¡UH, QUE TE AMO!

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Sus ojitos se movieron para ver todo a su alrededor, empezó a sentir que ardían, estaba emocionado y feliz de que por fin, estuviera de nuevo en casa. JungKook se dio cuenta que estaba boca abajo, su cabeza estaba entre sus brazos, y el celular de JiMin en un costado de él, al parecer, se había quedado dormido antes de empezar con la lectura.— Fue solo un sueño. —dijo con la voz ronca, poco a poco se sento estirando sus brazos entumecidos, fue un sueño todo aquello que vivió, todas las emociones y sensaciones fueron solo producto de su imaginación, pero, una parte de él, creía que no era así, que todo fue real, cada cosa para él lo fue.— Tengo baba en la barbilla. —dijo, viéndose al espejo, sus ropas de dormir estaban desarregladas, su carita un poco hinchada por haber dormido, y como había dicho tenía baba en parte de su cara.— Jish~ todo fue un sueño, vaya. —estaba un poco aturdido por la situación, pero como el adulto que era, lo tomaría con seriedad... Bueno, tal vez podía reírse un poco de lo sucedido.

—¡JungKook, la cena está lista apúrate!. —la voz de su Hyung SeokJin lo regreso a la realidad, una en donde el era Jeon JungKook, el cantante de la famosa banda BTS.

—¡Ya voy Hyung!. —grito con alegría, como pudo se arregló un poco el cabello y limpio su rostro. Con más entusiasmo salió de su recámara, camino por el pequeño pasillo, podía escuchar las voces de sus amigos. Estaba tan feliz de estar en casa y poder pasar tiempo con su familia, se detuvo un momento cuando llego a la habitación que compartían NamJoon y TaeHyung. Y ahí lo vio, gracias a que la puerta estaba semi abierta, el peliazul estaba recostado boca arriba en su cama, miraba el techo como si el mismo le diera las repuestas que buscaba, JungKook rió bajito al ver tan preocupado a su chico, así que sin pedir permiso entro a la habitación, cerro con seguro sin hacer ruido alguno.— Hola. —dijo causando que TaeHyung saltara por el susto, JungKook sonrió como un bonito niño cuando se acostó a su lado abrazándolo como si fuera un peluche gigante.

—¿Ju-JungKook?. —el chico de cabellera azulada no comprendía el repentino comportamiento del maknae, aunque tampoco es como si no lo hubiese hecho antes.— ¿Sucede algo?.

—Sí. —dijo mientras repartía mini besos en los cachetes del segundo Maknae, causando que el mismo se tenzara y pusiera muy nervioso.

—Tú, ¿Te sientes bien?. Actúas extraño, sabes. —pregunto, JungKook se pegó más a él, apretujandolo.

—No estoy actuando extraño, solo quiero estar aquí así contigo. —decía con la vocesita más dulce y risueña.— Solo quiero ser un poco envidioso y tenerte solo para mí.

—Que cosas extrañas estas diciendo, y después dicen que yo soy el raro. —bromeo un poco, la verdad se sentía feliz de tener esos pequeños momentos con el menor.— ¿Sigues molesto conmigo por lo de la mañana?.

El menor se alejó un poco solo para ver a la cara al chico de sus sueños, tenía las mejillas un tanto sonrojadas, esperando a que dijera algo— Bueno, la verdad no. Solo me tomo por sorpresa que YoonGi haya dicho eso, aunque recuerda que tú fuiste el que huyo a la calle para no hablar del tema.

—Estaba asustado de que me dijeras algo malo. —confeso apenado— Además solo fue una vez, no era mi intención hacerte sentir incómodo con mi comportamiento.

—Tae, yo también me he masturbado pensado en ti. —dijo sin filtro alguno, la expresión de sorpresa no se hizo esperar en el rostro ajeno— Con esta manito, JungKookie bebé se da placer. —dijo con ternura, señalando su mano derecha, TaeHyung explotó en risotadas.— Te amo Tae. —esa declaración dejo mudó al peliazul, nunca había escuchado decir eso al menor. Porque lo conocía, JungKook no era de los que decían Te amo así como así.

—¿Qué?. —por instinto se levanto de la cama encarando al pelinegro, la puerta era tocada con insistencia, ya que era hora de cenar y ellos dos estaban encerrados en la habitación.

