1: PRIMER ENCUENTRO

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Los placeres civilizados no conseguían la atención de Jin tanto como lo hacía el bosque y los animales salvajes. Prefería buscar entre los árboles una presa a la cual lanzar una flecha, disfrutando de la calma de los lugares alejados de la ciudad y del drama en el Olimpo. Cada vez que podía escapaba de su lugar en la mesa con los otros dioses, y eso tenía una razón: cada problema que ocurría entre ellos se debía a un engaño amoroso o el enojo de la diosa de la belleza cuando alguien decía que había mortales más hermosas que ella, sus discusiones desataban la destrucción total del salón que cada noche debía ser reparado por sus acciones estúpidas.


Jin evitaba a toda costa involucrarse en temas sobre relaciones, y más si era con mortales. Como buen representante de la vida salvaje, era "indomable" pero sobre todo, virgen, causaba la muerte a todo aquél que osaba cortejarlo u ofendía su pureza.


Había de quedarse así para siempre, pues fue el regalo que le pidió a Zeus, y él como buen padre le concedió ese deseo, y desde ese día el joven dios permaneció tal como lo pidió. Sin embargo, en esta vida siempre existen excepciones que nos llevan a reconsiderar ciertas opciones.

Esa excepción se presentó una tarde como otra cualquiera, el sol resplandeciendo en el cielo y una brisa fresca recorriendo el bosque. Terminaba de hacer su ronda como todos los días, y se disponía a regresar al monte cuando de pronto vio a aquel cazador.

Jin, quien hasta entonces había rechazado la compañía de cualquiera, quedó impresionado con la destreza y belleza de este singular hombre, en su años de vida, nunca nadie le atrajo de tal forma hasta dejarlo sin habla y sin movimiento, hipnotizando todos sus sentidos, haciéndolo sentir vulnerable. 

Sintiéndose cohibido, dejó de empuñar su arco y flecha, y se ocultó detrás de un árbol para no ser visto por el cazador.

El muchacho era fuerte, en su cuerpo estaban a plena vista las venas sobresalientes que marcaban todo un camino en él, vestía gallardamente los atavíos de un cazador. Respiraba agitado, a sus pies yacía el cuerpo de un ciervo con una flecha incrustada en el vientre. Su piel canela brillaba bajo los rayos del sol, las gotas de sudor que descendían desde su pecho resbalaban por su vientre desnudo hasta caer en la tela marrón que cubría su entrepierna. Jin negó con la cabeza quitando la imagen que rondaba su cabeza despues de ver aquella zona, pues iba en contra de lo que representaba y a lo que fielmente estaba atado, la pureza.

 Avergonzado se retiró del lugar, postergando su paseo para otro día.


Al llegar al Olimpo, su "familia" celebraba como todos los días alrededor de una gran mesa ovalada, comían de un gran banquete ilimitado, bebían del delicioso vino de Dionisio y bailaban al son de las melodías de las ninfas al cantar y tocar los instrumentos. Jin no se integró a su divertido festín, pues en su cabeza rondaba el hombre a quien no podía evitar pensar, sonrojándose cada vez que lo recordaba.

Taehyung reía junto a Hermes, y entre el alboroto advirtió la presencia de su hermano, al verlo se extrañó por su raro comportamiento, Jin tenía la mirada perdida en algún punto del Olimpo y parecía no importarle el ruido ni las acciones indecentes de los otros dioses. Fue en ese momento que Afrodita se acercó y Taehyung desvió su atención hacia ella.

— ... y está aquí la mujer más bella— exclamó Hermes cuando se sentó frente a ellos con las piernas cruzadas —¡la más hermosa! ¡La más deseada! ¡Mi querida Diosa: Afrodita! —


Hermes la pretendía, y aunque ella estuviese casada con Hefesto, correspondía a sus pretensiones.


— Me halagas, Hermes — la diosa del amor arrastraba las palabras con un tono suave y coqueto — Pero hoy no te quiero a ti, he venido por Apolo — pronunció el nombre con picardía y se inclinó hacia delante mostrando así sus grandes pechos que amenazaban con salir de su vestido.


Taehyung al oírla se atoró con el vino que bebía, oyó la risa burlona de Hermes y dejó su copa en la mesa.


— ¿qué? — preguntó elevando una ceja mientras limpiaba las comisuras de sus labios — Eres muy atrevida para hacer tal comentario sabiendo que eres casada —


— ¡Oh vamos! — Afrodita se levantó y colocando una pierna a cada lado de Taehyung se sentó sobre su regazo, llevó su cabello hacia atrás y rozó la punta de su nariz con la mejilla del dios para susurrarle al oído — En este lugar todos guardamos el secreto—


— ¿No te preocupa serle infiel a tu esposo?— preguntó con tono irónico.


— ¿A ti te preocupa que le sea fiel? — sonrió ella con coquetería.


Taehyung aborrecía a Afrodita, no negaba que fuera hermosa, la más bella y todo lo que había dicho Hermes, pero no la deseaba, no sexualmente, ni de ninguna otra forma — Claro que no— pero le divertía de sobremanera verla restregándose encima suyo, tratando de convencerlo para pasar una noche juntos. Algo que el dios nunca iba a permitir, y su hermano tampoco lo iba a hacer.



— Y llegó mi otro dios favorito— dijo Hermes sonriente en el momento que Afrodita era jalada por los cabellos y caía estrepitosamente hacia atrás.


Taehyung no tuvo que ver para saber de quien se trataba.

Afrodita desconcertada se levantó del suelo — ¿COMO TE ATREVES? — gritó indignada tocándose la nuca adolorida mirando al Dios que la había echo caer.


— Respeta tu matrimonio — dijo Jin enfurecido interponiéndose entre ella y su hermano.


— ¡Ese no es problema tuyo!— contestó la diosa con la misma emoción.


En cuanto sus fuertes gritos hicieron eco en todo el Olimpo, las ninfas dejaron de tocar, y el bullicio fue desapareciendo. Los dioses dedicaron toda su atención a quienes discutían, oh si, ellos amaban el drama.


— Eres una desvergonzada— continuó Jin — ¿cómo puedes engañar a un hombre que te ama tanto con cualquiera que se te cruce en el camino?—


— ¡Ese tampoco es asunto tuyo, Jin! —


— Tienes razón, no es asunto mío— dijo Jin con un tono más calmado —pero Taehyung es mi hermano, y no voy a dejar que la prostituta del Olimpo se acueste con él, sería algo asqueroso—

— pros...— Afrodita abrió la boca totalmente enojada— ¡¿PROSTITUTA?! — miró a todos lados desconcertada y lanzó un grito ensordecedor para luego tirarse sobre Jin mientras lo insultaba.

En ese momento los dioses se aproximaron y trataron de separarlos, el único quien se mantuvo en su asiento fue Zeus, con una mirada triste y el rostro apoyado en su puño, pobre padre, sus fiestas siempre eran arruinadas por el drama familiar.



...:

Monte Olimpo || TaeJin-JinKook  (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora