Parte 5

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Hacía días que no veía a mis amigas. Candy y Madeleine parecían un vago recuerdo después de tanto tiempo (perdido) en el hospital. Solo tenía relación con Blue Boy, que fingía no escucharme cuando había preguntado por ellas. Ethan en cambio, me hizo llegar un avión de papel con un mensaje dentro.

Las palabras exactas fueron: "no te rindas Toothbreaker"

Realmente me hizo plantearme muchas cosas, porque, más de una vez allí había topado con personas en un mal estado mental. Como yo, a ojos de todas las demás personas que, como yo, no tomaban pastillas. La diferencia es que, los que no consumen pastillas, ahora lo hacen por obligación. En el hospital prometen libertad, una buena evolución y una vida nueva pero, casi cada día moría gente.

"pobres patos de Mummy Ducky"

Pensé en que había ocurrido con la tienda, en si alguien encontró los cadáveres antes que nosotros y quién había sido el causante de su muerte. Mummy Ducky estaba desaparecida. También en varias ocasiones había preguntado por la mujer, pero nadie respondía. Mi doctor, el doctor conejo, se acercó a mi junto a la ventana de mi habitación.

Había perdido 3 kg, presentaba ojeras y moretones, acompañados de un leve sangrado nasal en algunas ocasiones. No sabía que les pasaba, parecía que me estaba perdiendo algo pero seguían sin hacer nada, estaban demasiado intoxicados para estar asustados.

"Estoy mejor sin ellos"

Eran seres vulnerables. Unos inestables. Me culpaban por pedir un cenicero sobre la mesa, pero compartir pastillas era lo unico que sabían hacer. Limpié mi nariz de sangre, y me sequé las manos sobre el camisón rosa. Estaba sentada en un pequeño sofá junto a la ventana, apoyada sobre mis rodillas.

"Estoy respirando humo de segunda mano"

Y aunque la boca me sabía a hierro por la sangre, no necesitaba drogas para sentirme. Para sentirme mejor y ser feliz. Pensé en todas las veces en las que viajaba, no de la misma forma que ellos, yo sabía que volvía a casa en autobús, pero, solo una persona en ese bus no iba drogada.

"No me des drogas, ni ahora, ni nunca"

Desperté al atardecer. Podía volver a casa, y siempre llegaban tarde a las fiestas, mamá nunca se disculpó. Están demasiado felices, como para llevarme a casa ahora. Hice tiempo, paseando con un gotero unido a mi brazo, analizando en la distancia y con prudencia a los demás pacientes. 

El día ya se venía abajo sin ellos. Las bonitas mentes de toda esa gente, estaban heridas. Eran terriblemente malos en aprender, la verdadera solución, cometiendo los mismo errores, culpando a las circunstancias.

"Una vida de segunda mano"

-No necesito drogas para sentirme bien -le dije a Ethan, que sujetaba mi bolsa mientras caminaba junto a mi hasta casa -Por eso estoy aquí, así que, controla tu dosis de realidad querido amigo.

Colocó mi bolsa en su otra mano, y enlazó sus dedos con los míos de forma delicada. su perfume era dulce, no hasta un punto cargante, y se mezclaba bien con el del tabaco. Necesitaba un cigarro tras tanto tiempo ahí.

-Por favor, no me beses en la acera, mientras descansas de fumar un cigarrillo -acaricié su cabello y su rostro con mis dedos fríos y mi piel pálida -No puedo permitirme amar a alguien que no está muriendo por error.

-Solo te acompañaré a casa -volvió a unir nuestras manos, mientras dejaba un suspiro en el aire. El cielo estaba cubierto de un hermoso color melocotón, que se perdía entre el rojo y el naranja del atardecer. Pensaba en la clase de canibal que se tornaba amar a alguien.

.¿Porqué no me tienes miedo? -dije soltando su mano, a punto de lanzarme a correr en dirección a mi casa. Antes de mi huída, acarició mi rostro, justo bajo los ojos, en mitad de mis ojeras -Te veré en el parque más tarde, estaré tranquila y tendremos la conversación que no podemos mantener en voz alta -agarré mi bolsa, y me preparé para dejarle ahí -Sinceramente, pensé que estaría muerta ahora mismo.

Aquella noche, con los patos, pensé en enterrar el hacha o en enterrar a un amigo. Vender mi alma, una vez más, conectada a un enchufe. Mi padre, ensuciándose y prometiendo su alma tanto como la mía, para que nadie descubriese semejante desastre.

"¿Dónde fuiste?"

Debería saber dónde ha estado hasta ahora. Hacía frío y volvía a estar sola, encontrando el camino a casa. Estaba preocupada por ese nuevo mundo tan borroso en el que me encontraba. Débil y con ganas de acabar con esa vida.

"No puedo permitirme perder otra vida"

Los cadáveres que tuve que enterrar, me persiguen por las noches. Me mantienen despierta. Al final de la calle, divisé de forma insegura la figura familiar de aquella mujer que no salía de mi cabeza. Mummy Ducky. 

Corrí lo más rápido que pude, viendo el mundo a otra velocidad de nuevo. Mis rodillas parecían oxidadas y las lágrimas se resvalaban de mis ojos mientras volvía a huir. Mi bolsa cayó por el camino, no me detuve, solo corrí con todas las (escasas) fuerzas que tenía y al ver mi casa a lo lejos, tropecé, caí un momento y enseguida me levanté para seguir la carrera y revolverme frente a la puerta para que mamá me abriése justo cuando lo necesitaba.

Ethan apareció media hora despues en casa, con mi bolsa sucia, en la mano. Mamá le dejó pasar sin incomodarle, y le enseñó el camino a mi habitación. Yo reposaba, tapada con una manta de color menta hasta la cintura y un tazón de leche caliente sobre las manos.

Dejó la bolsa a sus pies, casi en mitad de la puerta de mi cuarto. Se dejó caer sobre los pies de mi cama, y acarició una de mis piernas de forma alentadora. Me ofreció un cigarrillo y lo guardó bajo mi almohada.

-Esperaba que vinieras a casa -dije dando un sorbo a mi tazón de leche, mientras fingía indiferencia. Se sentó un poco más cerca, pasó el dorso de su mano sobre mis cabellos despeinados, mis ojeras algo más difuminadas y mis mejillas sonrosadas -No me importa si es mentira, pero, creo que solo tú lo entiendes todo ¿verdad?

-Solo intentaba protegerte -dijo mirando fijamente a mis ojos -Respira el aire de nuevo -apartó mi tazón de leche -Créeme cuando digo que, desearía que éste momento durase siempre, que se quedase con la tierra -acarició mi mano derecha -Pero ahí estás tú para decir que todo tiene final, diciendo que no puedes depender de nada ni nadie -unió su dedo meñique con el mío y volvió a mirarme -Si el final del mundo estuviese cerca, Toothbreaker, ¿dónde elegirías estar?

-Si hubiera cinco minutos más de aire, ¿entrarías en pánico y te esconderías? ¿o correrías por tu vida? ¿o te quedarías aquí a pasarlos conmigo? -lo dije casi en un susurro, con un hilo de voz.

-Si tuviéramos cinco minutos más de aire ¿yo podría... -se aclaró la garganta -...podría hacerte feliz? -apretó nuestros dedos meñiques -Si volviéramos a vivir, lo haríamos de la forma más sencilla. Entonces nos amaríamos.

"Why did you steal, my cotton candy heart?"Where stories live. Discover now