Capítulo treinta y tres.

6K 524 130
                                    

Me desperté a causa del sonido de unas ollas. Levanté mi cabeza y miré hacia la cocina. Scarlett era la que estaba haciendo ese insoportable sonido.

— ¿Qué haces? —le dije con la voz somnolienta.

—Busco mis aretes —me contestó — ¿Los has visto?

— ¡Quiero dormir Scarlett! —la regañé y volví mi cabeza a la almohada.

—Lamento arruinar tu sueño, pero es hora de que te levantes, vamos a llegar tarde a la Universidad —dijo ella. Gruñí por lo bajo y me senté en el sillón, mientras restregaba mis ojos para poder mirar bien, me puse de pie y comencé a caminar hacia el baño —Oye, ¿Qué tienes?

— ¿Por qué? —le pregunté deteniendo mi paso.

— Porque estas así como... renovado, como nuevo. Tienes una mirada distinta y pareces hasta contento —me dijo.

''_______'' Pensé en ella al instante. Estaba como nuevo por lo que había pasado con _______. Me sentía extrañamente renovado, como si hubiese dormido unos tres días seguidos.

—Estoy haciendo yoga —le dije a Scarlett mientras entraba al baño.

— ¿En qué momento? —preguntó ella y pasó por mi lado hasta la habitación.

Entré al baño y lavé mi cara y mis dientes. Escuché como tocaban la puerta de baño.

—¿Sí? —dije mirando hacia la puerta. Mi prima la abrió y se asomó.

—Me voy primito, _______ ya está abajo por mí —me dijo.
Me paré bien derecho y la miré fijo. Ella estaba abajo...

—Está bien, te veo luego —le dije.

Ella me sonrió y salió de allí dejándome bastante alterado. ________ estaba abajo, en su auto yendo hacia la Universidad. De seguro va a contarle contentísima a Scarlett lo que pasó esta madrugada.

Sonreí y terminé de arreglarme para salir de casa y subirme a mi linda moto. El día estaba espectacular, un sol radiante y un cielo azul. Me puse mis anteojos y prendí marcha hacia la Universidad.

Llegué mis amigos ya estaban en el lugar de siempre. Me bajé de Betty y miré el auto de _______. Ellas ya estaban adentro...

— ¿Qué tal hermanos? —les pregunté contento mientras me acercaba a ellos y los abrazaba a cada uno por separado.

Jimin se alejó de mí y me miró con desconfianza.

— ¿Quién eres? ¿Dónde está Jungkook? —me preguntó mirándome de arriba a abajo.

—Soy yo, soy yo ¿Acaso no puedo abrazar a mis hermanos? —les dije.

—No, este no es Jungkook —le dijo Yoongi a Jimin. Reí divertido.

—Vamos, hay que entrar, se nos hace tarde —dije y comencé a caminar. Detuve mis pasos y me giré a verlos. Sonreí por lo bajo — ¿Pueden moverse?

—No, este de verdad no es Jungkook. ¡Tengo miedo Yoongi! ¡Tal vez una nave espacial rapto al verdadero Jungkook y nos dejó a este que da abrazos y quiere llegar temprano a clases!

Yoongi me miró fijo analizándome. Hasta que una sonrisa de idea atravesó su rostro.

—Yo sé que es lo que le pasa —dijo el castaño. Jimin lo miró.

— ¿Qué le pasa? —le preguntó Jimin.
— ¿Acaso no te has dado cuenta Jimin? Mira su cara, mira su aura, su rostro, su cara de relajación y renovación. Jungkook tuvo una muy buena noche, por eso está así —le dijo él.
Jimin me miró fijo y sonrió.

© Dulce Obsesión -𝙅𝙐𝙉𝙂𝙆𝙊𝙊𝙆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora