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Las mañanas en Hawai son siempre tranquilas, sobre todo en los muelles que se encuentran en la isla de Oahu, esa pequeña y pintoresca isla donde se encuentran grandes y maravillosas personas, que son buenas o con algún que otro problemita con las leyes.

Se pueden apreciar a los surfistas gozando de las olas mañaneras desde ese precioso yate que estaba anclado en el muelle más tranquilo de la isla, uno que si bien no era de los más llamativos y caros, si era uno que sobre salía de la media. Todo bien pulido, cada rincón en perfecto orden y nada fuera de su lugar, ya que el peli negro habitante de ese sitio, siempre se percataba de mantener todo fríamente calculado, desde su despertar en solo shorts, colocar su vinilo de Black Pistol Fire, hasta el sentarse con su taza de café humeante escuchando Suffocation Blues mientras lee el periódico del día, ese que le iban a dejar cada mañana en la popa de su lustrado yate.

Y esa mañana no era la excepción para el pelinegro de gran figura. Se levantó solo en shorts, colocó su vinilo y luego se fue a tomar tranquilamente su café leyendo el periódico matutino, para luego de un rato ir a colocarse su típica ropa que constaba en jeans azules, polera negra y sus buenos botines cafés, para luego poder salir a su vuelta de "entretención" con su moto, asegurándose de colocar todas las alarmas y protocolos de seguridad con los que constaba su lujoso, pero sin exagerar, yate.

-¡Señor Smith! Es un placer volver a verlo por aquí- Dijo el chico de traje negro que se encargaba de las mesas en el bar al aire libre donde iba con frecuencia.

Un lugar muy bonito, ubicado sobre un cerro que permitía tener una grandiosa vista a las playas más hermosas de la isla, pero no solo tenia un elegante bar, sino que también era un tipo de restaurante familiar durante el día.

-Le tenemos reservada su mesa habitual, señor- Habló dirigiendo al chico de cabello negra directo a una de las mesas donde estaba la mejor vista.

-Muchas gracias, Stive- Respondió con una leve sonrisa, tomando asiento a la vez que colocaba particular atención en las caras que no había visto antes por ahí, que cabe destacar que eran muchas, haciendo mucho más extraña su estancia ese día.

-Qué gusto verte, John~- Dijo una sonriente camarera, entregándole la típica cerveza que pedía siempre.

-El gusto es claramente mío- Sonrió tomando la cerveza para llevarla hasta sus labios mientras que la colorina se iba a seguir con su trabajo.

-Tres años aquí en Hawái. No fue para nada fácil encontrarlo, "John"- Habló calmadamente una chica totalmente desconocida que estaba tomando asiento frente a él.

Se quedo mirándola atentamente unos segundos para luego mostrarle la mejor sonrisa que tenia, tratando de disimular la hipocresía.

-Te equívocas de persona- Dijo simplemente, tomando un sorbo más de su cerveza.

-No, estoy segura que es la persona que busco-

-Bueno, si tú lo dices- Respondió con un pequeño tono burlesco.

-El cliente que represento quiere ofrecerle un trabajo. Uno muy importante- Dice acomodándose en la silla frente a él -Necesita eliminar a tres hombres, cuya muerte debe parecer claramente un accidente. Su especialidad, según sé- Continúa hablando mientras saca un celular de su cartera para mostrarle un par de fotografías -Al parecer los reportes de su desaparición fueron exagerados, y como puede ver, mi cliente le puede dar esta información a bastantes interesados- Dijo, refiriéndose a las fotos donde demostraba que el chico estaba vivo.

La bella chica asiática, de cabello negro y ojos cafés, seguía hablando y hablando mientras todas esas caras desconocidas que había visto con anterioridad, comenzaban a colocarse en una posición de pelea a unos metros de donde se encontraban ambas personas charlando.

Rescue Me [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora