla. Su mirada recae rápidamente en mi boca, incitándola lo suficiente para que no pueda despegar la vista de ella.

-Has elegido sentarte a mi lado-. Argumento, encogiéndome de hombros, sin querer profundizar en el tema. -Antes que ir con tus amigas-.

Deduzco que he dado en el clavo con la respuesta cuando esboza una sonrisa marcando unos hoyuelos propios de Lucifer. Cualquiera vería en ese rostro uno cálido y dulce, algo pícaro y descarado que hacen un conjunto perfecto a la vista del resto, quizás es eso lo que Brian ve en ella, yo no puedo dejar de ver a un lobo disfrazado de cordero.

-No soy ninguna niña-. Aclara, alternando la vista entre mis ojos y mis labios. -Y no me gusta que tomen decisiones por mí-.

Sus palabras no hacen más que alegrar mis oídos, si necesitaba alguna señal para darme cuenta de que Holly me ha creído, la tengo en esa frase. No me equivocaba cuando deduje la personalidad de esta, y es que bajo esa apariencia de chica difícil bien construida, se rompe nada más ver a alguien que puede ser peor que ella. Le gusta lo tentador y oscuro, lo que ella no pueda controlar y le haga tener que decidir si quiere arriesgar. Sus amigas se empeñan en controlar a la pequeña del grupo, lo que no saben es que el lobo más desobediente de la manada se les acaba de escapar.

Y no hay cosa que alimente más mi cínica sonrisa que verla venir hacia mí.

-Entonces nos llevaremos bien-.

Ella asiente feliz, como si le hubieran dado esperanzas de algo que desea tener. Me he convertido en un reto, y ella sigue siendo mi Objetivo 1, el cual va tomando forma con rápidez.

Juego de Cuatro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora