Friends on the other side
En la Isla de los Perdidos, vivían dos niñas alegres, que anhelaban mucho más de lo que tenían.
La pelirroja estaba condenada a trabajar en la peluquería familiar, aunque tenía talento para ser una diseñadora famosa pero eso no era valorado en su hogar; ni en aquella isla en donde no existían las esperanzas ni la bondad, el cariño y mucho menos respeto.
La morocha, por otro lado, debía pasar sus días atendiendo el negocio familiar del hechicero más peligroso y estafador de aquel lugar. Ella deseaba tener un futuro en el que pudiera ayudar a la gente, ya que ella podía ver el futuro.
Pero ambas sabían que si intentaban mostrar sus verdaderas intenciones, no sobrevivirían en aquella prisión, porque eran hijas de familias villanas muy temidas y deseaban satisfacer a sus padres.
Habían pasado dos días desde el Cotillón Real, que había sido transmitido por uno de los pocos canales que se veían desde aquel pedazo de tierra en el medio del mar. Todos los habitantes habían visto como Uma había fracasado y se había marchado, pero ella no había regresado a la isla.
Habían pasado dos días desde que una limusina real había ingresado a la tierra en la que los villanos habían sido exiliados para entregarle un papel a una de las niñas, en el que la invitaban a estudiar en la preparatoria de Auradon, y desde entonces, la vida de Dizzy Tremaine había empeorado bastante.
La descendiente de Drizella aún recordaba como sus gritos de euforia habían alertado a su abuela, que había bajado las escaleras –alterada porque la insoportable de su nieta le impedía tener su sueño de belleza– y había echado a los mensajeros del rey Ben a los gritos para luego arrebatarle la invitación de las manos y aclararle que de ninguna manera permitiría que se marchara.
A la mañana siguiente, lady Tremaine les había dado el día libre a sus hijas y a su nieto, por lo que Dizzy había tenido que encargarse de barrer y atender a todos los clientes que habían ido a la peluquería –y como ninguno había quedado conforme con el trabajo de la menor, la habían golpeado, insultado y no le habían dado ni un centavo– lo cual hizo enfurecer aún más a la madrastra malvada de Cenicienta; quien la había encerrado durante todo el día en un viejo armario que tenía clavos en la puerta.
Oh Evie, si tan solo estuvieras aquí, podrías salvarme de este infierno, pensó la pelirroja, mientras secaba sus lágrimas.
La vida de Celia Facilier era peor que la de su mejor amiga, ya que la primera tenía que trabajar todos los días en Dr Facilier's: Voodoo Empire, soportar a su hermana mayor –que la mayoría del tiempo, era una completa hija de puta con ella–; tratar de no pensar en lo culpable que se sentía porque su madre los había abandonado –bueno, eso era lo que su padre le había dicho, además de que ella pertenecía a la realeza– y evitar meterse en problemas.
La morena estaba cansada –no había dormido bien por los intentos inútiles del hombre Sombra de convocar a sus amigos del más allá– pero aún así debía ordenar toda la mercancía de la tienda.
El turno de Freddie había terminado hace unos minutos y ella le había dejado un montón de trabajo –ya que su hermana mayor prefería ir a robar con sus amigos en lugar de estar encerrada en la tienda, cumpliendo con su deber–, por lo que la menor tenía que colocar unas bolas de cristal en lo más alto de una de las estanterías pero su estatura le dificultaba aquella tarea: era demasiado pequeña.
Celia se subió a una silla para poder hacer lo que su padre le había pedido y empezó a ordenar las nuevas bolas de cristal en la estantería, un rato más tarde ella sonrió orgullosa de sí misma cuando terminó y se bajó de la silla para ahora empezar a limpiar el lugar, que estaba bastante sucio.
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One Shots [Descendants]
FanficAquí publicaremos cualquier cosa que se nos ocurra, como escenas que podrían haber estado en las películas, song fics, escenas eliminadas de algunos de nuestros fanfics, escenas de mundos alternativos, etcétera. Esperamos que las disfruten, si lo...