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El abrazo había durado más de lo que ambos habían esperado; Louis sostenía entre sus manos las caderas del mayor, quien solo mantenía sus delgados brazos al rededor del cuerpo del menor. Ambos respirando de una manera tranquila, escuchando el sonido de la naturaleza a su alrededor.

Louis se estaba dando la oportunidad de ser vulnerable. Tener dieciocho años no es fácil, todos están de acuerdo que esa etapa conlleva fragilidad, pero cundo estás en medio de una interminable batalla... no solo con el exterior si no con tu interior, no hay tiempo para ser frágil, no hay tiempo para detenerse a tantear el terreno, para analizar lo que en verdad quiere... pero aquí, en los brazos de Harry, siente que ese lugar al fin existe, un lugar en donde puede detenerse a sentir lo vulnerable que es en realidad, lo roto que se siente y lo mucho que desea acabar con esto de una vez.
Louis nunca dejó de ser un niño, incluso después de haber manchado su alma con sangre de personas que no merecían morir... pero aquí, en los brazos de Harry... todo es diferente.
Siente el corazón del rizado bombear sangre, puede oler su rara fragancia, como sus rizos dejaron de oler a manzana verde con menta, ahora huelen a su shampoo, barro, humedad y otras cosas que no sabe descifrar, siente sus dedos presionando su piel, su respiración colocándose entre su playera, se siente cálido... se siente como en casa.

-En verdad lo siento, Louis.
Harry susurro una vez más sobre la camisa de Louis. El castaño sonrió, le causaba gracia la facilidad con la que el rizado se responsabilizaba de todo.
-Ya te lo dije, no es tu culpa, nada de lo que me paso a mi o a otras personas es tu culpa, incluso si tu padre si fue culpable, tú no.
Louis sintió como una pequeña sonrisa se estiraba en los labios del rizado.
-Mi padre no es como yo pensaba que era.
Por fin soltó las palabras Harry, palabras que antes habían quemado en su corazón.
Louis se separó un poco del cuerpo del mayor, manteniendo sus manos sobre sus caderas.
-No fue, es, ni será tu responsabilidad conocer a todos, nunca terminas de conocer a nadie Harry, y el hecho de que sea tu padre no hace cambiar nada.
El castaño suspiró.
-Todos somos dueños de nuestras vidas, todos tenemos el control sobre lo que hacemos la mayoría de las veces y cuando estás consciente de tu existencia en este mundo... sabes diferenciar entre el bien y el mal, ya puedes sentir todo tipo de emociones y nadie es responsable de ello, solo tú.
Los verdes ojos de Harry veían el piso con tristeza.
-A lo que voy... si tu padre hizo cosas malas, tú no tienes porque cometer los mismos errores, crea tu futuro, el futuro de personas que te necesitan, construye una realidad mejor, mejor a tu manera, incluso, si tienes que rescatar a todos los animales sin hogar, solo has lo que tu corazón te diga y jamás... jamás, dejes que acciones o pensamientos ajenos a ti, llenen de veneno tu lindo y delicado corazón.
Las mejillas del rizado estaban empapadas en lágrimas, sus dientes apretados entre sí, sus labios temblando y su corazón bombeando sangre desesperadamente.
-Eres la persona más buena del mundo, Louis, te lo puedo jurar por lo que sea que creas... yo solo siento que eres lo mejor que me ha pasado, eres como una luz al final de este oscuro lugar y aunque, siquiera lleve tanto tiempo conociéndote, estoy seguro que vales la pena en todos los sentidos que puedan existir, incluso si tú no crees lo mismo o piensas que estoy siendo patético.
Los labios del de ojos azules dejaron salir una pequeña risita, que hizo que los ojos del rizado se levantaran en un rápido movimiento hasta encontrase con los propios del menor.
-No creo que eres patético, siempre me va a fascinar como ves el mundo a tu alrededor, tu siempre puedes confiar en todos sin problemas y nunca esperas nada a cambio.
Harry se limpió las lágrimas con el dorso de su mano, soltando una desganada risa en el acto.
-Tomare eso como un cumplido.
Louis sonrió y dio una leve reverencia con la cabeza.
-¿Podemos continuar con la caminata?.
Louis sonrió, colocando su mano sobre el aire.
-Juró que ya necesitaba este descaso.
Harry susurro, tomando la mano de Louis entre la suya, entrelazando sus dedos y continuando con la caminata.

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