—Te amo. —volvio a decir con las mejillas rojas.

—¿Qué?. —es que el muy baboso no se lo creía.

¡UH~ QUE TE AMO!. —grito tan fuerte que se escucho fuera. Los ojos de TaeHyung se cristalizaron, se abalanzo contra el cuerpecito del menor, lo lleno de besos por todas partes, hasta llegar a su boca, donde depósito un amoroso beso, lleno de pasión, le mordió los labios con tanta fuerza que le saco gemidos al menor. Respiraban entre cortados, pero se miraban a los ojos, reconociéndose como almas gemelas.

—Yo también te amo, Jeon JungKook. —ese era uno de los días más felices de sus vidas, uno de los tantos que se venían.

—¡QUE LA CENA ESTÁ LISTA!. —grito molesto el mayor de todos. Ambos rieron mientras se dirigían a la cocina. TaeHyung le susurró de nuevo que le amaba y que, ya era su novio.

JungKook por su parte estaba feliz, no había otra palabra para expresar todas las emociones que tenía en ese momento, tomo el teléfono de JiMin (que aún conservaba), miro aquella historia de Wattpad, qué bien le había hecho tener aquel extraño sueño, él sabía que fue real. Miro a sus Hyungs, YoonGi ya no era un gato, JiMin ya no era un cachorrito. SeokJin ya no era una Alpaquita, NamJoon ya no era un Koala, HoSeok ya no era un tigre y TaeHyung ya no era un lobito. Todos eran ellos mismos, y los amaba por eso.

Antes de ir, y sentarse a la mesa con su familia, escribió un corto mensaje en la bandeja de la historia, por suerte, la cuenta era de JiMin así que nadie sabía quién había escrito eso.
Tecleo un par de cosas hasta que quedó satisfecho, miro el final de como terminaba la historia, sonrió porque tuvo un final feliz.— Anda JungKook la cena se enfría.

—¡Voy!. —le devolvío el teléfono a su dueño, se sentó al lado de su ahora sí novio.

Sí, el era feliz, y seguiría siendolo. De eso no había duda, porque amaba a sus amigos, a su familia, a sus fans, a TaeHyung y sobre todo a él mismo.  Justo como se lo había prometido a Kim TaTa, el extraño rey de ZooWorld, en aquella historia donde el era un conejo híbrido.

Cuando se sentó en la mesa quedó cara a cara junto a YoonGi, y por alguna extraña razón su Hyung le miraba con una expresión de diversión, incluso podía ver su sonrisa gatuna... ¡¿gatuna?!, JungKook balbuceo más de algo cuando YoonGi dijo— Así que, ¿qué tal te fue?. —no era posible, YoonGi lo sabía todo, pero ¿cómo era eso posible eso?.

—¿Espera, tu también?. —el chico de cabellos morados sonrió tomando de la mano a su novio bonito Park JiMin. Se encogió de hombros restándole importancia, él no le diría a nadie que también vivió la misma aventura que  JungKook, solo que la única diferencia era que él fue una especie de gato detective.— Hyung, anda cuéntame.—pidio el menor en voz baja solo para su mayor, pero el rapero solo negó.

Nop. El señor detective gato Yoonie Bonye, no tiene nada que decir. —dijo para después llevarse una rebanada de pan a la boca, le guiño un ojo al Maknae— Al menos no estuviste en un mundo hecho de dulce. —fue lo único que dijo al respecto, dejando sorprendido al bonito retoño adorable de nombre JungKook.

Sin duda la busqueda de un Omega para el rey fue su mayor aventura de su joven vida.






Hola!!!, Mucho gusto persona extraña que escribió está historia, bueno solo quería decirte que la historia me gustó, me causo intriga y muchas risas. Gracias por tomarte el tiempo de crear algo como esto. Me gusta el shipp TaeKook, sigue así, y con gusto leeré tus otras obras.
Atte: GalletitaKookie97.

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Gracias por haber leído este mini Fanfic, que era la segunda parte de El Rey del Chocolate, YoonMin. Gracias por todo.
Nos leemos en otra historia.

Lxs Amo.

One.

Un Omega para el Rey. © |TaeKook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora