11 de enero de 1972

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[Importante: Esta historia es de mi completa autoría, cualquier copia, traducción o reproducción está prohibida y será denunciada.]

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Lunes 11 de enero de 1972, Algers Mills, Nueva Jersey.

Querida Natasha:

Hace mucho tiempo que no escribo para ti.

Como siempre no es por falta de interés, si no porque no tenía ánimos ni siquiera para levantarme de la cama por las mañanas.

Oficialmente ya no soy el Capitán América.

¿Cómo seguir siéndolo cuando todos los que conozco han desertado y HYDRA está acabada?

Los muchachos de los Comandos Aulladores se retiraron el año pasado al igual que Bucky, el cual apenas dejó el cargo se marchó al estado de Nevada para casarse por tercera vez. Ahora estoy solo, no queda nadie. No tengo amigos.

Momentos así, cuando me siento en soledad y vulnerable llega a mi el arrepentimiento. Llega una voz a mi cabeza diciendo: «Regresa a casa, vuelve a aquel 2023 donde ellos siguen esperando por ti». Y muchas veces quiero hacer caso y volver. Pero no puedo hacerlo. Lo único que me detiene es Peggy. Entre nosotros no existe el amor, eso fue solo una ilusión pasajera que apenas duró un instante y se desvaneció de la misma forma. Entonces ¿Por qué no puedo dejarla? Porque hice una promesa. Juré consciente y bajo palabra estar juntos hasta que la muerte nos separe.

¿No sería una traición quebrantar mis propios juramentos?

Lo sé. A cualquier otra persona le parecería ridículo. Pero tú me conoces mejor que nadie y sabes que para mí una promesa es juramento de sangre.

Incluso si esa promesa me lleva a un abismo profundo y negro de donde no hay salida.

Incluso cuando te prometí conseguir una vida y terminé fracasando en el intento.

¿Estás decepcionada de mí?

¿Desearías que lo dejase todo y volver a casa?

Pero ¿Para qué volver si en ese lugar tampoco estás tú?

Todos los días me pregunto si en algún momento alguien escucha mis plegarias y me concede misericordia. Todos los días me pregunto si en algún momento volverás a mi.

Y tal vez es tanto mi deseo porque mis palabras sean escuchadas que termino por confundir la realidad con la ficción. Una prueba de ello, es la situación tan vergonzosa que pasé hace unos días. Fui donde una tienda departamental a comprar un regalo para Aaron y de repente vi a una mujer pelirroja. De verdad pensé que eras tú, ambas tenían la misma estatura y una complexión similar. Por un instante me dejé llevar por la esperanza de haberte encontrado y aunque no pude observar su rostro ya que unas enormes gafas oscuras le cubrían por la mitad, no dejé que eso me detuviese y le seguí el paso por toda la tienda. La perseguí incluso después de que abandonara el lugar, lo malo estuvo en que ella cayó en cuenta de mi acción y llamó a la policía. Me arrestaron y los oficiales me hicieron pedir una disculpa, solo así pude verle el rostro a la chica y de inmediato me sentí como un imbécil porque obviamente no eras tú. Desde luego que me disculpé con ella y tuve que hacer un juramento en la estación de policía sobre de que no era un demente para que me dejasen en libertad.

Esta no es la primera vez que sucede. Ya con anterioridad en una ocasión, cuando estaba en SHIELD uno de los agentes llevó a su pequeña hija consigo y en cuanto la llamo Natasha mi mente reaccionó de forma involuntaria, casi voy detrás de ellos solo para preguntar si era verdad que la niña poseía ese nombre.

Honestamente ya no sé si de verdad estoy demente o solo es que te quiero demasiado y espero encontrarte en todas personas que pasan a mi alrededor.

¿Cuándo será el día en que vuelvas conmigo?

¿Cuándo será que pueda volver a escucharte y sentirme completo de nuevo?

No me hagas esperar más, te lo ruego.

Solo necesito una vez.

Solo una.


Como siempre estaré anhelando por ti.

Te quiere como un acosador en potencia.

Steve.

2. HIATUS: UNA PARTE DE MÍ [Cartas a Natasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora