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El sol daba con todo resplandor aquel día y Sokka lo tomo de manera positiva, empezó con su rutina diaria la cual consistía en arreglarse para ir a la escuela. El se sentía muy emocionado, la razón era obvia para todos los que habitaban en aquella casa, Sokka iría después de la escuela a casa de su mejor amigo para jugar. ya que ese era el último día de clases y no tendrían deberes que hacer para así enfocarse en solo jugar. Su padre en un principio no estaba de acuerdo en ir a dejar a su hijo en la casa de una familia desconocida, pero luego se comunicó con los padres de aquel niño y llegaron a un acuerdo.

El chico bajaba cada una de las escaleras a brincos, hasta que un chillido lleno de desaprobación se hizo presente.

—¡No saltes en las escaleras!- Regañó su abuela que se encontraba cruzada de brazos con evidente enfado.

—Lo siento, Gran Gran- Su voz sonó aún más chillona de lo que era. Su abuela no evitó soltar un suspiro.

—Ven aquí pequeño- Los últimos escalones los bajo de forma normal hasta llegar al lado de su abuela, está le dió un beso en la frente mientras apretaba sus manos al lado de las mejillas del pequeño.

—Abuelaaa- Se quejó alargando la “a”, mientras trataba de alejarla de el. Está soltó una risa negando la cabeza de un lado a otro, luego se escucharon pasos de la parte de arriba de las escaleras haciendo que Gran Gran dejara libre a Sokka.

Hakoda hizo su aparición mientras bajaba las escaleras con rapidez, miro a su madre y le dio un beso de despedida en la frente.

—Vamos a la escuela- Hakoda tomó la mano de Sokka y se encaminaron a la salida, al salir de la casa se subieron al automóvil, y condujo rápido pero con precaución.

—¿Katara regresara pronto?- Pregunto el niño quien miraba por la ventana las calles.

—Cuando ella terminé su examen de admisión regresara a casa- Respondió el hombre sin apartar la mirada de la calle.

Katara era la hermana menor de Sokka. Ella se encontraba con su Madre en la academia de Música, Kya llevó a su hija a Cuidad República para conocer las instalaciones de la academia que entraría su hija. Katara tenía el talento de tocar el piano con toda la facilidad del mundo, a su poca edad.

Después de minutos sokka ya se encontraba frente de la escuela, Sokka giro a ver a su papá el cual le dio un beso en la frente de despedida. Sokka iba saliendo del automóvil cuando su padre le recordó a qué hora pasaria por el, Sokka asintió y rápidamente salió del automóvil. Siguió su paso hasta la puerta de la escuela, su padre se encontraba dentro del automóvil estacionado mirando cada paso que daba, se marchó segundos después de ver a su hijo entrar a la escuela.

Sokka llegó al salón emocionado y se sentó en su habitual silla, Miro alrededor del salón y encontró a su Mejor amigo, se acerco a el con una sonrisa.

—¡Aang!- Exclamo, el mencionado giro a ver a su mejor amigo.

—¿Preparado?- Sokka asintió.

El día en la escuela estuvo normal, solamente que ya nadie hacía nada por ser el último día de clases, todos estuvieron afuera de sus salones mientras jugaban o platicaban. Y cuando llegó el momento de ir a la casa de Aang, Sokka se sintió sumamente nervioso, no sabía por qué pero no le tomo importancia.

Sokka y Aang esperaban a la madre del segundo mencionado, después de cinco minutos Sokka divisó a la madre de su mejor amigo, Aang tomo su muñeca y lo jalo hasta ella.

—¿Preparados chicos?- Preguntó con un tono de voz dulce a los dos niños, los cuales asintieron rápidamente.

El camino estuvo realmente divertido ya que la madre de Aang les pregunto cómo había estado su día, y los dos niños con la emoción a flote le contaron todo.

Del Azul Al Verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora