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Todos contra el lobo.

El día había llegado, Eren estaba nervioso, sí algo llegaba a salir mal, su lobo pasaría muchos años lejos de el.

Por eso cuando el juicio comenzó, el castaño rogaba en silencio que todo saliera bien.

Todos escuchaban atentos las acusaciones contra el inculpado, su abogado intentaba demostrar su inocencia.

Nile No dudo en comenzar con sus preguntas.

Nile: Díganos señor lobo ¿intentó comerse a Caperucita?

Levi: Sí, para que mentir.

Nile: Muy bien, ¿cómo que si?

Levi: Pues si, ¿ya lo vio bien?, el tiene la culpa.

Los murmullos en sorpresa no se hacen esperar, el abogado mira con sorpresa a su cliente.

El afectado se levanta de golpe llamando la atención de todos, el lobo no hace más que mirar.

Eren: Lobo malo, ni siquiera me comió, sólo me mordió aquí.

El chico señala su glúteo sobre aquellos pantalones entallados, los murmullos aumentan haciendo que el juez y el abogado nieguen ante lo que ven y escuchan.

Levi: Ven todo es su culpa.

Al ver el gran alboroto que se comenzaba a formar, el juez no dudo en exigir orden.

- Señor Nile, controle a su cliente.

Nile: Par de idiotas, disculpe señor juez.

- Última advertencia.

Nile: Bien, digamos señor Levi, ¿en verdad quiso comerse a Eren Caperucita Jaeger?

Levi: Sí, quiero comerlo a besos, ¿está mal quererlo?

- ¿De qué denomios habla?

Levi: Eren y yo tenemos una relación, yo amo a ese lindo mocoso que vaga por el bosque con aquella canasta y su linda y colorida capa, amo verlo, simplemente lo amo, sí por eso soy culpable, pues lo soy, y no me arrepiento.

La sala se quedó en silencio a excepción de un ligero sollozo que Eren había dejado salir.