Todo comenzó aquella noche, hace dos meses, aquella fiesta que arruino mi vida, aquel rumor que daño mi autoestima, aquel chico que lo invento y me destruyo.
-Ruggero, déjame.- Pedí con angustia al sentir sus cálidas manos al alrededor de mi cintura...
Me dirigí a paso lento hacia la cafetería, me percate como todos me miraban, con asco, con desprecio y lograba escuchar algunos comentarios pervertidos y asquerosos que algunos chicos me dedicaban.
Y yo simplemente no entiendo como mi vida dio un giro completo por un simple rumor, que no tiene fundamentos.Y suelo sentirme como una basura, como ahora, nunca pedí esta vida, mas no podía lograr algo para cambiarla. Solo seguiría luchando y no me dejaría vencer.
Ignorando mis pensamientos, pedí una manzana, y me dirigí hacia una mesa de la esquina, no quería tener el mas mínimo contacto con el grupo de Ruggero o el solo, mas la vida parecía que me castigaba,ahí estaba el venia hacia mi con una mirada de desprecio y asco.
-Putita, deberías estar en un prostíbulo, la verdad no se porque desperdicias tu tiempo aquí.-Dijo en un tono burlesco, abrí la boca para decir algo para defenderme, pero en eso sentí como un liquido demasiado caliente bajaba desde mi cabello, pegue un grito por el dolor.
Cafe,Sentía mi piel enrojecerse debajo de mi blusa, no me pude contener mas y las lagrimas de dolor y rabia comenzaron a descender a través de mis mejillas.
-Dime puta, ¿Te dolió?, Pues te mereces esto y mucho mas.- Ruggero marcaba cada palabra con una carga inmensa de rabia.
No tenia nada que decir, si abría la boca me iría mucho peor.
-Dime ¿Con cuantos te has acostado hoy?.- Pregunto burlándose.
Lo encaro, mirándolo con el mayor desprecio mio.
-Te odio,y no sabes cuanto.- Dije con la voz en un hilo, sentía un nudo en la garganta que no me permitía hablar.
Al escuchar eso, la sonrisa de Ruggero se volvió mas grande y arrogante con una mirada de odio.
-No eres mas que una zorra, la cual nadie quiere, que se acuesta con cualquier tipo, una basura, eso eres, deberías hacer dieta, estas demasiado gorda.- Remarcaba cada palabra.
No aguante mas, no acepte mas el seguir siendo humillada por el, salí corriendo de la cafetería con los murmullos de los estudiantes a mis espaldas.
(***)
Llegué a mi casa y Entre , subí corriendo las escaleras hacia mi cuarto,No soportaba este infierno, una asquerosa vida la que llevo.Entre a mi cuenta de Facebook y como siempre los comentarios repugnantes hacia mi nunca faltaban.
"Zorra Perra Gorda Puta Fea Prostituta Golfa Hija de puta Desgraciada" Cualquier persona pensaría en porque me hago mas daño leyendo los comentarios, pero simplemente no puedo dejar de leerlos al parecer esa era la realidad, soy todo eso y mucho mas.
Mi dirigí al baño y los recuerdos comenzaron a invadir mi mente, la muerte de la única persona que me quería, sin importar nada, que me dio su amor incondicionalmente.
Mi padre.
Su muerte había sido una noticia devastadora para mi, sentí sola y ya no tenia en quien confiar, no podía creer que un ser tan dulce como el ya no este a mi lado,Esa persona que me había apoyado en todo momento había partido de este mundo.
Si mi padre nunca hubiera visto esa escena tan perturbadora de mi madre teniendo relaciones con otro hombre, mi vida seria diferente, pero el destino no lo quiso así.
Luego de su muerte me quede sola, nunca le volví a dirigir la palabra a la persona que se había hecho llamar mi madre, si ella hubiese tenido un poco de amor hacia nosotros jamas hubiera cometido ese error que marco mi vida.
Dirigí mi vista hacia el espejo, me veía espantosa, las personas tenían razón, no era mas que una zorra. Seria lo mejor para todos si yo me fuera de este mundo, en el que lo único que hago es sufrir y ser humillada.
Al pensarlo me dirigí hacia el botiquín y tome un frasco con pastillas.Tome una gran cantidad de ellas y me las tome sin pensarlo.
Mi muerte no le va a importar a nadie, de eso estoy segura, todos se alegraran, principalmente Ruggero Pasquarelli.
En un momento a otro comencé a ver todo negro y mis parpados se cerraban lentamente, me iba lentamente.
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