Día 8: De compras / Saliendo a caminar

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Ah, Mob— le saludó el adulto, y el esper sonrió sin darse cuenta mientras escuchaba la voz de su maestro por la bocina de su celular.

— Maestro, le dije que no me llamara en horario de escuela, ¿qué sucede?—

Ritsu a su lado chasqueó la lengua y rodó los ojos, notando que la sonrisa de su hermano mayor incrementaba. Shigeo asentía y se ruborizaba levemente ante lo que sea que ese hombre le decía.
Hasta le pareció escuchar una risa del otro.

— Bien, lo veré al rato entonces— Mob colgó el teléfono y sonrió ampliamente, tranquilizándose un poco al sentir sus emociones incrementar. No quería provocar un estallamiento prematuro, era mejor mantener la calma, por lo que el sentimiento bonito hizo florecer un girasol a su lado, en plena azotea de la escuela.

— ¿Y bien? ¿Por qué sonríes así si solo te llamó el maestro ese?— El menor de los Kageyama miraba con seriedad al pelinegro. Una seriedad que no era habitual cuando se encontraba en compañía de su tierno hermano mayor. Pero le era inevitable ponerse así; no soportaba a ese charlatán desde que vió en la tele como quedó como un idiota. Y Shigeo a pesar de todo seguía admirándolo y queriéndolo.

Reigen Arataka y Akane Tsubomi eran dos de las personas que Ritsu no quería ni necesitaba ver.
Ambos de alguna forma lograron decepcionar a su hermanito, cuando era una persona tan sencilla y sin complicadas expectativas en alguien. Aún así, ese par de idiotas eran los peores. Y a quienes, Ritsu sabía, Shigeo quería más que a los demás.

— Me dijo que no trabajaremos hoy, en su lugar iremos a comprar unas cuantas cosas para un exorcismo especial. Y de paso, me comprará un helado— Aunque intentaba ocultar el sonrojo de su cara volteando a otro lado, Ritsu se dió cuenta y alzó una ceja en dirección a Ekubo, que solamente le desvió la mirada y sudó frío.

— Entonces, ¿te irás temprano hoy?—

Mob jugó con los botones de su uniforme, y asintió quedamente. Una sonrisa tierna se formó en sus labios lentamente, y el menor suspiró, derrotado. Sabía que le hacía ilusión a su hermano ser útil al hombre ese.

— Mamá y papá preguntarán por qué estás saliendo tanto con tu maestro. Desde ese día que te quedaste a dormir con él sin avisarnos le están agarrando idea. No es bueno que un niño esté tanto tiempo con un... Adulto desconocido— sermoneó el hermano menor—. Y menos si... Bueno, tiene mala fama de ser un estafador—.

Un mentiroso, quiso decir, pero su querido hermanito le miraba como si le hubiera dicho que Tsubomi nunca lo quiso y que iba a rechazarlo en cuanto él decidiera confesarse. La sonrisa se le había borrado por completo.
¿Tanto quería a ese hombre? ¿Qué tácticas utilizaba para engatusar a la gente? ¿Y por qué justamente su hermano era quien caía en las garras de ese charlatán? Quien sabe si ese tipo tenía otras mañas...

— Ritsu, él...—

— Lo sé, no pasa nada— detuvo el niño, alzando una mano para detener las mil y un razones que Shigeo tenía en la punta de la lengua acerca de como era que su maestro era en realidad una excelente persona—. Ve, yo hablaré con mamá y papá. Les diré que...—

— ¡Eres el mejor Ritsu, gracias!—

Lo que sea por esa inocente sonrisa.

— No es nada...— Devolvió el gesto el psíquico menos poderoso, abrazando a su hermano por encima de los hombros.

— Prometo llevarte helado—.

— Claro, sino me comeré tus galletas—.

— Bueno... Si las quieres, puedes tomarlas—.

30 Days OTP challenge [ReiMob] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora