"No soy solo una chica bonita"

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  Situado en Descendants.

— ¡Y son los chicos nuevos, Jay y Carlos, quienes le permiten al futuro rey ser el ganador! ¡Que gran equipo, que jugada tan generosa de los hijos de villanos! —Dijo el hombre que relataba el partido.

Ganaron porque son violentos y desconsiderados, pensó Audrey, les dieron una paliza a los miembros del equipo de Sherwood.

  Mientras todos los Auradianos gritaban de emoción por la nueva victoria de su equipo de Tourney, la descendiente de la Bella Durmiente sólo podía pensar en lo que su abuela le había dicho sobre los villanos: «No deberían estar aquí, van a hacer cualquier cosa para perturbar la paz de este reino».

Y eso era exactamente lo que pasaba en ese preciso momento: los VKs habían jugado sucio para ganar y lo habían logrado... Y a nadie –a excepción de ella y su familia– parecía importarle, de hecho, los animaban a continuar haciéndolo.

  Sin embargo, ella salió de sus pensamientos al darse cuenta de que su novio acababa de arrebatarle el micrófono a uno de los presentadores y estaba intentando hacer que la multitud se callara.

— ¡Disculpen, me gustaría tener su atención, por favor! —Alzó la voz Ben, e inmediatamente todos dejaron de gritar y lo miraron. —Hay algo que me gustaría decir.

El silencio reinó durante unos minutos.

— ¡Denme una M! —Pidió él, formando aquella letra con sus brazos.

— ¡M! —Repitieron todos antes de imitarlo.

— ¡Denme una A! —Continuó el príncipe de Auradon, emocionado, mientras colocaba sus brazos a los costados de su cuerpo.

— ¡A! —Gritó la tribuna, haciendo exactamente lo mismo que él.

— ¡Denme una L! —Dijo el chico Bestia, formando aquella letra con sus brazos.

— ¡L! —Repitieron todos, Audrey frunció el ceño.

— ¿¡Y qué se forma!? —Cuestionó el castaño.

— ¡Mal! —Contestó la multitud.

  La líder de los porristas bajó los brazos y observó a su archienemiga, sin comprender por qué su novio estaba intentando llamar la atención de esa chica.

— ¡Vamos, griten más alto, no puedo escucharlos! —Dijo el hijo de Bella y Bestia.

— ¡Mal! —Insistieron todos nuevamente.

— ¡Te amo, Mal! ¿No te lo había mencionado? —Admitió el príncipe, logrando que la gente mirara a la joven de cabello morado, quien sonreía.

  El corazón de Audrey se rompió en mil pedazos al oír esas palabras y sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas de impotencia y dolor, pues él acababa de humillarla frente a toda la escuela.

Así que la princesa de Auroria no tuvo más alternativa que correr hacia los vestidores de mujeres, deseando que alguien la siguiera para consolarla, pero muy en el fondo de su ser ella sabía que nadie –ni siquiera sus amigas– haría tal cosa.

  Estaba sola en aquella habitación y no tardó en oír la música que provenía del campo de Tourney, en ese momento se permitió desahogarse y cayó de rodillas al suelo, abrazándose a sí misma.

Las lágrimas empezaron a descender por sus mejillas, arruinando su maquillaje perfecto, pero no le interesó.

  Por primera vez desde que su vida había comenzado a cambiar –es decir, desde el maldito día en que los VKs llegaron a Auradon– no le importó.

One Shots [Descendants]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora