Zombies, la desaparición de tu hermana y un nuevo hombre él quien te ayudara. Y te hará caer en un amor profundo que los lleve a el camino seguro
El protagonistas es ánimo
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los rayos de luz apuntan mi rostro sin compasión. Mis brazos comienzan a volverse un tormento inevitable, y el dolor de mis manos y el resto de mi cuerpo me mantiene con debilidad constante y casi agonizando. La madera que choca en mi piel, me quema, me lastima de manera indescriptible, al parecer llevaba más de doce horas colgando de este lugar. Las cadenas frías se tornan en un temperatura diferente debido al constante sudor que se derrama hasta el suelo verde que me alumbra el rostro.
Mi boca está seca en este momento deseo con ansias un vaso con agua, o los fríos y humedos labios de Tom besándome con intensidad. Sus manos curando mis heridas y nuestro amor nuevamente unido.
Pronto escuché a lo lejos una de las alarmas de la sala. Al parecer alguien había abierto la puerta sin desactivar la alarma, puede ser un trabajador o un simple caminante torpe que callo en las entrañas de este lugar.
Casi en minutos, cuatro hombres salieron con armas y hachas corriendo a la puerta. A mí me costaba trabajo tan siquiera producir un movimiento pequeño de mi cabeza. O inclusive mis ojos.
En ese mismo momento una figura femenina y de estatura baja apareció.
— niña - dice la mujer que enfoco con la visión. Era la señora Roberts, llevaba un balde de agua. Subió a una de las sillas que estaba enfrente, que las utilizan para hacer guardia en las noches y vigilar que no salga de mis amarres. Me dejó beber un poco, y con lágrimas en los ojos agradecí su buena acción. Ella era una de las pocas mujeres que han robado mi confianza y mi completa amistad.
— necesitas beber más, te debes estar deshidratado. De pronto otra de las alarmas de hace presente en la esquina de el edificio que estaba a mi lado, está alarma señalaba a los compartimentos de carga. En los compartimentos donde aún hay nuevos prisioneros y caminantes nauseabundos que usan para sus experimentos.
— me tengo que ir - dice la señora quién con un poco de prisa sale del lugar vista solo por uno de los hombres quién enseguida soltó un golpe al rostro de la señora Roberts.
Mi sangre hierve como nunca, no podía creer que le habían puesto una mano encima, de nuevo. Pronto saldré de aquí, y juro que romperé cada uno de sus huesos.
Pero ahora estoy demasiado débil, solo podía quedarme a llorar y pedir por que la señora Roberts estuviera a salvó. Y rogar por que Tom también lo estuviera.
Tom Pov [...]
Habían pasado casi doce horas desde mi último avance en las vías, y al fin había conseguido llegar a Terminus. Sus edificios naranjos y viejos se asomaban entre las cimas de los árboles que rodean el alrededor Las vías comenzaban a dividirse en dos caminos, y la viaja madera de estás ya se veía desgastada y con marcas de autos que pasaban por encima de estas. No había ningún tipo de seguridad, aparentemente, no había gente rodeando el lugar o caminantes atados a los costados de la entrada principal.
Al llegar a la entrada, prepare un plan rápido y sin muchas complicaciones. Necesitaba asegurarme de que _________(t/n) estuviera ahí. Aunque de no ser así, saldría del lugar para seguir buscándola.
Tome mochila y tome uno de los cartuchos para recargar mi escopeta. Igual prepare unas armas pequeñas calibre 50 en mi pantalón con buenas reservas de munición y mi cuchillo. Tome una de las cadenas que sujetaban las puertas y la rompí de un solo golpe. De pronto una alarma rodeo el alrededor, fuerte y sonoro. Debía apresurarme mucho más antes de que los caminantes lleguen.
Escuché un par de personas hablar entre ellas y entre a los confines de este lugar, y corri a uno de los contenedores de basura donde enseguida me oculte. Ellos parecían molestos y era un poco evidente, y también se preguntaban el por que había sucedido algo como ello.
Después de unos segundos estos hombres se fueron y dejaron en la entrada a un hombre quien hizo guardia. Al ver partir a los cuatro hombres restantes, me encargue del hombre de la puerta y tome un gran bulto de llaves que colgaban de su chaqueta. Corri entre las esquinas de los edificios para no ser visto, afortunadamente no había mucha gente afuera, unos cuantos, ni una docena.
Pose mi vista en los alrededores, en específico a uno de patios del lugar.
— no puede ser - dije mirando aterrado como mi novia colgaba de una hoguera, atada a cadenas y como una señora extraña le hacía beber. También Vi a los cuatro hombres quienes pasaron por el lugar, y como uno de ellos detenía a la señora extraña. Golpeó el rostro de la mujer sin compasión alguna, eso quería decir que aquella mujer no representaba un riesgo.
Pronto me aproxime a la señora quién con un poco de dolor me miró extrañada.
—¿quién eres tú? Cuestiona la mujer formulando un rostro de miedo.
— mi nombre es Tom, Tom Hiddleston - dije a la completa desconocida, quien parecía reconocer mi nombre. — debe ayudarme - dije, mientras llevaba a la señora a un lugar seguro.
Ahí había una habitación en la cual entre sin ningún problema.
— no deberíamos estar aquí - comenta la mujer quien se aparta de mi lado con seguridad. Visualice una puerta de metal que abrí inmediatamente y otra alarma nuevamente se escuchó. —te dije - regaña la mujer quien me guía a otra habitación lejos de esta.
— eres Tom, el novio de la niña _________(t/n). Me sonríe pícara la mujer. — me contó sobre ti. Pero tú qué haces aquí, me dijo que se habían separado. ¿Viniste a recuperarla? Y ¿por que todos llevas muchas armas, ahora? Cuestiona la señora en voz alta.
— no tengo mucho tiempo, tampoco para explicarle, pero si, soy novio de la chica que dice, y necesito sacarla de aquí y haré lo posible por llevarla a usted conmigo. Pero debe decirme, que hago para sacar a mi novia de ahí.
