THE WALKING DEAD (Larry Stylinson)

Capítulo IV: ¿Pierna ortopédica?

Capitulo cuatro: ¿Pierna ortopédica?

Me alejé de Liam lo mas rápido posible, y me topé con Zayn, el cual estaba de rodillas ante dos pequeñas cruces de madera, enterradas en el suelo.

Me acerque a el y me arrodille a su lado, agache la cabeza sin pronunciar ninguna palabra.

- ¿Porqué nos esta pasando esto? - murmuro Zayn, con la voz entrecortada aguantando las lagrimas.

Puse mi mano en su hombro.

- Zayn...- giró la cabeza y se quedó observándome, con gesto triste.

- tengo miedo. - dije.

- Todos lo tenemos, es normal.

- Eres fuerte.

Me sonrió.

- Si estoy luchando en esto es por ella. - miró el cielo y sonrió. - Ahora tu tienes que ser fuerte, no dejes que el te haga daño.

- ¿A quien te refieres?

- Alex, te ha abandonado, y se que tu le querías, pero piensalo,  a lo mejor la persona ideal no ha aparecido aun.

Una lágrima recorrió mi mejilla.

- ¿Entonces quien Zayn?

- No lo se, me pasó lo mismo con ella. - sonrió amargamente.- No sabía que seria ella cuando la conocí, nos odiabamos al principio, ahora la amo con toda mi vida, y lo haré toda la eternidad.

Asentí.

- Es una historia preciosa Zayn, Perrie estaría orgullosa de ti.

Una lágrima recorrió su mejilla al escuchar ese nombre.

- se que lo está.

Sonreí.

- Mira. - Dije señalando unos pequeños lirios cerca del camino. - A Tina y a Robert le gustaran.

Zayn sonrió y asintió.

Los cogimos y los depositamos encima de las tumbas de tina y Robert , aun sobraban dos lirios.

- Me gustaría quedarme con uno Lou, a ella le encantaban.

Le ofrecí uno, que se enrolló en una pulsera de su muñeca y besó cuidadosamente, después me abrazo y volvió al campamento.

Yo me quedé allí sentado, con el lirio restante en la mano, observando cada uno de sus pétalos, tenian un tono lila precioso.

- ¿Te gustan los lirios? - oí a mis espaldas.

Era Harry.

Me giré y quité una lágrima de mi mejilla, absorví el moco y asentí.

- ¿Porqué lloras? - me preguntó sentándose a mi lado.

- Les hemos perdido. - Logré decir.

- Solo son dos hombres.

- Tres. - las lágrimas volvieron a producirse.

- ¿Y el tercero?

Agache la cabeza y la tapé con mis manos negando con la cabeza.

- Repito: ¿Y el tercero?

- Me ha abandonado.

Harry abrió los ojos y se quedó observándome.

- soy experto en eso.