*Narra Williams*
Me encontraba confundido, tenía muchos asuntos en mi mente desde lo sucedido con Emily en la pequeña tienda, por lo cual había decidido tomar un pequeño paseo en la ciudad, no tenía pensado ir a la oficina, a pesar de que días antes le hubiera mandado un correo a John para ir. Era cierto que desde que había descubierto el secreto de Emily, la atosigaba mucho, y se podía apreciar su molestia. Pero no podía correr y abrazarla, aunque me muriera por ello, no era mi estilo, además de que tenía miedo de que se volviera alejar.
Mi madre me había preparado otro matrimonio arreglado, después de la fiesta en la que me encontré con Natasha había intentado persuadir a mi madre de que detuviera dicha boda, pero solo había conseguido adelantarla. Suspire caminando con mis manos en mis bolsillos, si encontrara una forma de persuadir a Emily y casarme con ella podría anular el otro matrimonio, pero no quería apresurar las cosas, y mucho menos que pensara lo peor de mí.
¿Podría intentar empezar como un admirador secreto? Negué nuevamente frustrado, era imposible, además de que tampoco contaba con mucho tiempo, en los días que me la pasaba en la oficina de John, podía apreciar cómo la miraba, no podía ignorar el hecho de que John sintiera algo por Emily, pero no encuentro una forma de evitarlo, no quiero jugar sucio. Continúe caminando con mis ojos cerrados manteniendo mis suspiros.
— Me disculpo, no mire por donde caminaba —
— No, es mi culpa, iba distraído — Abrí mis ojos sorprendidos con lo que miraban, justo la persona que mantenía mi mente en otro lugar. Guardé silencio mirando su rostro un poco embravecido, mirada profunda, mejillas ligeramente rojas, y ceño fruncido, sonreí ante la vista que tenía, el ver como esa persona que se mantenía todo el día en mis pensamientos estaba frente a mí de una forma tan tierna.
— ¿Qué te es gracioso? —
Salí de mis pensamientos escuchando como una voz me sacaba de ellos — Nada — Volví a guardar silencio pensando que más decir.
— Bueno, tengo trabajo, te veo después —
Suspire mirando como buscaba una forma rápida de alejarse de mi — Espera, te invito un helado — Tome rápidamente su mano.
— ¿Crees que soy una niña? —
— Sera de vainilla —
— Bueno, puede que tenga un poco de tiempo —
Sonreí nuevamente ante su respuesta, realmente agradecía a Andreu por los datos curiosos que me proporcionaba sobre Emily. Ahora comenzaba mi plan improvisado, después de todo John no se enojaría si me robaba a su secretaria por un día, ¿Verdad? — ¿Te parece si vamos al parque que está aquí cercas? Aunque claro, será caminando, ya que no traje mi coche —
— Mientras me des mi helado yo seré feliz —
Mire como me sonreía como hace tiempo no lo hacía, una sonrisa que me alegraba especialmente a mí — Por supuesto — Regresamos sobre mis pasos para dirigirnos al parque, el recorrido había sido tranquilo y sin un ambiente incomodo, de vez en cuando yo dirigía mirada distraídamente para mirar como Emily caminaba distraída, al parecer iba pensando en otros asuntos, tenía curiosidad de saber porque se encontraba enojada hace unos momentos — ¿Te pudo preguntar algo? —
— Ya lo estás haciendo —
— Siempre a la defensiva — Suspire continuando con la caminata — ¿Qué sucedió hace unos minutos que estabas tan enojada? — Dirigí mi mirada discretamente a ella esperando algún contraataque verbal.
— No mucho realmente, cuestiones personales de mi jefe —
— ¿Está en problemas? — Parpadee confundido ante la situación.
