JungKook frunció el ceño cuando unos ruidos molestos lo despertaron de su cómoda siesta, se escuchaba gritos de euforia, oía que tocaban trompetas y tambores con desden. Se estiró desde la cama, observando por los lados— Mentas. —dijo de mala gana, al parecer seguía en ese mundo, y el seguía siendo un conejo híbrido que era omega.— Espero que pronto llegue el final. —penso el voz alta, suspiro un par de veces a la vez que pateleo sus piernas en el aire, los ruidos de afuera lo ponían nervioso y no era tonto, sabía que hoy era:
—¡Felicidades Omega Kookie, hoy es su gran boda con el Rey TaTa! —grito la misma vieja avestruz, JungKook gruño tapándose con las sábanas.
—Uh~ si qué emoción, estoy saltando de la alegría. —murmuro debajo de las sábanas.
—Por favor, no empiece con sus berrinches, el rey me ha ordenado que lo vista para la ceremonia.
—No gracias, paso. —respondio— Juro que nunca más volvere a usar esa aplicación para leer, esa son cosas del diablo, jih~ y a Dios no le gusta eso. —la costurera real, jalo las sábanas donde el cuerpo del maknae descansaba, no le dio tiempo ni de quejarse porque varias damas, osea híbridos de hámsters lo ayudaron a arreglarse para su gran día. JungKook rodaba los ojos y se quejaba cada que le jalaban el cabello, algunas le maquillaban sus bonitos ojos, otras buscaban su ropa al igual que la acomodaban, todos parecían emocionados con la gran ceremonia.
—Sonria un poco mi amo Omega Kookie, hoy es su gran día.
—¡JEH! Claro, como si fuera a conocer a Justin Bieber para estar tan emocionado. —las damitas, que tenían las mejillas regordetas chillaron con ternura al ver los pucheritos que hacía JungKook, en como su ceño se fruncia y hacia ruiditos para alejarlas.
—El Rey TaTa tiene mucha suerte de tener a tan bello y gentil Omega como pareja de vida. —expreso una de ellas, sus ojitos brillaron— El siempre está triste en este castillo, nunca sonríe y siempre suspira mientras ve hacia las montañas. Es obvio que nuestro rey es infeliz estando solo. —JungKook presto atención a lo que decían, una fea sensación de tristeza lo inundó, quería llorar, porque el tambien era triste en ese castillo, quería volver a su casa y abrazar a todos sus Hyungs, llenar de besitos a SeokJin por ser su hermano mayor, quería decirle a NamJoon que lo quería mucho y que lo idolatraba, quería abrazar a YoonGi y pedirle que salieran a tomar una cerveza algún día, decirle a HoSeok que era su fan número uno, quería decirle a JiMin que era muy bonito aún siento el más bajito del grupo, que eso lo hacía ver tierno, quería correr a brazos de TaeHyung y decirle que también le gustaba y que quería que fueran más que amigos, besarlo debajo de las sábanas y dormir apachurraditos en su cama individual, pero juntitos.— ¿Por qué llora mi Omega Kookie? —pregunto preocupada la jovencita, ella al igual que las otras híbridas de hámsters empezaron a chillar asustadas, sus ojitos a acuarse cuando JungKook sollozo, el maquillaje se le corrió pero eso no le importó.
—Q-Quiero estar con mi fa-familia. —sollozo, quería ser mimado hasta quedarse dormido por su Hyung SeokJin, quería que NamJoon le leyera algún libro filósofo, que YoonGi le enseñará a componer, que HoSeok y JiMin le ayudarán con sus pasos de baile, quería que TaeHyung lo ayudará a mejorar su calidad de fotógrafo, quería a su familia, quería volver ya. No se dio cuenta de cuando unos brazos protectores lo arrullaron con cariño, mientras acariciaban sus cabellos.
—No llores, llores mi precioso niño. —susurro el castaño con sutileza.— No sé que sea lo que te tiene tan triste, pero solo piensa en lo que te hace feliz y te sentirás mejor.
—¿Lo que me hace feliz? —pregunto entre hipeos. El castaño asintió sonriéndole, el rey estaba ocupado con los preparativos cuando una sirvienta corrió a decirle alterada que su bonito Omega estaba llorando, al solo escuchar eso dejo todo por un lado y corrió a apapachar a su bebecito.— Besos. —dijo mientras limpiaba su nariz. Los besos de TaeHyung lo ponían feliz, siempre era así.
Sus mejillas se calentaron tanto cuando sintió los labios del castaño sobre los suyos, era la misma sensación que tenía cuando TaeHyung le besaba, el mismo sabor y la misma textura. Después de todo TaTa era TaeHyung, pero de un universo paralelo.— ¿Mucho mejor, mejor?. —susurro sobre sus labios, JungKook embobado solo asintió, puso sus labios en piquito, pidiendo más besitos como esos, le parecía curioso que el personaje que estaba interpretando fuece más bajito que TaTa, pero eso le ayudaba mucho, así sentía mejor los labios del castaño. Sentía cosquillitas en la pancita, cada que los labios finos del castaño se unían a los de él, era abrumador pero familiar, cerro sus ojitos llorosos, y la imagen se su bonito TaeHyung apareció— Todo va a estar bien, bien. —y lo creyó, porque algo en su interior le decía, que todo estaba por terminar, y que volvería a la normalidad. En ambos mundos todos regresaría a como debía ser, Kookie de ZooWorld estaría con TaTa, y JungKook del mundo normal estaría con TaeHyung.
Lo sabía, lo sentía en su pechito.
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....................................(1)....Dos capítulos más y se termina este mini Fanfic TaeKook.
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Un Omega para el Rey. © |TaeKook|
Fanfiction❝Hay grandes libros en el mundo y grandes mundos en los libros❞ ❝Era día de descanso para los miembros de Bantang, el menor del grupo JungKook, se encontraba aburrido, no le causaba emoción jugar a la consola, mucho menos salir a pasear en su tricic...