Especial Mes del Orgullo

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-¿CÓMO QUE TE BESÓ? – Preguntó Lupe sorprendida mientras colgaba una sábana en el tendedero -¿Por qué no me habías dicho? – reclamó y extendió su mano hacia Juliana para que le pasara más ropa de la canasta.

-Pues no sé – respondió Juliana encogiéndose de hombros y un poco sonrojada – Quería primero saber qué significó para mí.

-¿Y qué significó? – cuestionó Lupe muy interesada, volteó su cuerpo hacia Juliana y le dirigió una sonrisa pícara.

-Ay amá – exclamó Juliana completamente sonrojada – ten sigue tendiendo mejor –

Lupe le quitó los calcetines de la mano a Juliana y los dejó en la canasta. La tomó de la mano y la llevó hacia la sala, se sentaron en el sillón frente a la televisión y Juliana sabía que ya no había escapatoria para el interrogatorio que estaba por venir.

-¿Qué? – preguntó Juliana fingiendo ignorancia.

-Ay mija ya dime – gritó Lupe desesperada casi saltando hacia Juliana -¿te gustó? – preguntó muy curiosa y abriendo un poquito los ojos.

Juliana agachó la mirada y sonrió contra su voluntad.

-SI TE GUSTÓ – gritó Lupe y festejó.

Juls soltó una risa y se sonrojó aún más – Lupe ya tranquilízate – ordenó – o sea... si me gustó, pero... no sé, no estoy segura – dijo fingiendo indiferencia.

Lupe le clavó la mirada sin decir nada hasta que Juliana la miró también. "¿Qué?" preguntó Juliana nuevamente como si no tuviese idea de lo que estaba pensando Lupe – ¿Qué te da miedo? – preguntó ella.

"Miedo" resonó una y otra vez en la mente de Juliana. Miedo a que no funcione, a que no haya superado a Brenda, a que Valentina solo esté confundida, a volver a ser vulnerable. Miedo a tantas cosas.

"Ya se terminó el interrogatorio Lupe" pensó en decir, pensó también en irse a su habitación y encerrarse no solo literalmente. Pero su voz interna le pidió que se dejara ayudar, "no estás sola" le decía una y otra vez.

Juliana guardó silencio y cambió su expresión, si Lupe la hubiese descrito probablemente diría que puso la misma cara que cuando reprobaba materias en la escuela. Se presionaba el lóbulo de la oreja con las yemas de sus dedos y sus ojos recorrían todo el techo de la sala.

-No sé si estoy lista para estar con alguien de nuevo – dijo después de un silencio muy largo.

Lupe sintió un dolorcito en su corazón, recordó que gracias a ella se había quedado sin novia. No pronunció palabra, solo miró a su hija confundida, ilusionada pero temerosa. Y deseó con todas sus fuerzas poder conocer el futuro para saber si lo que quería decirle a Juliana no terminaría dañándola más.

-Yo te he visto cambiar mucho Juli – comenzó – yo te ví cuando conociste a Brenda, y cuando comenzaron a salir. Te ví sonreír como mensa cada que llegabas a la casa después de verla. También supe cuando le pediste que fuera tu novia – Juliana la miró sorprendida, ¿cómo supo que había sido ella? Lupe torció sus ojos – ay mija, no preguntes. El punto es que yo te vi enamorada y te vi con el corazón roto, te vi sufrir y salir adelante. Y te veo desde que conociste a ésta chamaca, ¿y sabes qué? No te ves como antes, te ves incluso mejor.-

Juliana se quedó sin palabras y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Si tú te sientes feliz con Valentina, sé feliz. Si piensas que es mejor esperar, espera. Tú sabes lo que es mejor para ti, pero no tengas miedo sea cual sea tu decisión – terminó y le dio un par de palmaditas en las manos.

DestinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora