30 Days OTP challenge [ReiMob]

Día 2: Abrazarse

— Sabes que es un hombre adulto—

30% antes de que Mob estalle.

— Lo sé—

— No puedes ir por ahí tratando de conquistarlo, tú eres menor de edad—.

Mob se detuvo abruptamente, analizando las palabras de Ekubo en su inocente cabeza.
Alzó la mirada y dejó de ver el vacío para concentrarse en ver al espectro verde de una manera desconcertada.

— Yo no lo estoy intentando conquistar. Es mi maestro— aseguró el pequeño, seguro de ello—. Además, el amor no es algo en lo que esté interesado, no después de lo de... Tsubomi—.

Ekubo alzó una ceja ante la falta del "chan" al final del nombre de la chica. Estaba totalmente seguro que a Mob si le había dolido demasiado el rechazo de la mocosa con falta de materia gris.

— Entonces... Si no estás intentando conquistar al idiota de Reigen, ¿porqué te cambiaste el uniforme? Siempre vas a trabajar con tu ropa normal, y...—

— Ekubo— Llamó el psíquico, mortalmente serio—, ya te dije que no es cierto lo que estás diciendo—.

33% antes de que Mob estalle.

— Claro, e-es solo...— El espectro suspiró—, ahhh, es solo que... Te vez realmente... Lindo, con ese uniforme— Finalizó el mayor—.

El niño detuvo su caminar con el otro a lado para verlo ahora sin un deje de molesta, al contrario, sus ojos brillaban de sorpresa y un ligero rubor cubrió sus mejillas.
Sonrió levemente, y acomodó su short rojo, subiéndolo un poco más, dejando más a la vista sus muslos.

Ekubo rodó los ojos.

— Gracias, Ekubo—

Siguieron caminando en silencio y Shigeo iba pensando si debería llevar comida para ambos.
Ese día había salido relativamente tarde de la escuela debido a que los chicos de físicoculturismo habían insistido en realizar doscientas sentadillas al finalizar su recorrido diario. Mob apenas hizo cuarenta, y cinco más, a punto de desmayarse.

Y los chicos le habían dicho que con eso era más que suficiente, que lo había hecho genial y que se había ganado el derecho de usar las regaderas de la escuela, esas que solamente usaban aquellos de noveno grado.

Mob se sentía totalmente motivado. Estaba contento, así que si, llevó comida para su maestro y para él. Su autoestima estaba cada vez más elevada: llevaba una buena merienda para su adorado Reigen, no había calor ese día por lo que no iba sudando, y se había dado una ducha en la escuela por lo que iba limpio, además de que Ekubo le había dicho que su uniforme de físicoculturismo le hacía ver lindo.

Shigeo sonrió tiernamente. Ansiaba ver al falso psíquico.

— 🌻—

— Perfecto, entonces lo veré a primera hora, dentro de tres días— afirmó el rubio, acomodando su corbata mientras sostenía el teléfono pegado a su oreja— Sobre el precio, lo discutiremos cuando lleguemos allá— ¿Lleguemos?, escuchó Reigen y sonrió de lado—. Ah, si, si, somos dos, mi acompañante es un psíquico también—.

Mob entró justo cuando estaban hablando de él y Arataka le miró con su sonrisa.

Sonrisa que se borró al ver a Mob vestido tan... Descubierto. Enseguida miró a Ekubo, que iba con una expresión de hartazgo.

— Si, por supuesto— contestó el rubio, sin estar oyendo la voz del cliente—, claro, adiós—.

Colgó la llamada y nuevamente dirigió su atención a su discípulo.