Parte 13

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Ethan sujetó mis libros mientras yo iba al baño. Al entrar encontré a Madeleine siendo consolada por Canela y Linda, al parecer su padre la había tocado y tratado de una forma bastante inesperada. Candy estaba tapando un chupetón con maquillaje. El baño no tardó a quedarse en silencio. Pude oir arcadas viniendo de uno de los retretes del fondo, me cortaba las ganas de mear.

Vi las piernas de una chica arrodillada en el lavabo. Llamé a la puerta, supe que no me abriría al oír un ruido bastante desagradable seguido de más arcadas en el interior. Me lavé las manos y salí algo preocupada, intentando hacer tiempo para saber quien era la chica. Ethan acarició mi rostro, me devolvió los libros y fuimos a clase.

Ámbar se unió a nosotros en el pasillo. Candy y Blue Boy hablaban y reían juntos, al lado de la puerta de clase, él me miró y la besó. Ethan me dio un beso en la mejilla y se fue a su clase, mientras que yo con Ámbar corrí hacia la de emergencia más cercana. 

Encendí un cigarrillo y parecía que todo el aire del mundo se estuviese acabando. El mundo se acababa y yo seguía en ese instituto. Ella me miró y soltó una risita, se sentó conmigo en el suelo, empezamos a compartir el cigarro. 

-Me acabará matando, lo sé, o tal vez no... -tosí -¡Joder! ¿¡Yo qué sé?! Todavía aprendo a lidiar con todo ésto -volví a llenarme de humo. El cielo estaba precioso y no se veía ni una sola nube. Hacía un poco de aire que refrescaba la mañana. 

-Estoy contigo -apretó mi mano -Estamos juntas en ésto, hasta que el mundo acabe y nosotras, también acabemos, te lo prometo -nos reímos como si todavía tuviesemos esperanza de que ésto acabase como en los cuentos de hadas dónde el amor y la amistad son capaces de volver a fijar el cielo si éste se parte en dos. 

"el cielo no sé, pero nosotras, estábamos rotas"

De repente el cielo tan bonito del que había hablado antes, se convirtió en tormenta. Vi un montón de aviones de papel volando delante de las ventanas de mi clase y supe que Ethan estaba detrás de ello. A la hora de la comida, me senté un rato con Candy y las demás. Todas se reían y contaban cotilleos, Madeleine seguía contando lo ocurrido con su padre y pedía "que nadie lo cuente". Ethan se sentó a mi lado, junto con Blue Boy. Betty se levantó y se fue corriendo del comedor.

Mantuve la calma y la seguí, haciendo que nadie más nos siguiese. Entró al baño, fui tras ella. Escuché como forzaba el vomito y encontré un charco de zumo de naranja en el suelo. Cuando salió la abracé y lloró por lo ocurrido. Prometí silencio y ella hablar de ello en otro momento. 

"lo siento Betty"

Caminamos hasta casa de Betty, dónde finalmente se haría la fiesta de pijamas. Algunos chicos también estaban en la casa, pensé que en cualquier momento se irían. Yo llevaba un conjunto de sujetador cuadrado y braguita alta, un camisón transparente con detalles con pelo. Fumaba junto a la ventana, con una copa al lado y Ámbar de pie frente a mi. Ethan estaba en la fiesta, hablando con los chicos. 

Parecía una de esas películas en las que parece que una noche de verano es eterna. Jugaban a la botella. Ethan me miró y sonrió antes de volver la vista al juego, acto seguido, me miró Blue Boy antes de volver a besar a Candy. Ámbar me arrastró al circulo. Giró la botella y sin pensarlo me besó. Estalló una tormenta en el exterior. 

Me retiré del juego. Puse la música un poco más alta y bailé con la copa en la mano. Salí un momento a tomar el aire, Blue Boy cerró la ventana a su espalda y nos sentamos en la escalera de incendios. La lluvia repicaba contra el hierro de la barandilla. Me ofreció un cigarro.

Se acercó a mi, tanto, que mi piel se erizó. Mi espalda tocaba la barandilla húmeda y mis dedos rozaban los suyos. Su aliento cortaba el mío. Olía a menta y tabaco, mientras que yo, olía humo y cristales rotos. 

-Si no puedes manejar un corazón como el mío, no pierdas tu tiempo conmigo -puse el dedo índice sobre sus labios -Si no estás dispuesto a sangrar, no.

-Estaré aquí hasta que no puedas más -posó sus labios sobre los míos todavía sin besarme -No puedas más, ángel Lucifer -pasó su mano por mi piel erizada y desnuda. Mis mejillas ardían y mis ojos se perdían en los suyos y en el humo que nos envolvía. 

-Estás con Candy -le aparté un poco -¿Haciendo ésto no dejas de ser mi hermano? 

-Candy está dentro, jugando a la botella con Ethan -compartimos mi cigarro un momento y soltamos el humo casi a la vez, reciclando oxígeno -Candy está besando a Ethan, aunque solo sea un juego, te invito a jugar conmigo.

-No quiero que juegues conmigo -dije con el cigarro sobre los labios -¿Podemos ser honestos? Si crees que puedes ser mi único y verdadero amor, deberías dejar de ser azul, justo del mismo modo en el que yo pasé a formar parte de ese color tan vuestro y ahora, tan "nuestro".

Me levanté y al mirar por la ventana vi que Blue Boy tenía razón. Ethan y Candy se estaban besando en el juego de la botella. Es cierto que Ámbar me había besado, no seré hipócrita, pero no quise ser partícipe de ello. Blue Boy y yo todavía estábamos a escasos centímetros. Contra la pared de ladrillo. Se quitó la camiseta y solo por un momento sentí con la yema de los dedos el tacto de su piel azul. Su torso marcado y atlético. 

Sus labios eran húmedos, y ese fuerte olor a menta se clavaba en mis fosas nasales. No le besé. Creo que quise, pero, volví dentro a recoger un par de cosas. La fiesta había terminado para mi. Me abrigué y puse los zapatos, para salir a la tormenta y enfrentarme al ojo del huracán.

-Vete a casa -le dije a Blue Boy -No tengo tiempo para novios de instituto -Todos nos miraron ahí dentro. Él me soltó una mirada llena de furia por avergonzarle. Ethan estaba dispuesto a seguirme, pero paré sus pies. Ámbar me seguía, de la mano con Betty.

"fin de fiesta"

-Hoy es el día en el que las chicas buenas van al infierno -Betty dejó su casa por mi. Ámbar besó mis labios para salvarme. Yo iba a dejar esa vida por ellas. Corríamos en busca de refugio para no hundirnos en tantas lágrimas del cielo. Mi respiración se dejaba ver como humo de cigarro. 

-Hoy es el día en el que os ganáis las alas -dijo Betty. Ámbar y yo le enseñamos nuestros ojos y ella sonrió, dejándonos ver los suyos que también brillaban como la noche.

-Buenas noches chicas.

"Why did you steal, my cotton candy heart?"Where stories live. Discover now