*Narra John*
Era definitivamente incomodo, el mirar como Williams miraba a Meyli y el cómo ella simplemente se limitaba a esquivar su mirada con una sonrisa falsa mientras mantenía un sonrojo.
Una vez que ya no visualice a Williams en mi oficina y ver como mi secretaria seguía parada a mi lado, decidí hablar — No pensé que mi secretaria no pudiera hacerse cargo de un empresario, siempre pensé que no había quien te intimidara — Sonreí deshaciéndome de mi personalidad seria, afloje mi corbata tomando entre mis manos mi saco para acomodármelo.
— Deja de decir tonterías, tengo mis razones para hacerlo —
— ¿Razones, y puedo saber cuáles son? — Me acomode en la silla de mi escritorio, cruce mis piernas recargando mi mentón sobre mis manos entrelazadas — ¿Puedes tomar asiento? — Mire como ella parpadeaba confundida, pero aun así obedeció lo que le indique — Hace mucho que trabajas conmigo Meyli, y preferí no preguntar sobre ti y tu vida por respeto, pero ahora que somos más cercanos tengo unas preguntas que realizarte, ¿Puedo hacerlo? — Sentí como se tensaba el ambiente, pero no recibí respuesta de parte de ella — ¿Quién eres realmente? — Guarde silencio unos minutos para después escuchar un gran suspiro por parte de ella.
— Lo siento, nunca fue mi intención guardar este secreto para siempre —
Seguí en mi posición esperando que continuara hablando. Hace tiempo que sospechaba de esto, pero había preferido no preguntar, cuando me interese más por ella quise averiguar un poco sobre su vida, pero no conseguía información, por ello mismo había caído en estas sospechas, pero no creía que fuera verdad, solo un simple error de los sistemas o información privada.
— Es algo complicado de decir, no sé si realmente preferiría contarte esto —
Coloque mis manos sobre mi rostro sonriendo levemente — Ya veo, entonces aun no me tienes la suficiente confianza — Gire mi silla dándole la espalda, a pesar de tener estas sospechas tampoco era quien para obligar a alguien a que me dijera algo sobre su vida y mucho menos a ella.
— John, yo —
— No es necesario que me lo expliques Meyli — Suspire un poco antes de volver a girar para mirarla con el rostro bajo, me coloque de pie hincándome frente a ella mientras tomaba su rostro entre mis manos haciendo que me mirara a los ojos — Meyli, cuando creas que es necesario, yo te estaré esperando para que me expliques lo que te paso, por el momento sabes que cuentas con mí apoyando, siendo Meyli o no — Sonreí mientras la miraba aun a los ojos. Esos ojos esmeraldas que me habían hechizado desde el primer día que los vi, tan brillantes como las estrellas que acompañaban a la oscuridad en el cielo.
— Jonh —
Parpadee confundido al escuchar en un susurro mi nombre. Mire enfrente de mí encontrándome con unos ojos abiertos y un rostro sonrojado cercas del mío — L-lo siento — Me aleje un poco brusco y confundido aun intentando de razonar lo que estaba haciendo, al parecer estaba intentando besar a Meyli, pero no recordaba el momento en el que me había acercado, tal vez cuando me perdí en su mirada, o tal vez cuando pase mi mirada inconscientemente a su labio ligeramente maquillados con una tonalidad rosácea.
— Me tengo que retirar –
Gire suspirando para darle la espalda a Meyli, al escuchar el sonido de la puerta cerrarse pase a tomar asiento en la silla de mi oficina recargándome sobre el respaldo de está cerrando mis ojos — ¿Qué rayos iba a hacer? —
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Matrimonio Arreglado
Ficção AdolescenteAlguna vez has soñado casarte ¿Con el amor de tu vida? Bueno pues en los negocios no es así. Tus padres son los que se encargan de comprometerte con la persona que ellos crean apta para llevar las riendas del negocio. En mi caso mi padre a decidido...