2. HIATUS: UNA PARTE DE MÍ [Cartas a Natasha]

21 de octubre de 1944

[Importante: Esta historia es de mi completa autoría, cualquier copia, traducción o reproducción está prohibida y será denunciada.]

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Viernes 21 de octubre de 1944, Berlín, Alemania.

Querida Natasha:

Hace mucho tiempo que no escribo para ti.

Casi un año.

Te preguntarás que me hizo tardar tanto.

Y responderé diciendo que todo es un caos.

Luego de firmar el certificado de matrimonio, Peggy y yo decidimos dedicar todo el tiempo a nuestra relación. No voy a mentir, en un principio todo fue bien y los primeros meses marcharon casi rayando en la perfección, pero con el paso de los días esa burbuja de felicidad en la creímos estar viviendo se reventó delante de nuestros ojos.

¿Recuerdas cuando te pregunté si me permitirías utilizar tu nombre en una hija mía?

Bien, pues no era broma, realmente quise nombrar a una pequeña mía cómo tú.

Comenté de esto a Peggy y aunque no lo creas la idea le encantó. Por supuesto que no pude revelar que el nombre es tuyo aunque me hubiese encantado hacerlo.

Pero tristemente eso no pasó y no hubo niña a la cual poner tu nombre. Así es Nat. No podemos tener hijos.

Ahora sé lo que tú sientes. La vez que me confesaste que no podías ser madre vi dolor en tus ojos. Ese dolor lo tengo yo. ¿Pero sabes que es lo que duele más? Qué Peggy se haya obsesionado con eso. Dice que no hay cosa que quiera más en el mundo que tener un hijo. Y yo sé de antemano que nunca sucederá.

Ella ya no es la misma. Se hizo muy celosa, me vigila todo el tiempo, siempre quiere saber dónde estoy, con quién y a qué hora regresaré a casa. Esa es una de las razones por las que no te he escrito, porque con sus constantes vigilas no me deja solo ni un minuto. Hoy estoy en Alemania, en un campamento provisional de las fuerzas armadas estadounidenses y en cuanto llegué aquí de inmediato comencé a escribir.

Realmente me gustaría saber como puedo solucionar mi situación, nada deseo más que todo funcione, ¿Acaso no se supone que esta sería mi segunda oportunidad? ¿Qué viviría eternamente feliz?

Entonces ¿Por qué no puedo hacerlo?

¿Por qué siento que estoy cayendo directo al fracaso?

Y luego está ese sentimiento de que algo no encaja, ahora creció hasta convertirse en un agujero en mi cabeza.

No sé que es y me molesta no saberlo porque solo puedo sentirlo tratando de asfixiarme por dentro.

Si estuvieras aquí conmigo tengo por seguro que ya sabría la respuesta y que todo esto ya tendría solución. Lo sé porque tú eras la única capaz de hallar soluciones incluso antes de saber el problema. 

Eras la única que me infundía fortaleza y que podía motivarme a seguir de pie.

Ahora necesito esa fortaleza para dar mi siguiente paso sin equivocarme. 

Mañana atacaremos las últimas bases nazis y el fin de la guerra estará cerca. Eso lo sé con certeza, pero lo que no sé es qué voy a hacer cuando la guerra termine y tampoco sé qué haré cuando regresé a casa.

Ojalá pudiese tener la respuesta también.

Mándame una señal, lo que sea, solo quiero algo que me haga saber que estás conmigo y eso será suficiente para seguir de pie.

Como siempre estaré esperando por una respuesta tuya.

Se despide de ti por el momento.

Te quiere y extraña.

Steve.

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