10

69 5 3
                                    

La viejecita había ofrecido amablemente algún par de cobijas y una colchoneta para que uno de los dos durmiera en el suelo, después de desearles buenas noches, Angela salió de la gastada habitación y se dirigió a la suya, no sin antes desde la puerta recordarles que si tenían un problema ella estaría en la habitación siguiente a la de ellos.
Un suspiro cargado de emociones fue lo que salió de los agobiados pulmones del de ojos azules, quien se encontraba en el suelo acomodando la colchoneta y las cobijas encima de esta.
-¿Louis?.
Harry se movió un poco hasta quedar sentado delante del cuerpo del castaño y es que no sabían cómo comenzar esta conversación, no sabían que decir o como sentirse, ninguno de los dos tenía las palabras y mientras que Louis mantenía su ceño fruncido, en el rostro de Harry prevalecía una mueca de preocupación.
Louis por fin se dignó a levantar la mirada, barriendo de a poco desde los descalzos pies del rizado hasta sus blancas piernas repletas de moretones, sus rodillas cubiertas por la delicada tela amarilla del camisón y sus manos enlazadas sobre sus piernas.
-Lo siento si te he puesto en una situación incómoda.
Harry se apresuró a decir, jugando con sus pulgares, calvando su mirada en su regazo, demasiado avergonzado para levantarla.
-Me preguntaste que si yo sentía lo que tu sentías.
La melena rizada del mayor se movió junto con su cabeza, la cual estaba asintiendo lentamente.
-¿Qué sientes, Harry?
Louis esperaba impaciente que los hermosos ojos de Harry se encontraran con los suyos, quería poder ver su alma a través de ellos, quería tranquilizarse viéndolos. Harry carraspeo y bajó su voz hasta hacerla susurros.
-Yo no puedo explicarte como me siento, porque todo esto es nuevo para mí, nunca había sentido la confianza que siento contigo, nunca había sentido cada poro de mi piel responder a tu tacto o a la soledad que mis manos sienten cuando no están entrelazadas con las tuyas, nunca había puesto mi cuerpo...alma y corazón en las manos de una persona.
Entonces alzo la mirada hacia enfrente, casi sin poder ver a Louis entre toda la oscuridad que los rodeaba, pero sus azules ojos no se perdían ni un poco en las penumbras de la habitación. El corazón del rizado latía con desespero contra su corazón, sentía su cara caliente y tenía una necesidad gigante de ocultar su rostro en las sabanas de la cama.
-No sé si está bien sentir esto por ti, porque no se si tú me correspondes.
Una ligera risa brotó de los labios del rizado, sus ojos se aguaron y su mano limpio un poco las lágrimas que aún no salían de ellos, para de inmediato continuar, esta vez esquivando la penetrante mirada del menor.
-Solo he leído del amor en mis libros, siempre soñé con saber que se siente amar a alguien, amar a alguien con toda la fuerza de tu corazón, que sea tu motivo de sonreír, que haga vibrar cada parte de tu cuerpo, que te haga sentir la persona más especial del mundo...
Louis se movió lentamente sobre la colchoneta, destendiendo un poco las cobijas que ya había puesto, colocándose aún más cerca de Harry. El rizado volteo a ver a Louis, ahora un poco más lucido delante de sus ojos, ojos que estaban repletos de traicioneras lágrimas y sin esperar nada más, continúo hablado.
-Tú me haces sentir todo eso, tú me hiciste sentir todo eso, desde el momento cero, hasta ahora... ¡Por dios! Estas dispuesto a dar tu vida por mí.
Louis sonrió y en un desesperado afán de hacer que las lágrimas del rizado no salieran de sus verdes ojos, tomó sus manos entre las de él. Recorrió con sus pulgares la suave y blanca piel.
-No tienes por qué llorar, Harry.
Louis conectó mirada con Harry una vez más y le sonrió, le demostró que esto no lo estaba asustando, que las palabras de Harry no lo intimidaban en lo más mínimo.
-Dime que no piensas que soy un fenómeno Louis, dime que no piensas que es incorrecto sentirme de esta manera cuando se trata de ti, por favor.
Harry bajo la cabeza e hizo que sus lágrimas se derramaran sobre las callosas manos del menor, Louis siquiera podía describir cuanto le picaba el corazón al ver a Harry llorar de esta manera.
-No pienso en lo absoluto que seas un fenómeno Harry.
Hizo una pausa, acomodando sus ideas antes de hablar.
-Cuando te conocí pensé que eras un loco amante de los animales, un niño rico protegido por sus padres, tal vez egoísta... pero si te soy sincero ni un día tardé en retractarme de mis absurdos pensamientos, porque eras una personas inocente, amable y humana, con un alma pura que incluso podía contagiar de pureza la mía y la de los chicos, un niño atrapado en el cuerpo de un adulto, siempre sonriendo y tratando de hacer felices a todos, incluso con los animales y yo... yo no podía hacerte sentir mal, no podía decir cosas que te hirieran, era como si hubieras puesto algún tipo de botón para apagar mi rudeza frente a tus asustados ojos verdes, como si fueras una sirena y siempre que me dirigías una mirada yo quedaba totalmente atrapado, mi impresión de ti no a cambiando ni un poco, estoy seguro que eres el príncipe más amable de todos, el más amable y el más guapo.
Las últimas palabras las dijo en un susurro avergonzado, aún mantenía las manos de Harry entre las suyas, sus piernas estaban comenzado a adormecerse por la posición tan incomoda en la que estaba sentado, pero nada de eso importaba siquiera un poco.

-Daría mi vida por cualquier persona que lo necesitara, pero ese privilegio ahora solo lo tienes tu, porque yo no moriría por alguien que no fuera tu.

Harry apretó sus manos y sintió su corazón acelerarse ante las palabras del menor, pareciera que en aquella silenciosa habitación el latir de sus corazones se sincronizaba para así hacer un solo ritmo, un ritmo lleno de amor, la melodía de su amor.
-¿Quieres subir a la cama?, alguien hace unos días me dijo que el calor humano es mejor que nada en esta vida.
Louis sonrió y asintió, poniéndose de pie con cuidado y posándose de inmediato en un costado de la cama, sintiendo como el rizado acomodada una pequeña cobija en sus pies, para después recostarse a su lado, no había ningún tipo de contacto físico, pero sus rostros estaban cerca y sus ojos veían con intensidad, Louis podía jurar que había algo mágico en los ojos de Harry, pues en ellos podía ver reflejadas las estrelladas noches que habían visto juntos, podía ver las frondosas copas de los aboles moviéndose en una fría noche, podía ver su inocente alma brillado sin pudor a su lado.
Entonces, casi inocentemente la mano del menor se elevó en el aire, sus dedos se dirigieron a la suave mejilla del rizado, tocando con delicadeza la zona, Harry se inclinó hacia el tacto mientras cerraba los ojos y respiraba profundamente.
Los ojos de Louis se cerraron después de un rato, Harry se mantenía tranquilo a su lado, su corazón se sentía más liviano, aquellas bonitas palabras del rizado habían quedado grabadas en su alma.
Justo antes de perder la conciencia totalmente sintió la mano del rizado entrelazarse delicadamente con la suya, el tibio tacto lo hizo sonreír y en ese momento supo que estaba bien sentirse de esa manera, que estaba bien dejarse guiar por su corazón, arriesgarse por Harry valía la pena, valía la pena todo si se trataba de el.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 23, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

L o s t   M a n | L S |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora