"Why did you steal, my cotton candy heart?"

Parte 9

La fiesta había terminado para mi. No era alguien bueno para Ethan. Aprendí a perder, y él a sobrellevar todo lo que ocurría. Aquella no era mi casa, pero, tampoco me encontraba en algo que podía llamar hogar todavía. Me había ido con lo puesto. Empapada en azul y champagne. Ethan estaba metido en la ducha mientras yo ojeaba el apartamento de los O'Rio. Todo se movía en color blanco y negro con toques de otros colores muy leves y puntuales.

-¿Y si vivieras 5 minutos más, qué harías? ¿Y 5 segundos? -estaba frente a Ethan, juntando las manos sobre mi falda, mientras esquivaba su cuerpo desnudo -¿Qué harías, Ethan?

-No hay tiempo, son solo 5 segundos -apagó el grifo y el agua solo goteaba por su piel -¿Qué quieres decir?

-Con 5 segundos de vida, yo... -empecé a desabrochar mi vestido suavemente -...lo haría todo, nunca he sido de esas que deja que vea a través de ella -dejé caer el vestido a mis pies, mientras Ethan salía de la ducha y se colocaba frente a mi. 

-Nada tiene que cambiar hoy... -apartó un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja -...has pasado por mucho éstos días, ambos... -se lamentó -...debemos descansar Lucind...

Me mantuve despierta toda la noche. Una luz en la calle, la de una farola, titilaba a ratos. Los coches cada vez pasaban y se oían con menos frecuencia. Mi cuerpo estaba frío, sentía la respiración de Ethan sobre mi nuca. 

"Tal vez deberíamos intentarlo"

-No seas cauteloso -tenía su piel contra la mia, su boca sobre la mía -Soy tu crimen, pulsa mi botón en cualquier momento -enredé mis dedos en el cabello del chico -Tienes el dedo en el gatillo, pero el dedo en el gatillo es mío.

Estaba tumbada sobre las sábanas blancas. Su cuerpo aveces se tornaba tembloroso y su piel se erizaba a la vez que ardía. No me espantaba la desnudez de mi cuerpo, ya que, quería dejar de ser un cristal roto y convertirme en flor.

-Apunta a tu objetivo -su boca endulzaba mi lengua -No pertenezco a nadie, pero todo el mundo sabe mi nombre -de un giro me coloqué sobre él, volviéndome una adicta del sabor de su sonrisa y su cabello tejido contra mi piel -Estás en negrita y yo en cursiva, así que, será mejor que me ames.

"La virgen que se tornó Lucifer"

-Presióname contra tus labios, déjame llenar tus pulmones y luego exhálame -mi espalda parecía estar volviéndose un puente y aveces sentía una contracción. Sus besos crecían en mi pecho para caer hasta el monte de Venus. Mis labios aullaban su nombre mientras nos quemabamos en oro líquido.

-Déjame desenfocar tu vista, no te arrepentirás -sus manos formaban alas sobre mi espalda, mientras mi boca buscaba sus ojos para sentir la verdad -Déjame volar tu mente esta noche.

"Corriendo mientras somos jóvenes"

Pasó ese sueño azul, que no era para mi. Me encendía y me quemaba. Ella iba a ser mi viaje y mi escape. Mummy Ducky. Sus ojos eran negros como la noche en la que mi vida se torció, como el alma de Peter, mi padre, y como el futuro que tendría si llegaba a tener uno. Ethan soñaba boca abajo, con miedo a vivir dormido. Me ahogué en la lluvia, mientras que Ethan amenazaba con perderse en el gris, no quería ser azul nunca más. Retorcida en el espejo, no quería ser "yo" nunca más. ¿Fui hecha de un molde roto?

Aparté los mechones azules de mi rostro, viendo la sangre gotear por mi nariz y escurriéndose por encima de los labios. Me limpié con el dorso de la mano, con ésta misma, di un puñetazo a mi reflejo que causó una pérdida de sangre más dura. El espejo se desquebrajaba desde una esquina, hasta que volví a prestar atención a mi mirada. Los ojos se me teñían del color de la muerte. Escocía, provocando el llanto en mi. 

Mis lágrimas negras se torcían en mis mejillas. El espejo se rajó de golpe, partiendo mi reflejo por la mitad. Apreté los puños contra mi cuerpo y grité lo más alto que pude, volviendo a marcar grietas en el espejo que se removían como ríos en un mapa. Ya era tarde.

-Buenas noches, Lucifer -apagué la luz del baño y me quedé en la tiniebla.