— Son problemas para la empresa, no puede ir coqueteando con cuan mujer se le ponga enfrente —
Trate de imaginarme la situación — Eso es raro, lo poco que lo conozco no se ve que sea de ese tipo —
— No me interesa, solo no soporto a las mujeres que solo por ver un hombre guapo le den su número de celular, y todavía el hombre lo acepte y no le de importancia —
Reí un poco nervioso ante lo comentado, Andreu, yo y ahora también John habíamos sido víctimas de esto, y pensar que eso es lo que le molestaba, no culpaba a las mujeres, es claro que cada uno es de buen ver, pero
— ¿Te ha pasado lo mismo? —
— ¿Que? Por supuesto que no, no me han dado ningún número de teléfono — Negué rápidamente ante lo preguntado, si se enteraba, seguramente también se enojaría, sin embargo, conociéndola — Bueno, solo una vez, hace ya bastante tiempo —
— No me sorprende —
Escuche un suspiro por parte de ella — ¿Por qué no? —
— Ya te lo dije, las mujeres le darían su número de celular a cualquier hombre guapo —
— Entonces crees que soy guapo, ¿Verdad? — Sonreí mirando como un ligero sonrojo se apoderaba de sus mejillas.
— Cualquiera que tuviera ojos lo puede ver, no niego lo visible, solo digo lo que se ve a simple vista —
Volví a sonreír, a pesar de que ella tratara de buscar una excusa, sabía que había ganado la batalla indirectamente — Te lo agradezco, pero a pesar de que reciba tantos números, para mí solo hay uno especial —
— ¿El de tu prometida Natasha? —
— ¡Por dios, no! — Sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo, Natasha, solo con mencionar ese nombre me hacía sentir mal.
— ¿Entonces? —
— Se trata de una persona que conocí en el lugar del que vengo, por un matrimonio arreglado. Al principio no nos llevábamos bien, al parecer pensaba que su padre la consideraba incapaz por ser mujer, pero realmente no era así — Suspire mientras continua con mi relato — Sin embargo, no paso mucho tiempo para que me empezará a gustar. Un día tuvo un problema y la ayude, pasaron los días y al final ella se marchó dejando una carta, ese mismo día en que se fue mi amigo me ayudo con lo sucedido y fui a buscarla al aeropuerto, grite como loco tratando de buscarla, pero los guardias de seguridad me habían detenido, después de eso no la e vuelto a ver — "Hasta ahora" pensé para mi mirando como ella se ponía un poco pálida y angustiada, no esperaba que me dijera "Soy yo Williams, soy Emily" o algo por el estilo, solo, quería ver su reacción, pero tal vez no fue buena idea, cuando menos ya sabía que no me había rendido, y la seguía queriendo.
— ¿Y, aun la quieres? —
Guarde silencio escuchando la oración apenas audible por parte de ella — Más que a mi vida — Después de unos pocos minutos incómodos de silencio pude ver como de sus ojos salían una pequeñas y cristalinas gotas de agua — Lo siento, no pensé que mi relato fuera tan conmovedor — Me acerque a ella ofreciéndole un pequeño pañuelo para que limpiara su rostro.
— Gracias, pero ¿Ahora estas comprometido con alguien más, no? ¿No es injusto para ella? —
— No, yo no quiero a Natasha, estoy tratando de cancelar el compromiso con ella, nunca he perdido la esperanza de encontrar a la persona que me gusta, incluso hasta el día de hoy —
— ¿Encontrarla? ¿Qué tal si ella ya no te quiere? ¿Siquiera sabes dónde está? —
— Yo — Guarde silencio suspirando, debía tranquilizarme y pensar con claridad — No, no lo sé —
— ¿Lo ves? Sigue con tu vida Williams, no te enfrasques con esa persona —
— ¿Meyli Sonthom, tú no conoces a Emily Thomson? — Guarde silencio golpeándome mentalmente la frente por semejante pregunta, ¿Qué era lo que esperaba con ello? Era claro que ella me diría que no, aunque internamente me moría por estar equivocado, que me dijera que sí y regresara conmigo a solucionar los problemas que dejamos atrás los dos.
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Matrimonio Arreglado
Teen FictionAlguna vez has soñado casarte ¿Con el amor de tu vida? Bueno pues en los negocios no es así. Tus padres son los que se encargan de comprometerte con la persona que ellos crean apta para llevar las riendas del negocio. En mi caso mi padre a decidido...