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Observó como sokka subía las escaleras para dirigirse a su habitación, soltó un leve suspiro y dirigió su mirada a sus amigos quienes observaban también.

Ya cuando Sokka desapareció de la vista de todos, quedaron en un profundo silencio.

—¿Tu hermano está bien?- Pregunto Suki.

—Hoy nuestra madre cumple su sexto año de muerta así que... supongo que no- Levantó sus hombros restándole importancia.

—¿No deberías ir con el?- Pregunto Aang mirando a Katara.

—El prefiere estar solo, así que ¿Quién soy yo para arruinar eso? Además no me necesita, estuvo solo durante estos años- Ella frunció el ceño mientras miraba el suelo.

Zuko, Aang y Suki se miraron tristes.

—Como sea, Tara iré al baño- Aviso Toph, sus dos amigos y hermano la miraron con desaprobación por su poca compasión. Ella simplemente rodó sus ojos y se dirigió a la parte de arriba.

Cuando llegó al pasillo se encontró con la puerta de Sokka cerrada, hizo una mueca de desagrado y respiro profundamente. Abrió la puerta de golpe y se encontró a Sokka acostado sobre su cama, este giro su cabeza intrigado.

Sus ojos conectaron por unos segundos pero Toph apartó la mirada, para dirigirla por toda la habitación dándole una pequeña inspección.

—Este no es el baño- Dijo Toph mientras miraba el cuarto intentando todo lo posible parecer una tonta.

—Es la primer puerta de las escaleras- Ella chasqueó sus dedos y cerró la puerta.

Por un momento se quedó con la mano pegada a la perilla queriendo volver a entrar para darle apoyó, pero como esa idea entró, de inmediato salió de su mente, y feliz se fue con los demás a la parte baja. Se encontró con que los cuatro estaban a las risas mientras comían o bebían algo. Toph no pudo evitó mirar que Katara ya no estaba igual a hace unos momentos, ahora se le veía feliz y emocionada.

De algún modo Toph sabía que ella no estaba feliz pero prefiero guardar su plática para cuando se fueran los demás.

Pasaron horas en las que lo único que hacía el grupo de amigos era hablar y hablar. Los primeros en irse fueron Zuko y Suki, juntos. Aang y Toph esperaban el automóvil que pasaría por ellos.

—Nuestro padre desde que su empresa ha tenido más reconocimiento se ha vuelto muy sobreprotector con nosotros, y no podemos estar mucho tiempo fuera. Es muy frustrante- Se quejaba Toph mientras que Katara, escuchándola peinaba su cabello con sus dedos. —¿Y sabes que más me frustra? Que él maldito de Kanto Nunca me escucha y nunca puede estar en casa conmigo aunque sea un maldito segundo.

—¿En serio?- preguntó sin tener una pizca de impresión.

—El Maldito hijo de puta me dijo que si regresábamos ya no iba a ser lo mismo de antes, no debí haber hecho caso ni haber regresado con el. Oh ya verás Katara que cuando lo vea lo voy a matar.

—Toph, yo te lo dije...¿No te aburres de escucharnos?- Pregunto en dirección a Aang quien se masajeaba el sien, cansado.

—En casa siempre la escucho así que...¿Que diferencia hay?

—Oh, cállate A...- Toph se quedó callada mientras miraba detrás de Aang.

—¿Que? ¡Vamos dilo!

—¿Siempre pelean?- Pregunto Sokka a Katara. La cual con el ceño fruncido asintió.

—Eso no es cierto- Hablo Aang, segundos después se escuchó un claxon. —Nuestra señal Tophie- La chica se levantó del asiento y se despidió de los dos hermanos al igual que su hermano.

Katara y Sokka se quedaron mirándose, callados sin saber que decir.

—¿Estás preparado para las clases?

—Faltan aún dos semanas para eso. Por el momento quiero mantenerme solo así que... Adiós Katara- Sokka le dio la espalda mientras se dirigía a la cocina.

Katara soltó un suspiro melancólico.

Del Azul Al Verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora