Todo comenzó aquella noche, hace dos meses, aquella fiesta que arruino mi vida, aquel rumor que daño mi autoestima, aquel chico que lo invento y me destruyo.
-Ruggero, déjame.- Pedí con angustia al sentir sus cálidas manos al alrededor de mi cintura...
Llego al colegio en medio de burlas.Cada día me siento peor conmigo misma.
En cuanto entro a la clase me encuentro con Ruggero, el cual se encuentra muy ocupado tecleando quien sabe cuánto en su celular el No se ha dado cuenta de mi presencia, lo cual me relaja.
Me doy media vuelta, más algo me impide salir de ese salón, Ruggero me aprieta contra la pared dejando su cuerpo pegado al mío, mi respiración se entrecorta al verlo tan cerca de mí, invadiendo mi espacio personal.Ruggero al notar el efecto que causo, sonríe.
-¿A dónde ibas?.- Me pregunta sonriente, cada vez me siento más intimidada.
-No sé a qué te refieres.- Respondo tratando de sonar calmada.
-Bien... como sea.- Sentencia borde.- Hoy habrá una cena en mi casa y como debes de saber tú y tu madre están invitadas.
Dicho esto, mi mirada se entrecierra.Mi madre ha sido muy buena amiga de la familia Pasquarelli durante bastante tiempo.
El saber que iré a casa de Ruggero no me agrada para nada, tengo mucho miedo a que pueda pasar y lo sé, es algo patético sentir esto.
-Si me entero que has abierto tu puta boca.- Continua Ruggero gruñendo molesto.- Te juro que te hare la vida una mierda.
-De eso puedes estar seguro Ruggero.- Lo interrumpo.- Mi vía ya es una completa mierda.- Digo molesta.
Me observa y se acerca aún más, nuestras respiraciones se mezclan.
-Créeme Karol, puedo hacer que tu vida sea aun peor.- Dice rudo para luego irse de la clase como si nada hubiese pasado.
Las clases pasan rápido gracias a dios por eso.Camino con una botella de agua en la mano y me siento en la cafetería, miro a mí alrededor y visualizo a muchos chicos normales viviendo su vida, conversan, ríen, bromean.
Me pregunto si algún día mi vida podría ser así.
-Hola.- su voz me despierta de mi trance, es Lionel quien se ha sentado en la silla frente a mí, con una gran sonrisa.
-¿Qué haces aquí?.- pregunte borde y con la mirada baja.No quiero que Ruggero se entere.
-¿Puedo acompañarte?.- pregunta relajado y amable.Es increíble que Lionel este aquí, conmigo hablándome, el mejor amigo de Ruggero.
Miro a mi alrededor para ver si Ruggero nos está viendo y así es, está en la mesa de al lado con su novia y me mira con desprecio.
-No te preocupes por el.- dice Lionel -.cada día es mas imbécil, ¿Estas bien?, no me gusta verte sufrir por Ruggero, es un estúpido al ser tan rudo contigo... quiero pedirte perdón Karol, me he equivocado mucho, lo siento.- dice nervioso.
No lo podía creer,Lionel Ferro pidiéndome perdón.Creo que se ve sincero y de verdad le creo, una sonrisa se forma en mi rostro, el al notarlo también lo hace.
-No te preocupes todo olvidado.- afirmo.
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