*5*

465 30 3
                                    

Estaba frente al Bifrost.

Respiré hondo y miré de nuevo a Loki. Me miraba serio y un tanto dolido.

Le indicó al guardián del Bifrost, que ya no era Heimdal, que se retirará.

Conocí un poco más de Loki, su vida, de Frigga, de Thor.Estar en Asgard era extraño, pues muchos de la servidumbre real se extrañaron al ver a una chica de Midgard comiendo junto al rey Odin.

Sin embargo, a Loki no le importó.

Loki me abrazo. Lo abracé y quería llorar. Unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos, y al separarnos las limpié.

-Te voy a extrañar, mi pequeña mortal- admitió con un poco de tristeza
-Yo también, mi rey- sonreí con dolor- ve a visitarme ¿sí?
-Un día volveré y jamás te dejaré ir- prometió y besó mi mano.

Llamó al guardia y me dio un morral con algunas cosas asgardianas. Vestida de civil, viajé de Asgard a Midgard.

De nuevo, miles de colores frente a mí, voltee para ver una ultima vez a mi amado y me fui.

Al sentir tierra firme comencé a caminar.

Me había ido cuatro días, que en Asgard habían sido más.

Llegué a trabajar. Muchos reportajes y cosas por ir a reportar.

Trabajé mucho ese día, recuperando el tiempo perdido.

Al llegar a casa, vacíe todo el contenido del morral.

Me encontré con unos vestidos, algunas joyas y una corona. Sonreí, era la promesa de Loki.

Y me sentí sola.

Comencé a extrañar sus abrazos y caprichos un tanto infantiles, su actitud de diva y sus caricias de ternura y pasión, sus besos y su fragancia.

Lloré en mi habitación abrazando la daga que un año atrás me había dejado.

No sabía hasta cuando volvería a verlo.

Me la pasé mal toda la semana. Llamé a mi madre para visitarla, y así olvidarme un poco de mi soledad. Lamentablemente, ella no podría.

Me acosté y me hice un ovillo en la cama. Sentí unos brazos rodearme.

Salté asustada de la cama. En plena oscuridad, tomé la daga y amenace.

Sin embargo, olvidé todo intento de defensa al reconocer ese olor.

Abrí mis ojos casi a modo de que salieran de sus orbes. Se acercó a la ventana para que pudiera verlo y unos cuantos cabellos le cayeron en la cara.

Me lancé a sus brazos y me recibió gustoso.

Lo besé desaforadamente.

Loki había vuelto a verme. Estaba aquí y para hacer el momento más especial, hicimos el amor, todo la noche se perdió entre jadeos y gemidos.

Y nunca imagine lo que sucedería después de esa noche llena de lujuria y pasión.

Pequeña mortal (LOKI LAUFEYSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora