Lobo, lobo, ¿estás ahí?

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Miraba atento, esperaba el momento preciso para fugarse de su casa, buscaría al malvado lobo para comprobar si los rumores eran ciertos.

Terminó de mezclar el café con aquella posión de sueño que la bella durmiente le había dado, una vez listo se acercó de la manera más inocente que pudo a su hermano.

- Ten— el castaño extendió la taza sonriendo en todo momento.

- Gracias hermanito, tan bueno e inocente que eres.

Tras decir eso le dio un trago quemando su lengua, el menor rodo los ojos en señal de fastidio.

- Ten cuidado.

- Si, si, sere cuidadoso.

Signo bebiendo el café, de un momento a otro el sueño llegó a el haciéndolo caer, su hermanito adorado vio como su hermano mayor caía sin cuidado alguno golpeando su cabeza.

- Sólo espero que el golpe no lo dejé más tonto de lo que es.

Una vez seguro de que el mayor dormía, tomó su capa roja para salir al bosque y buscar al condenado lobo.

Pasó un buen rato buscado, cuando lo encontró no dudo en ir hasta el.

El lobo arreglaba su motocicleta, tenía las garras llenas de aceite, limpiaba el sudor de su frente con un pañuelo, dejo la moto en paz cuando el dulce olor a manzana llegó a el, una sonrisa perversa se formó en su rostro al saber que Caperucita andaba cerca.

- ¡Oh!,¡Estoy tan solito, sólo espero el lobito malo no venga por mi!

El chico se encontraba sentado sobre un tronco caído, tenía una mano sobre su frente, espero y espero, pero el lobo jamás llegó.

- Lobo, ¿estas ahí?

- Lobo idiota, hoy era su oportunidad.

Desde las sombras el lobo veía a tan jugoso pedazo de carne, esa tarde se veía tan apetitoso con ese pequeño short que dejaba ver sus piernas, y que decir de la playera corta que dejaba ver esas curvas en las que quería derrapar y no frenar.

Se relamio los labios al ver como su Caperuza morida su labio, se acercó poco a poco cuando lo vio girarse y darle la espalda.

- Lobo, lobo, ¿estas ahí?

- No, me estoy preparando.

- ¿Preparando? ¿para qué?

- Para comerte.

- ¡No me comas! No aquí, nos pueden ver.

El chico se puso de pie dándole aun la espalda.

El lobo sonrió, se acercó aun más tomando al chico de la cintura aprovechando que aun le daba la espalda.

- Lobo, ¿qué es eso?

- Ya lo verás.

ℓσɓσ ƒεɾσƶ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora