La noche del 31 de octubre era una de las más esperadas por todas las personas que habitaban la Isla de los Perdidos, ya que era una de las pocas festividades que celebraban.
Y esa fecha siempre había sido especial para la descendiente menor de Facilier, ya que era su cumpleaños, pero jamás lo había festejado públicamente; ya que prefería pasar ese tiempo con su progenitor y Ariana junto a Freddie, sus hermanas mayores.
Durante algunos años, había pasado aquel día junto a Mal, Jay; Evie y Carlos, pero eso fue antes de que los cuatro se marcharan a Auradon.
Luego de aquella traición –porque ellos jamás volvieron para cumplir sus promesas– se había unido a la tripulación de Uma por unos cuantos meses, pero eso se acabó cuando la pequeña estafadora les ofreció su ayuda para que la hija de Úrsula y su primer compañero salieran de la Isla –con la excusa de que los piratas secuestrarían a la chica de cabello morado y liberarían a todos–, y ¡oh sorpresa! Ellos tampoco regresaron.
Pero aún tenía a su mejor amiga a su lado, o así fue... hasta que Dizzy Tremaine la dejó apenas unos meses más tarde para tener una mejor vida en el reino de las segundas oportunidades.
Y Celia se quedó en su hogar, sola, pero pronto encontró un reemplazo para la pelirroja: comenzó a pasar su tiempo libre con Danielle, la gemela malvada de su mejor amiga.
Tuvo el honor de hacer maldades con ella y sus hermanas durante cinco años más, hasta que Ariana formó una alianza con los piratas y Audrey, en la que luego de que secuestraran a la princesa de Auradon; la hija adoptiva del Hombre Sombra la abandonó para robarle la vida a Mal.
Entonces la pequeña estafadora creció, extrañando a su hermana, y pudiendo comunicarse con ella durante doce años.
Ariana le había prometido que la sacaría de la Isla de los Perdidos apenas tuviera todo bajo control, pero las cosas se complicaron, el bien triunfó y Celia jamás volvió a recibir noticias acerca de su hermana mayor.
Y aquí estaba, un año después, pasando su cumpleaños junto al Doctor Facilier y Freddie; ya que ambos habían sido las únicas personas que siempre habían estado a su lado.
Luego de comer un poco de pastel –el cual había estado repleto de moscas y tierra– sin haber pedido deseos –porque los VKs no hacían tal cosa pues creían que era una estúpidez– la cumpleañera se encerró en su habitación y observó las calles repletas de gente en mitad de la noche, dirigió su mirada hacia el cielo y suspiró hondo.
Vio pasar una estrella fugaz y recordó lo que su progenitor opinaba al respecto –él siempre decía que Tiana había sido una idiota por pedir deseos en voz alta–, pero no le importó y cerró los ojos.
— ¡Deseo poder reunirme con Ari, mi hermana mayor, cuyo paradero desconozco desde hace doce meses! —Pidió mientras llevaba sus manos hacia su corazón, deseando con toda su alma que su pedido se cumpliera, pues –a pesar de que aquella Perdida la había dejado sin siquiera despedirse de ella, seguía siendo su familia y la necesitaba– ella le había enseñado todo lo que sabía sobre magia vudú.
La chica se alejó de la ventana y se colocó su pijama, entonces se acostó en su cama, en donde no tardó en quedarse dormida; pues Celia sabía que no todos los deseos se hacían realidad.
[...]
Cuando la descendiente menor del Hombre Sombra abrió los ojos, frunció su ceño al percatarse de que estaba recostada en el suelo de un lugar en el que jamás había estado.
Se incorporó lentamente, tratando de reconocer aquella locación, aunque de una cosa estaba segura: no estaba en la Isla de los Perdidos.
— ¿Dónde estoy? —Cuestionó en voz alta, confundida. — ¿Soy libre?
—Bienvenida al Upside Down, hermanita. —Respondió una castaña que se encontraba sentada sobre un enorme trono que había en aquel enorme bosque en el que ella había aparecido de repente. —No eres libre... aún.
— ¿Ari? —Murmuró la cumpleañera, sin poder creer lo que veían sus ojos, sonrió y corrió hacia ella; quien la rodeó con sus brazos. — ¡Estas viva! —Gritó con alegría mientras la abrazaba.
—Claro que lo estoy, ¿creíste que me habías perdido para siempre? —Se burló la hija adoptiva de Facilier, soltando una pequeña risa para luego separarse de su pariente.
