Y llegaste tú...

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Y llegaste tú...

¿Quién no se enamora de la luna si resalta en la oscuridad?

¿Quién no acaricia las noches cuando están llenas de estrellas?

Y puede detener su sentimiento eligiendo a sólo una de ellas para conquistarla... Entre tanta luz descubrir lo especial que la distingue y la hace única.

Quien se deleita en cuerpo y alma para hacer feliz a otra vida, mostrar amor es convertir cada momento en poesía, eso era lo que yo hacía.

¡Me enamoré! Me enamoré de la luna de todo mi universo, yo era la estrella que brillaba en silencio, silencio que se expresaba en una sola mirada, tan dulce y salada como un mar en calma

Los latidos de mi corazón se acelerabán por tenerlo cerca, mis respiros eran suspiros al contemplar su belleza, su olor satisfacía mis sentimientos, sus miradas me dejaban sin aliento, no queria que las noches terminarán por que no podía contemplarlo en las mañanas.

Solo pensaba ¿De qué me vale ignorarlo si mi corazón lo recuerda?

¿De qué me vale el silencio si al mírarlo me delató?

¿De qué me vale estar lejos si me aparece en sueño?

¿De qué me vale estar cerca si estar con él no puedo?

¿Para qué ser libre si quiero ser su prisionera? Condenada a su amor y de sus brazos ser presa, y en medio de la lluvia pagar todas mis penas.

Esa era mi historia de amor, mi alegría y también mi dolor

De repente conocí al sol, y me mostró su escondite era un lugar agradable se podía sentir las caricias de las nubes y se escuchaban ruidos angelicales había un cofre con símbolos de amor que señalaban la espera de su corazón, llevaba una capa de un extraño color, dicen que la luna es romántica es por que nadie conoce la intimidad del sol.

El sol también era una estrella. Una estrella abatida por el desamor, por entregarse a aquella brisa que cautivó su corazón, con su ternura y su frío sentimiento mataba su orgullo, él quería regalarle el cielo, retenerla y mostrarle que con el podía quedarse, pero sus besos y sus halagos solo eran de instanté, se marchó dejando mil preguntas sin contestación marchitando poco a poco su inspiración.

Él ocultó su sentimiento con un gran resplandor pero aún en sus ojos se notaba el dolor, la quería con ternura,
la deseaba con locura la amaba tan intenso que si volviera a nacer aún se enamoraria, no le importaba que ella era el viento que refrescaba la sed de su alma solo por momentos, en su puesta soñaba con la aparición de su regreso y en su escondite le dedicaba cada palabra de todos sus versos.

Pero tuvo que resignarse a que la brisa no se podía retener, y aprendió a conformarse con la compañía de su enemigo más cruel.

El tiempo, que insistía en que juntos no estarian y para sanar sus heridas lo hizo esperar mil días.

Y esa estrella que conozco fue perdiendo su amor, expresando su tristeza tan solo con calor.

Porque para él, ella era lo más lindo de sus días

Lindo como el atardecer que muestra cuando se oculta.

Lindo como conocerlo en la cercanía y apreciarlo en la distancia.

Linda es su voz y su sonrisa.

Hermoso es lo que guarda, por qué no deja que lo miren ni que lo descubran.

Y no fue muy difícil entender su posición cuando con la luna algo parecido me pasó.

Y pensar que una vez con él me comparé esperando un eclipse que jamás iba a suceder.

🌠Como Estrellas Lejanas ☀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora