3. ORION.

2.3K 344 64
                                    








Jin al despertar se encontró solo, a uno metros de la Laguna en la que la noche anterior conversó con su hermano. Parpadeó con lentitud al mismo tiempo que estiraba los brazos quitándose la pereza, vio a Helio pasar con su carruaje y le saludó con la mano.


— ¡Artemis!— respondió el Dios  desde el cielo. Jin le sonrió cubriéndose los ojos para no lastimarlos con los rayos del Sol.


Pasó unos minutos sentado en el mismo lugar, estiró los pies intentando enredar sus dedos en la hierba cálida, aún no tenía ganas de levantarse por completo, así que decidió echarse nuevamente y así poder dormir otro rato más. Pero no pudo pasar mucho tiempo así pues un par de minutos después de haber cerrado los ojos oyó que algo se aproximaba a gran velocidad.


Se levantó de inmediato cogiendo el arco y apuntó la flecha al lugar de donde provenía el sonido, listo para disparar. Los arbustos comenzaron a moverse bruscamente y el Dios esperaba impaciente por soltar su flecha a lo que sea que viniera. Pero antes de que pudiera reaccionar sobre él saltó un gran perro.


— ¡Aaah!— soltó un grito siendo tumbado al suelo, sus flechas cayeron a la laguna y su arco fue lanzado a un lado, el perro le lamía la cara sin querer apartarse — ¡para, para!— exclamó sin tener éxito en quitárselo de encima.


El gran cuerpo de perro le bloqueaba la vista sin embargo pudo escuchar que alguien se abría paso entre los arbustos.


— ¡Sirio!—


Jin distinguió la voz grave, inclinó la cabeza y vio de quien se trataba, el perro dejó de lamerle la cara y se alejó con rapidez volviéndose hacia su dueño


— ¡Ah! ¡Pequeño travieso! ¿como te atreves a dejarme atrás? — exclamó el hombre revolviendo el pelo oscuro de su mascota para luego dirigirse a Jin— ¡Lo siento, lo lamento mucho! No pude detenerlo a tiempo, tranquilo no te asustes, Sirio solo es cariñoso pero a veces se le va la fuerza... creo que tiene que usar una correa — rió un poco y notó que Jin aún no se ponía de pie — uh ¿te ayudo?—


El dios se limpió la baba del rostro ignorando por completo todo lo que había escuchado— ¿Y TÚ CÓMO POR QUÉ ESTÁS AQUÍ?— preguntó enfadado, un mortal no podía estar en el monte Olimpo, se levantó enojado dispuesto a seguir gritándole, pero cuando vio quien era, las palabras se atoraron en su garganta. Tragó saliva, era el mismo cazador que vio el día anterior.


— ¿Yo?— respondió confundido — pues... me perdí— sonrió rascándose la nuca — Ya te dije, Sirio se escapó y... —


Jin no pudo escucharlo, el nerviosismo le ganó al verlo tan cerca de él.

— Oye ¿estas bien? Tus orejas están rojas — el cazador inclinó su rostro hacia el de Jin — No te ves bien ¿me estás escuchando?—

El dios no comprendía que sucedía con su cuerpo — Si si — afirmó — Me aturdí, solo eso, deja que me recupere —  su corazón no paraba de latir fuertemente, iba a perder el equilibrio, así que decidió sentarse antes de caer.

El cazador lo miraba preocupado  — es mi culpa — dijo avergonzado poniéndose de cuclillas, desvió su vista hasta el lago y vio las flechas flotando encima del agua — ¡Oh! ¿Son tuyas?— el dios asintió. El muchacho sin pensarlo dos veces se lanzó al lago para recuperarlas.

— ¿¡Que haces!? — preguntó Jin alarmado.

— Las flechas son lo más importante— el agua del lago lo cubría hasta el pecho — Además estas se ven de buena calidad ¿donde las compraste?—

Monte Olimpo || TaeJin-JinKook  (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora