-Tenemos que hacer un trabajo-rodé los ojos cuando lo dijo.
-Lo sé, no soy sorda.
-¿Hoy estás libre?-preguntó con los brazos cruzados y recostado en el asiento.
-Sí, lo estoy-dije entre dientes.
Sonrió.-Entonces te veré hoy.
-Suerte con eso-dije con una sonrisa sarcástica.
La campana sonó y me levanté antes de que alguien, Adam, me detuviera.
Entré al salón de Historia y me senté en uno de los asientos del fondo, un minuto más tarde, Brooke ya estaba a mi lado sacando sus libros.
-Los Reeve quieren volverme loca-respondí antes de que ella preguntara.
-¿Los Reeve?-preguntó extrañada- ¿Ya conociste a los primos de Josh?
-¿"Los"? ¿Cuántos son?
-Son dos y son demasiado ardientes-se abanicó con la mano.
-Solo llegué a conocer a uno. Adam-rodé los ojos ante su mención-. Es un idiota, comparte clase conmigo en Literatura y en Matemática.
-¿Es el de ojos verdes?-asentí-. Lo he visto de lejos. Ethan me presentó a John, el hermano mayor, juega football americano.
-Debe de ser igual de idiota que sus familiares.
-Dallas, deja de odiar a las personas sin conocerlas.
Me encogí de hombros.-Conozco lo suficiente como para opinar.
Las dos horas de Historia pasaron en un abrir y cerrar de ojos, no me hubiera dado cuenta si es que Brooke no me hubiera avisado.
Salimos del salón y caminamos a nuestros casilleros para dejar nuestras cosas e ir por nuestra comida.
Al entrar a la cafetería choque contra alguien y tal vez me hubiera caído de no ser por unos brazos que me rodearon la cintura.
Levanté la cabeza con rabia para encarar al idiota que me había hecho tropezar, pero el par de ojos grises que tuve al frente, me detuvieron.
-Cuidado, preciosa-definitivamente un idiota.
-Suéltame-dije entre dientes.
Me soltó y alzó sus manos en señal de rendición.-Tranquila-sonrió y luego miró a Brooke-. Hola, Brooke.
-Hola, John-saludó la pelirroja.
Este, definitivamente, no era mi día.
Sabía que había visto a Adam en alguna parte, pero al que había visto era a John y ahora sabía que es un Reeve y ahora los odio más de lo que lo hacía.
Enarqué una ceja y lo miré.- ¿Reeve?-pregunté con odio, asintió con una sonrisa egocéntrica- ¿Es que acaso todos ustedes se han puesto de acuerdo para joderme? Primero Joshua, luego Adam y ahora tú.
-Tranquila, vecinita-soltó una risa que me iba a hacer soltar humo por las orejas.
-¿Vecinita?-preguntó mi amiga.
-Sí, somos vecinos-Brooke abrió los ojos-. Nos mudamos hace un par de semanas al lado de su casa.
Bufé.-Vamos, Brooke-dije y me fui.
Caminé hasta llegar a nuestra usual mesa y me encontré con todos los chicos del equipo de football.
Sonreí.-Hola a todos-dije tomando asiento al lado de mi rubio amigo.
-Hola, rubia-me saludaron, reí por el "Rubia".
Brooke llegó después que yo y se sentó a mi lado. Me miró y me dirigió una mirada de disculpa, yo solamente me encogí de hombros restándole importancia.