—No puedes culparme, desapareciste de mi vida de repente. —Masculló Celia, encogiéndose de hombros. — ¿Qué sucedió para que terminaras aquí? —Cuestionó, inspeccionando a su alrededor con desconfianza.
—La culpa la tienen los espíritus que me arrastraron hasta esta dimensión. —Replicó la castaña, levantándose del trono y ofreciéndole su mano. —Te lo contaré mientras damos un paseo. —Exclama, entonces su hermana tomó su mano y ambas comenzaron a caminar por el territorio que estaba rodeado por un muro de espinas.
—Este lugar es enorme. —Admitió la menor, observando todo con asombro. — ¿Por qué dejaste de comunicarte con nosotras?
—Enorme y solitario, a pesar de los espíritus que me trajeron aquí. —Habló Ariana, haciendo una mueca. —Jamás quise hacerlo, pero todo esto es culpa de Mal, ella y sus perras me encerraron aquí. —Contestó con rencor.
—Ugh, eso es una mierda. —Dijo su pariente, arrugando la nariz. — ¿Qué hay detrás del muro de espinas? —Inquirió la cumpleañera, curiosa.
—Me apoderé de este lugar, el Páramo, en esta dimensión. —Dijo Ariana, sonriendo con malicia. —Detrás del muro hay un reino entero que tiene que ser nuestro, es por eso que estás aquí.
—Oh, así que ahora me necesitas. —Exclamó la recién llegada, sorprendida por sus palabras. — ¿Y cómo planeas hacer eso si estas atrapada aquí?
—Te necesito a ti y a Freddie, no debí haberlas excluido de mi primer plan y no volveré a cometer ese error otra vez. —Aseguró la mayor, mientras avanzaban por el bosque, el cual ahora estaba repleto de muchos espíritus que se apartaban apenas comenzaban a reconocerlas. —Yo no voy a hacer nada, pero es tiempo de que demuestres tus capacidades. Llegó tu hora, hermanita.
—Oh, así que ahora sí podemos ayudarte, me pregunto ¿por qué? —Dijo Celia con tono sarcástico, entonces la miró. — ¿Mi hora? Continúa... —Añadió, empezando a interesarse.
—Porque la flor que crece en la adversidad es la más rara y hermosa de todas. —Afirmó la castaña, deteniéndose inmediatamente cuando llegaron a un claro en donde crecían un montón de flores que solo crecían en el Páramo y admirando una de ellas, se arrodilló y sonrió con malicia para luego arrancarla. —Aunque, si la usas de la manera correcta, puedes convertirla en un arma peligrosa.
—No entiendo...—Murmuró la menor de las hermanas, confundida.
—Ya entenderás, CeCe. —Exclamó Ariana, levantándose y arrugando la flor sin siquiera demostrar un poco de remordimiento. —Tendrás tu oportunidad.
—Y la aprovecharé. —Aseguró su hermana menor. —Si les dices lo que quieren oír, harán cosas por ti, porque confían en ti. Así es como abandonaré la Isla.
—Me llenas de orgullo. —Susurró la joven que había estado atrapada en ese lugar sombrío por años antes de volver a abrazarla, siendo correspondida. —Mi regalo de cumpleaños para ti fue que volviéramos a vernos, aunque sea en tus sueños.
— ¿Estoy soñando? —Dudó Celia, frunciendo su ceño, la castaña comenzó a asentir con la cabeza. —No, no, no, ¡quiero cambiar mi deseo de cumpleaños! ¡Quiero que regreses a casa para que podamos estar juntas!
—Así no es como funcionan las cosas, traviesa. —Se lamentó Ariana, mientras que su pariente se aferró a ella con más fuerza. —Estaremos juntas muy pronto, pero ahora... tienes que despertar, CeCe. —Murmuró en su oído mientras la menor cerraba sus ojos con fuerza.
[...]
La cumpleañera despertó de la cama sobresaltada, encontrándose con su hermana mayor mirándola con preocupación.
— ¿Tuviste otra pesadilla? —Preguntó ella, intrigada.
—No, esta vez no. —Dijo Celia, recordando las palabras de Ariana. —Freddie, busca tus muñecas voodoo, vamos a hacer que todos en Auradon tengan muchas pesadillas.
ESTÁS LEYENDO
One Shots [Descendants]
FanfictionAquí publicaremos cualquier cosa que se nos ocurra, como escenas que podrían haber estado en las películas, song fics, escenas eliminadas de algunos de nuestros fanfics, escenas de mundos alternativos, etcétera. Esperamos que las disfruten, si lo...