dia 3

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              Llorar por añorar

Llevamos horas inspeccionando cada detalle, cada tienda y hogar en busca de suministros para poder pasar la noche, pero todo estaba baldío, los seres humanos se habían extinguido por completo que en un momento llegué a pensar que Tom y yo eramos los nuncios sobrevivientes. Llegamos a una casa bastante rustica, con paredes blancas un pórtico increíble y adornos costosos.

Entramos con cuidado y en cada entrada tocábamos la pared para ver que fuéramos los únicos que estuviéramos en esa casa. Solo apareció un caminante, pero era inofensivo que murió con un simple golpe de Tom.

Ahí encontramos un poco de comida enlatada, no se veía apetecible, pero a estas alturas se que puedo comerme una ardilla o hasta una tortuga inofensiva. Tom y yo nos abalanzamos sobre los deliciosos trozos de atún y en menos de lo que pensamos ya se habían acabado, ambos soltamos un sollozó reposando el delicioso manjar. Igual encontramos un gran tambo de agua totalmente pura, y también había un poco de postre de chocolate y unas latas de cerveza bien empaquetadas
- parece que los dioses lo trajeron -dijo Tom mientras respondía con una sonrisa.

Comimos todo lo que se ponía a nuestro paso, y cuando llegue a ese postre fue como beber del santo grial, era una experiencia que no había sentido desde hace años y el chocolate siendo mi cosa preferida me era magnífico volver a gozar de su sabor. Tome la cerveza que en realidad se veía algo fuerte para mi gusto pero de igual manera y la bebí sin dejar una gota.
- pareces alcohólica - me dijo Tom riéndose del comentario.
- igualmente - respondí mientras reíamos mucho más.

Todo era perfecto, nada había sido tan hermoso como en aquel momento, donde volví a recuperar esos buenos recuerdos de cuando comía chocolate con mi hermana por las noches para  que mamá no nos descubriera, o como la primera vez que probé la cerveza, recuerdo que jamas me gusto su sabor y que jure que jamas bebería. Pero ahora este mundo esta echo para romper promesas y hacerte llorar por añorar esos momentos tan preciados que deseaba con ansias recuperar.
- continuemos - Tom tomó su arma y salio junto conmigo del lugar.

Ya con todos nuestros tesoros caminamos hasta la tienda mas cercana cerca del bosque.

- creo que aquí es cuando me despido- dijo mirando el camino por delante - ¿a donde iras?- me preguntó
- a donde sea, aun tengo que recuperar algo - di una indirecta a mi hermana.
- se me hace muy difícil despegarme de ti tan pronto - sonrio gentil
- bueno es mundo es muy pequeño - correspondi su sonrisa con una mirada algo baja.
- espero verte de nuevo -  se acerco a mi sutilmente - adiós __________(t/n)- extendió su mano para pronto estrechar nuestras manos
- adiós Tom - acepte su despedida y  enseguida tomo sus cosas y partió a su destino.

No se por que me dolía tanto alejarme de él, era como caer en una depresión que sentía antes de conocerle y ahora solo me acompaña la idea de que ya no hay nada por que vivir o que ya no hay nada seguro. A lo lejos veía su figura tan esbelta y fuerte alejándose de mi cada vez más, no miro hacia atrás ni un momento y yo mantenía firme mi vista en él ,mientras veía como entraba a el bosque, escabulléndose entre los arboles que rápidamente bloquearon mi vista hasta que Tom desapareció y seguí mi camino pero por el lado contrarió.

Camine hasta el anochecer donde me refugie en el bosque cerca de la principal en caso de que algo malo pasara.  Hice una fogata y me prepare para dormir en el árbol mas acogedor que encontré. A la mañana siguiente, baje del árbol precavida para no hacerme daño, prepare mis cosas y me dispuse a seguir buscando pistas sobre el paradero de mi hermana. Camine por todo Georgia hasta una farmacia donde tome un poco de medicamentos varios y un par de utensilios básicos para un botiquín. Cuando estuve apunto de salir un caminante me detuvo y con mi cuchillo le asesiné, pero al fijar mi lirada en él,  note que aquel muerto tenía un pequeño trozo de tela entrelazado por los dedos.
- no puede ser - me dije
- ¿Gaby?- ese trozo era un poco de la camisa que traía mi hermana el día que desapareció. - ¡hijo de puta!- grite molesta escupiendo al cuerpo del zombie.

Salí de inmediato a las afueras, con la esperanza de encontrar más pistas o incluso a mi hermana; Fui hasta los paraderos mas lejanos cerca del aeropuerto y solo llevo el pedazo de tela del zombie muerto.
- debo regresar al centro comercial, de otro modo jamas podre encontrarla - me dije esperanzada.

Fui a una tienda para tomar agua embotellada  y con las municiones que tenia gracias a Tom recargue mi arma para no estar indefensa y me aproxime Atlanta que me esperaba a unos cuantos kilometros.

Ahora que ya no tengo la compañía de Tom todo se a echó solitario y deprimente y me gustaría verle al menos una vez más.

tom hiddleston y tu : The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora