30 Days OTP challenge [ReiMob]

Día 1: Tomarse de las manos

Mob Psycho 100 le pertenece a ONE. Yo solamente escribo por diversión. Y sin fines lucrativos.

Disfrute su lectura.

- 🌻-

- Le aseguro que ese pequeño espectro no volverá a atormentarle por el resto de su vida- Reigen Arataka, el rubio que exorcizaba espíritus y demás en su oficina por medio de masajes, se llevaba las manos a sus bolsillos con una sonrisa autosuficiente, levantándose de la silla donde estaba hace unos instantes antes de que la clienta enfrente suyo comenzara a decir que se sentía mucho más ligera de la espalda.

Mob iba entrando a la oficina de su maestro, y sonrió para sus adentros al ver la felicidad de la chica que no dejaba de alardear sobre lo buen psíquico que Reigen era.
Se acercó a la pequeña mesita que hacía el papel de su propio escritorio y cobró el monto indicado por el rubio, dando cambio al instante y mirando a su maestro despedirse de la mujer.

- ¡Recomiende con familiares y amigos! ¡Que tenga una bonita tarde!- Exclamó el mayor, agitando su mano de un lado a otro.

- ¡Gracias, muchas gracias! -

Shigeo pensó que si, ya, era demasiado. Pero no se atrevió a decir nada por educación y un poco de timidez.

Una vez que se cerró la puerta, Reigen dejó caer su sonrisa inmediatamente, y cerró sus ojos para encima frotarse un poco los lagrimales, masajeando su nariz recta y suspirando con alivio.

- Dios, las mujeres son un horror. Esta particularmente, me pidió casi que le quitara el vestido que traía encima para realizarle el exorcismo-. Consciente de que Mob escuchaba, siguió quejándose- Le dije que no era parte de mis costumbres andar desvistiendo a la gente, pero aún así, ella... Agh... Y por cierto, qué horrible vestido-.

El adolescente rió por lo bajo, intentando ignorar la punzada en su pecho al escuchar aquello de quitarle el vestido a esa mujer.

Últimamente Reigen tenía más confianza para contarle como le pedían atención sus clientes, notándose cansado de los diferentes tipos de personalidades que tenían con él cada uno de los hombres y mujeres que le visitaban. Shigeo escuchaba atentamente y sin hacer malos comentarios, aunque la mayoría de las veces se le escapaba una traviesa sonrisa o una maliciosa risita.

Reigen principalmente adoraba esas últimas.

- Debería poner letreros de que no se toca de más a los clientes, maestro. Al menos para aclarar dudas...-

El mayor sonrió un poco, llegando a un lado de su pequeño discípulo y acariciando su cabello de forma suave se dió el lujo de sonreír sinceramente.

- Al cliente lo que pida, Mob-. Fueron todas sus palabras.

Las palabras que hicieron sentir un pinchazo al corazón del niño esper. Eso significaba... Que... ¿Reigen si había quitado el vestido que cubría el bonito cuerpo de esa mujer..?

23% antes de que Mob estalle.

- Ahhh, en fin-, suspiró el adulto, alejandose del pelinegro que de repente se había quedado mortalmente callado- espero que no toque otra como esa en un mes, o más si se puede-.